Texto de Aristóteles
Que hay causas es algo evidente. [...] Puesto que existen cuatro causas, la tarea del
físico es conocerlas todas ellas. Por eso el físico, para indicar el "¿por qué?" según las
exigencias de la Física debe explicitar estas cuatro causas: la materia (hylé), la forma
(eîdos, sinónimo de morphé), el motor y la causa final (sinónimo de télos).
Física, II, 7, 198a
1. Expón el tema del texto.
2. Justifícalo teóricamente.
3. Contrapón el tema del texto con el pensamiento de Platón.
Aclaraciones:
La "Física", según Aristóteles, forma parte de la ontología: es el estudio de la physis, de
la naturaleza y, según hemos visto, él considera que el principio que rige la naturaleza
es la substancia (hilemorfismo). Por lo tanto, el físico es quien estudia la substancia.
También hemos dicho que la ontología aristotélica se centra en estudiar "el ser" del
mundo sublunar, el "ser-en-movimiento", y ese estudio también se puede denominar,
de acuerdo a la expresión de Aristóteles, "Física".
Por otra parte, eîdos es la palabra griega que introduce la filosofía platónica: la idea. En
plural, ideas se dice, en griego antiguo, eíde. En Aristóteles, eîdos se usa como
sinónimo de morphé (forma).
Sugerencias para el comentario:
Hay que relacionar el texto con el hilemorfismo, con la noción de substancia, con el
conocimiento de las cuatro causas que operan en toda substancia y, por último, con la
concepción teleológica de la naturaleza.
domingo, 6 de diciembre de 2015
lunes, 30 de noviembre de 2015
TRABAJO PARA EVALUACIÓN DE PRIMER TRIMESTRE
1º- Mapa conceptual de PLATÓN (Idealismo platónico)
2º- Mapa conceptual de ARISTÓTELES (Realismo aristotélico)
3º-Redacción comparando AMBAS FILOSOFÍAS
¿CÓMO HACER UN MAPA CONCEPTUAL?
Tomando la filosofía de cada autor y mostrarla desarrollada en un esquema.


-modelos de mapa conceptual
2º- Mapa conceptual de ARISTÓTELES (Realismo aristotélico)
3º-Redacción comparando AMBAS FILOSOFÍAS
¿CÓMO HACER UN MAPA CONCEPTUAL?
Tomando la filosofía de cada autor y mostrarla desarrollada en un esquema.


-modelos de mapa conceptual
ARISTÓTELES
ARISTÓTELES
1. VIDA Y OBRA.
Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es considerado, junto a
Platón, uno de los grandes filósofos de la antigüedad y último representante de
la filosofía de la Grecia clásica. Nació en Estagira, ciudad perteneciente al
Reino de Macedonia, por eso se le conoce también como "el
estagirita". De joven fue enviado por su tutor a Atenas, para estudiar
filosofía en la Academia de Platón. Pronto destacó como el más brillante de los
alumnos. Tras veinte años de estudios, abandonó Atenas y viajó a Atarneo y a
Aso, en Asia Menor, donde fue recibido por su gobernante, llamado Hermias, que
era amigo y antiguo compañero de estudios. Allí permaneció hasta el asesinato
de Hermias. Luego viajó a la isla de Lesbos, donde desarrolló estudios de zoología
y biología marina durante dos años.
En el 343 a. C., el rey Filipo II de
Macedonia solicitó sus servicios para educar al joven Alejandro Magno.
Finalmente, en el 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia
escuela, el Liceo, según se cree decepcionado por las disputas a la hora de
nombrar a un sucesor en la dirección de la Academia. Gran parte de las clases
que se impartían en el Liceo eran públicas y gratuitas, pues se desarrollaban a
plena luz del día en largos paseos. Por eso, al Liceo también se le llamaba
Perípato ("camino", "itinerario", "paseo") y a
sus alumnos, peripatéticos ("caminantes", "itinerantes",
"paseantes").
La obra de Aristóteles es enorme y versa sobre múltiples
disciplinas, no sólo filosóficas, sino también (y especialmente) científicas.
Representa como nadie el modelo de sabio universal, interesado por el
conocimiento en todos los campos: astronomía, física, biología, lógica,
filología... Los historiadores de la filosofía han dividido la obra de
Aristóteles en dos grandes conjuntos:
-Escritos exotéricos: destinados al público. Desgraciadamente
no se han conservado y todo lo que podemos saber al respecto es que, sin duda,
Aristóteles publicó obras (se cree, incluso, que algunas podrían ser diálogos
como los de Platón).
-Escritos esotéricos: destinados al uso interno del Liceo. Se
trata de un inmenso conjunto de anotaciones y apuntes fruto de las clases que
Aristóteles impartía en el Liceo. Son los únicos escritos que se conservan.
Fueron compilados y organizados en tratados durante el Helenismo, en la
Biblioteca de Alejandría. Por lo tanto, los títulos de las obras de Aristóteles
que han llegado hasta nosotros no son originales, sino creados a posteriori.
En cualquier caso, los escritos esotéricos no son diálogos,
están escritos en prosa enunciativa, y se consideran la primera manifestación
de un género crucial en el desarrollo del pensamiento racional: el tratado.
Algunos de los más importantes son: Metafísica,
Física, Acerca de la interpretación, Lógica,
Analíticos, Tópicos, Acerca del alma,
Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y Política.
2. ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES.
A diferencia del idealismo platónico, Aristóteles desarrolló
una nueva forma de pensamiento: el realismo. A grandes rasgos, el realismo consiste
en fundamentar el conocimiento humano en una realidad independiente de las
opiniones y de las apariencias. Para Aristóteles, esa realidad, como veremos,
es una mezcla entre materia y forma. Platón, en cambio, fundamentaba el
conocimiento en las ideas (formas puras sin materia).
Aristóteles es decisivo en la historia de la filosofía por
varias razones:
1º) Es el primero es defender el realismo, y en usarlo para
criticar el relativismo y escepticismo de los sofistas.
2º) Es el primero en diferenciar teoría y praxis. Por tanto,
es el primero en distinguir el uso teórico de la razón (destinado al saber y al
conocimiento de la realidad), frente al uso práctico (destinado a pensar no
cómo las cosas son, sino cómo deberían ser). La ética y la filosofía
política quedarán ligadas a la praxis. En cambio, la ontología y la
epistemología se ceñirán al uso teórico de la razón.
3º) Es el primero en ofrecer una definición exacta de la
ontología. En palabras de Aristóteles, "todas las ciencias particulares
investigan el ser [la realidad] por lo que refiere a una parte". Es decir,
la biología estudia a los seres vivos, la filología estudia el "ser"
del lenguaje; la astronomía, el "ser" de los cuerpos celestes; etc. "La
ciencia primera", en cambio, estudiará el
ser en cuanto ser. Esa ciencia primera es la ontología: investiga la
naturaleza (los rasgos, el carácter de
ser) de la realidad. Los resultados de la ontología servirán como
fundamento para todas las ciencias particulares.
4º) Es el primero en hacer una historia de la filosofía, y el
primero en considerar a los presocráticos como primera manifestación del
pensamiento racional.
3. LA ONTOLOGÍA DE ARISTÓTELES.
La ontología de Aristóteles llegó a nosotros en dos tratados:
Metafísica y Física. Podemos resumirla
en varios puntos fundamentales:
a) Crítica al idealismo platónico.
b) Teoría hilemórfica de la realidad.
c) Los diferentes modos de ser según la cosmología: mundo
sublunar, mundo supralunar y esencia pura.
d) Diferencia entre substancia y accidente: cambios substanciales
y cambios accidentales.
e) El significado ontológico de "sujeto" y
"predicado": las substancias primera y segunda y las categorías.
f) La explicación del movimiento: potencia y acto.
Comencemos por el primero, la crítica al idealismo platónico.
Según Aristóteles, las ideas universales de las que habla
Platón son demasiado ambiguas y generales, no arrojan luz sobre los casos
concretos. Por ejemplo, la idea de "ser humano" no nos dice nada
sobre la diferencia entre la humanidad de Sócrates y la de Calicles, y no hay
duda de que la realidad nos demuestra que cada individuo es diferente y tiene
rasgos exclusivos. Por lo tanto, las ideas platónicas son definiciones
demasiado vagas. El precio de su universalidad es la falta de precisión y de
exactitud a la hora de definir correctamente y apreciar las diferencias
individuales.
Para solucionar este defecto, Aristóteles desarrolla el
hilemorfismo[1].
Según su teoría hilemórfica, la realidad es una mezcla inseparable de materia y
forma. A la unidad de materia y forma Aristóteles la denomina substancia (en
griego ousía). Por consiguiente,
siguiendo el anterior ejemplo, Sócrates y Calicles serían en último término
substancias diferentes, sólo parecidos en una serie de ideas comunes: que son
humanos y mortales, que viven en Atenas y hablan griego, etc. Pero, al ser
substancias diferentes, significa que cada uno tiene su particular carácter de ser.
En suma, el hilemorfismo de Aristóteles critica el idealismo
platónico. Destruye la diferencia entre dos mundos separados (el sensible y el
inteligible) y, a la vez, convierte a las ideas platónicas en vagas
generalizaciones. Al introducir la noción de substancia, Aristóteles subraya la
importancia de la materia y de la sensibilidad de lo real, aspectos que eran
rechazados por el idealismo de Platón.
-Expliquemos ahora la cosmología de Aristóteles.
Para el estagirita, el universo (cosmos) se divide en dos
partes diferenciadas: el mundo sublunar, donde vivimos, y el mundo supralunar,
donde se encuentran todos los cuerpos celestes.
Aristóteles defiende una concepción geocéntrica del universo.
Su sistema astronómico será perfeccionado durante el Helenismo por Ptolomeo, y
permanecerá inalterable durante siglos, hasta que Corpérnico desarrolle la
teoría heliocéntrica.
En cualquier caso, Aristóteles utiliza la cosmología para
explicar los distintos modos de ser y fijar el objeto de estudio de la
ontología. A su juicio, el "ser" del mundo sublunar se caracteriza
por el puro movimiento, el puro cambio, la incesante mutabilidad. Por el
contrario, los cuerpos celestes del mundo supralunar demuestran movimientos
bien definidos y armónicos, en concreto movimientos circulares uniformes. El
ser del mundo supralunar es, por ello, más perfecto y mejor definible, pero, al
estar tan alejado y ser tan diferente del nuestro, no nos sirve para comprender
el mundo sublunar. Por último, Aristóteles considera que, englobando todo el
cosmos, tendrá que haber una esencia pura, en otras palabras: un ser inmóvil,
la pura quietud que sirva de fundamento de la realidad y garantice que el
cosmos es único y finito.
Ahora bien, Aristóteles considera que la esencia pura (en
términos platónicos sería el sol, la idea de Bien) es inalcanzable. La teología
sería la ciencia encargada de estudiarla, pero es irrealizable en la medida en
que el ser humano está encerrado en el mundo sublunar. De esta forma,
Aristóteles enfoca la ontología al estudio del ser del mundo sublunar, el
ser-en-movimiento, y ahí es donde hemos de situar su teoría hilemórfica así
como todas las demás aportaciones de su ontología que explicaremos a
continuación.
-La diferencia entre substancia y accidente:
Según Aristóteles, la substancia es todo aquello que subsiste
en sí mismo, aquello que no necesita de otra cosa diferente para ser. En
cambio, accidente es todo aquello que no subsiste en sí mismo, es decir,
aquello que necesita de una substancia para ser algo.
El estagirita aclara un poco estas nociones al explicar la
diferencia entre dos tipos de cambios que experimentan las substancias. Una substancia
sufre cambios substanciales cuando dichos cambios surgen de su propia
naturaleza. En cambio, sufre cambios accidentales cuando dichos cambios son
provocados por otra cosa. Por ejemplo, la muerte es connatural al ser humano.
Cualquier substancia mortal (Sócrates) sufrirá un cambio substancial cuando
muera. En cambio, a una substancia mortal le puede ocurrir que enferme de
tuberculosis, y eso le provocaría un cambio accidental (en la medida en que la
tuberculosis no surge de su naturaleza, sino que viene provocada por la acción
de una bacteria).
-La multiplicidad del ser ("Ser se dice en muchos
sentidos"): Substancia primera, substancia segunda y categorías.
Aristóteles otorga sentido ontológico a las nociones
gramaticales "sujeto" y "predicado". Afirma: el sujeto es
aquello que subyace a todo predicado y a todo atributo. El auténtico sujeto
ontológico es la substancia primera. Por ejemplo: de Sócrates podemos decir que
es humano, ateniense, filósofo, etc. La substancia primera de Sócrates es
"Sócrates", en la medida en que es el sujeto al que se refieren todos
los atributos que prediquemos de él. Por otra parte, los atributos que definen
al sujeto, "ser humano", "ser ateniense", "ser
filósofo", etc., son substancias segundas. No son sujetos, ya que se predican
de un sujeto (se atribuyen a Sócrates). Según Aristóteles, las ideas platónicas
(los universales) son simples substancias segundas, atributos que nos ayudan a
definir y caracterizar el "ser" de las substancias primeras. A
mayores, Aristóteles presenta una lista de tipos de predicados, a los que
denomina categorías: pueden ser de cantidad, de cualidad, de relación, de modo,
de lugar y de tiempo. Igualmente, nos sirven para atribuir rasgos a las
substancias primeras. De Sócrates podemos decir que está en Atenas (y con ello
expresamos una categoría de lugar), que está sentado (y con ello le atribuimos
una categoría de modo), que ayer estuvo en el ágora (y con ello le atribuimos
categorías de tiempo y de lugar), etc.
Lo importante de estos pensamientos aristotélicos es que en
ellos se afirma que la auténtica realidad son las substancias primeras, y que a
ellas sólo tenemos acceso mediante los atributos. Pero, del mismo modo, todo
atributo o caracterización que hagamos se encamina siempre a una substancia primera,
es decir, se dirige a una realidad subyacente. De modo que, aunque existan
múltiples opiniones y pareceres sobre la misma cosa, la realidad a la que
apuntan es la misma. Con este pensamiento Aristóteles combate el relativismo y
escepticismo de los sofistas.
-La explicación del puro movimiento: el paso de la potencia
al acto.
La teoría de la substancia (hilemorfismo) debe solucionar
todavía un problema fundamental: la dialéctica entre "ser" y
"devenir". Aristóteles se suma al debate entre los seguidores de
Parménides y de Heráclito e intenta ofrecer una solución definitiva a la
siguiente pregunta: ¿El ser permanece al cambio y al movimiento -de modo que
ambos, el cambio y el movimiento, son meras apariencias- o bien el ser está
condenado al puro movimiento y la permanencia es una ilusión?
La solución de Aristóteles consiste en decir que toda
substancia se somete al cambio y al movimiento en la medida en que diversas
capacidades naturales (potencias) se actualizan, o sea, se llegan a realizar.
Por ejemplo, un ignorante que llega a ser sabio no es una substancia que se
transforma en otra. En tal caso, el ser (la substancia) se dividiría en dos. En
realidad, dice Aristóteles, el ignorante llega a ser sabio porque la sabiduría
era una potencia no realizada, o sea, la substancia tenía la capacidad de
llegar a ser sabia. Por lo tanto, el paso de la potencia al acto (el llegar a ser) explica el movimiento connatural de las substancias sin amenazar
la permanencia del ser.
Cabe decir que las palabras "potencia" y
"acto" proceden del latín potentia
y actus. Ambos términos latinos
fueron traducciones que realizó Santo Tomás de Aquino de los conceptos
originales de Aristóteles. Dichos conceptos originales eran dínamis ("capacidad"), energeia (literalmente significa
"en estado de obra", considerando que obra se dice ergon) y entelekhia (que significa "cumplimiento", en tanto que telos significa "finalidad",
"meta", "objetivo"). Según la explicación original, el
"llegar a ser" es el movimiento de la dínamis a la entelekhia a
través de la energeia.
4. EPISTEMOLOGÍA.
Nos centramos en tres aportaciones básicas de la gnoseología
de Aristóteles:
a) Diferencia entre saber, técnica y praxis.
b) La teoría de las cuatro causas.
c) La explicación realista del conocimiento humano:
sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento.
-Como ya hemos advertido, Aristóteles es el primer filósofo que
distingue el uso teórico de la razón humana frente al uso práctico. Esta
diferencia se expresa en la distinción entre saber, técnica y praxis. El saber
expresa el conocimiento teórico de la naturaleza (la ciencia o epistéme), y está encaminado a
determinar lo que las cosas son real
y verdaderamente. Frente al saber está la técnica (tekné), que significa "saber hacer", por ejemplo,
"saber construir puentes", "saber esquiar", "saber
escribir novelas", etc. Aristóteles define a la técnica como aquella
"actividad cuyo fin es otra cosa". En la técnica, el fin justifica
los medios. Por ejemplo, la técnica del constructor de puentes consiste en lograr
que el puente no se caiga. Para ello, realiza una serie de actividades
dirigidas a ese fin: usa materiales, ordena a sus trabajadores, dispone las
piezas según determinada estructura, etc. Todo el proceso de construcción
"desaparece" una vez se ha construido el puente. Por eso, dice
Aristóteles que la técnica es una actividad cuyo fin es distinto de la propia
actividad. La obra, una vez construida, se separa de la actividad que la
produjo.
Por otra parte está la praxis. Según Aristóteles, la praxis
consiste en "saber qué hacer" y se trata de "una actividad cuyo
fin es la propia actividad". O sea, en la praxis, se produce una identidad
total entre el fin y los medios. El fin
no se separa de los medios, por eso, tampoco los justifica, ya que
propiamente no son distintos. Esta definición de praxis nos introduce de lleno
en el terreno de la filosofía práctica (ética y filosofía política), de la que
hablaremos más adelante. Por ahora, en su epistemología, Aristóteles se centra
en investigar el saber.
-Para conocer la verdad de una substancia, según Aristóteles,
debemos alcanzar y determinar las causas que intervienen en ella. Hay cuatro
tipos de causas: material, formal, eficiente y final. La causa material indica
la materia de la substancia y explica todo aquello que le ocurre a la
substancia debido a su materia. Por ejemplo, si la materia es mármol, entonces
el color, la dureza y, en general, las propiedades y efectos característicos
del mármol se deben a esa causa material. En segundo lugar, la causa formal nos
remite a la forma o configuración de la substancia. Si se trata de un reloj de
arena, resulta que todo aquello que le ocurre al reloj por su diseño obedece a
la causa formal. La causa formal del árbol será aquello que determina su
estructura (que las raíces estén bajo tierra y no sobre el tronco, por
ejemplo). En tercer lugar está la causa eficiente, que Aristóteles define como
el agente del cambio. Es decir, si una substancia experimenta cambios, del tipo
que sean, la causa eficiente será responsable de ellos. Así, por ejemplo, la
causa eficiente de que la madera se transforme en ceniza es el fuego. Por
último está la causa final, que nos indica, según Aristóteles, la finalidad
interna que persigue la substancia. Por ejemplo, la causa final del fruto es
servir de alimento a la semilla y ayudar a que los animales la diseminen. De
modo que el fruto es dulce por su causa final[2].
Es importante señalar que Aristóteles defiende una concepción
teleológica (finalista) de la naturaleza al afirmar que todas las substancias
obedecen a una causa final o a una finalidad interna. Este pensamiento, de
corte ontológico, se mantendrá a lo largo de los siglos hasta Darwin.
-Destacaremos, por último, que Aristóteles es el primer
filósofo en desarrollar una teoría sobre el funcionamiento del conocimiento
humano, de corte empirista, subrayando la importancia de la sensibilidad y de
la observación como punto de partida. A grandes rasgos, la teoría de
Aristóteles consiste en decir que el conocimiento humano se elabora en una serie
de pasos: primero, la sensibilidad recoge información sensorial a través de los
cinco sentidos; después, la imaginación se encarga de abstraer figuras. Éstas
son almacenadas en la memoria. Y a ese almacén interno recurre el entendimiento
para comprender la "forma" (definición) de lo observado. En otras
palabras: Aristóteles dice que el conocimiento humano, gracias a las
operaciones de todas estas facultades (sensibilidad, imaginación, memoria y
entendimiento) es capaz de abstraer la forma de la materia, aunque la realidad
siga siendo hilemórfica.
5. ANTROPOLOGÍA.
Al igual que ocurre con Platón, la antropología de
Aristóteles determina en gran medida la ética y la filosofía política, pues
definir el ser humano es un paso decisivo a la hora de pensar cómo debería
comportarse moral y políticamente. Es una norma constante en filosofía que bajo
toda teoría ética o filosofía política repose una determinada antropología
filosófica, o sea, una concepción respecto a qué somos y en qué consiste la
condición humana.
Según Aristóteles, el ser humano es la unidad inseparable de
cuerpo y alma. Rechaza la inmortalidad del alma, pues, acorde con su ontología
hilemórfica, la forma (alma) y la materia (cuerpo) no se pueden separar.
En su tratado Acerca
del alma, Aristóteles presenta tres capacidades o facultades del alma: la
vegetativa, la sensitiva y la racional. El alma vegetativa regula las
necesidades primarias del organismo. El alma sensitiva consiste en la capacidad
de percibir el entorno, recoger sensaciones y "sentir" emociones. El
alma racional nos permite ejercer el pensamiento y la inteligencia. En su
opinión, los vegetales solo tienen alma vegetativa. Los animales, además de
alma vegetativa, tienen facultad sensitiva. Por último, el ser humano posee las
tres facultades. Por tanto, lo que nos distingue del resto de seres vivos es la
facultad racional.
La definición de ser humano como "animal racional"
será clave dentro de la ética y de la filosofía política. En esta última,
Aristóteles introduce otro rasgo característico del ser humano: zoón politikón, "animal
político", en el sentido de "animal social" (recordemos que polis significa ciudad o comunidad
organizada). Esta concepción acerca de la sociabilidad natural del ser humano
es la antítesis de la que defenderá Thomas Hobbes en el siglo XVI: homo homini lupus ("el hombre es un
lobo para el hombre"). Las consecuencias filosóficas de ambas concepciones
serán, por tanto, diametralmente opuestas.
6. ÉTICA.
-El ser humano es el único animal racional. Por lo tanto, la
virtud (el comportamiento virtuoso) consiste en vivir acorde a nuestra
naturaleza racional, no de espaldas a la razón.
-Aristóteles diferencia entre acción y compulsión. La acción
(praxis) siempre es razonada y
deliberada: pensamos antes de actuar. La compulsión, en cambio, no es praxis, ya que actúa sin pensar,
resultando un comportamiento más propio de los animales que de los humanos.
-Hay dos tipos generales de virtudes: las dianoéticas o "intelectuales"
(que consisten en usar la razón para alcanzar el saber y huir de la
ignorancia). Y luego están las virtudes éticas,
que consisten en usar la razón para saber cómo comportarnos moral y
políticamente, es decir, tanto en nuestra vida privada como en el ámbito
público. Con esta apreciación, Aristóteles critica en cierta forma a Platón,
cuya filosofía presuponía que la virtud se alcanza automáticamente con la
sabiduría, es decir, con la contemplación de las ideas.
-Las virtudes éticas se determinan por el "justo
medio" de los extremos, que son vicios. Por ejemplo, la virtud de la
valentía se encuentra en el justo medio entre la cobardía y la temeridad. La
generosidad es el justo medio entre la avaricia y la prodigalidad. La templanza
es el justo medio entre la insensibilidad y el libertinaje.
-Hay una virtud fundamental, o virtud de la virtudes, que
regula tanto las éticas como las dianoéticas. Se trata de la phrónesis, en latín prudentia, palabra que nosotros hemos traducido como
"prudencia" pero que no significa "cuidado" o
"precaución", sino "lucidez", "saber cómo
comportarnos". Se trata de la "inteligencia práctica", es decir,
la capacidad de usar la razón para aprender de nuestros errores y generar
hábitos y costumbres saludables. La phrónesis
es indispensable para reconocer el justo medio y vivir conforme a acciones y no
compulsiones.
-Pero hay otro concepto fundamental en la filosofía práctica
aristotélica: la eudaimonía,
"felicidad". Se trata del "objeto universal de deseo",
aquello a lo que se encamina todo ser de naturaleza racional. Por lo tanto, el
fin de la ética (y según veremos, también de la política) es alcanzar la
felicidad. No se trata de conseguir meramente lo que a uno le apetece, ya que
esto podría estar determinado por motivos irracionales. Se trata, en
definitiva, de vivir según los dictados racionales (y deliberados) de la phrónesis.
7. FILOSOFÍA POLÍTICA
Aristóteles sostiene que el ser humano es político por
naturaleza, tiende a vivir en comunidad. Nace siempre en una familia. Las
familias se agrupan entre sí formando comunidades para facilitarse la vida y
cubrirse las necesidades. Cuando las comunidades se unen entre sí y aumentan de
tamaño y complejidad, aparece la polis.
Esto es una explicación realista sobre el origen de la política.
Aristóteles reflexiona, al igual que Platón, sobre la conveniencia
o inconveniencia de las diversas formas de gobierno. Distingue seis en total,
agrupadas en dos clases, según sean "justas" o "injustas".
Las formas justas de gobierno serán aquellas donde sus gobernantes actúan
conforme a la phrónesis, es decir, gobernando
de manera racional, sabiendo qué hacer en cada caso, para encaminar la polis a la eudamonía de sus habitantes. Las formas justas de gobierno son la
monarquía, la aristocracia y la república. Las formas injustas, por el
contrario, son aquellas donde sus gobernantes rigen sin phrónesis y la eudamonía
es sustituida por el interés individual. Se trata de la tiranía, la oligarquía
y la demagogia.
Si bien Platón había rechazado la democracia por considerarla
un régimen abocado a la demagogia, Aristóteles, en cambio, considera que los
peligros de la democracia pueden contenerse dentro del marco constitucional de
la república. En la república que él defiende ha de funcionar una constitución
que marque los límites legales en que puede gobernar la democracia, para evitar
la dictadura de la mayoría y la influencia de la demagogia. Tiene que haber una
figura distinta del gobernante para determinar la constitución: el legislador.
Este ha de ser, al igual que el gobernante pero, si cabe, con más urgencia,
sabio y prudente. En caso contrario, la república no garantizaría la corrupción
o degeneración de la democracia.
[1]
Esta palabra procede del griego hyle,
que significa "materia", "material de construcción", y morphé, que significa "forma,
figura, configuración".
[2]
Aristóteles ilustra las cuatro causas poniendo como ejemplo una estatua de
bronce. La causa material es el bronce. La causa formal es la figura de la
estatua. La causa eficiente es el escultor. La causa final es la belleza.
jueves, 5 de noviembre de 2015
TEXTOS QUE PUEDEN CAER EN EL EXAMEN
FRAGMENTOS DE LA ALEGORÍA DE LA
CAVERNA (e indicadores para el comentario de texto)
FRANGMENTO 1
FRANGMENTO 1
-Después de eso -proseguí- compara nuestra naturaleza respecto de su
educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta.
Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna (...) En
ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que
deben (...) mirar sólo delante de ellos (...).
Indicadores:
a) Identificación del texto:
Como siempre, hay que aludir al
libro VII de la República. La idea
principal del texto está en las dos primeras líneas: Sócrates se propone
ilustrar a Glaucón sobre la diferencia epistemológica entre ignorancia y
sabiduría por medio de una alegoría (una "representación alegórica",
que en el texto llama "experiencia como ésta". A partir de aquí, el
texto inicia la descripción de la famosa alegoría de la caverna.
b) Explicación del contenido
texto:
Aquí debemos señalar varias
cosas. Primero, qué es la alegoría de la caverna, qué describe y qué intenta
simbolizar. Segundo, tras presentarla en términos generales, deberemos retomar
el texto y fijarnos en los elementos de la alegoría que aparecen en él. Puesto
que se trata del inicio, sólo aparece una breve descripción de la caverna donde
se hallan prisioneros encadenados mirando al frente. Aquí debemos explicar los
siguientes símbolos: caverna (mundo sensible), cadenas (sensibilidad corporal
que nos ata al conocimiento del mundo sensible, que Platón llama
"opinión", doxa). Por
último, debemos señalar algo que no aparece explícitamente en el texto pero a
lo que nos apunta la última frase: mirar
sólo delante de ellos. ¿Mirar qué? Las sombras. Deberemos explicar qué
simbolizan las sombras en la alegoría: simbolizan el objeto de conocimiento de
la forma más elemental y más falible de la doxa,
a saber, la eikasía
("conjetura"), la cual se basa en meras suposiciones, ni siquiera es
capaz de reconocer los objetos sensibles responsables de las sombras.
Recalcaremos el hecho de que las sombras son proyectadas por los objetos que
circulan delante de la hoguera que se oculta a espaldas de los prisioneros.
Habrá que señalar, qué simbolizan la hoguera y los objetos: respectivamente, la
doxa en general (conocimiento que
aporta "luz" en el mundo sensible, ya sea en forma de eskasía o de pístis), y el tipo de objeto que conoce la pistis, o sea, las cosas sensibles).
c) Justificación del texto en
base a la filosofía del autor:
Se trata de justificar la
alegoría de la caverna en el contexto del idealismo platónico. Tendremos que
dar cuenta de que sabemos qué es el dualismo ontológico (diferencia entre mundo
sensible y mundo inteligible), qué es la epistemología platónica (diferencia
entre doxa y episteme, así como los cuatro grados del conocimiento), en qué
consiste la antropología platónica (dualidad cuerpo-alma) y, por último, las
implicaciones éticas y políticas que se derivan de todo ello. No se trata de
soltar la teoría sin más, sino relacionarla, en la medida de lo posible, con la
alegoría de la caverna. Para ello, tenéis el anexo al final de los apuntes de
Platón.
FRAGMENTO 2
FRAGMENTO 2
-Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una
curación de su ignorancia (...) Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a
mirar las cosas de arriba (...) Después de lo cual concluiría, con respecto al
sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el
ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto.
a) Identificación y explicación del
texto:
Este fragmento corresponde a la
alegoría de la caverna (República,
libro VII). En el contexto de la narración de la alegoría, el texto se sitúa
tras la presentación de la caverna y de sus moradores. La idea principal está en la primera línea: Sócrates (el
personaje) comienza a relatar a Glaucón la parte de la alegoría que ilustra el
paso decisivo de la ignorancia al saber, la rotura de las cadenas que mantenían
a los prisioneros atados al mero conocimiento del mundo sensible. La segunda
idea está a continuación, en la segunda línea: ese tránsito hacia la sabiduría
no es brusco, sino gradual. La alegoría muestra seguidamente (no figura en el
texto porque se ha omitido) que el conocimiento de la verdad es progresivo y se
ordena en cuatro niveles: primero ver las sombras (eikasía), luego ver los objetos y la hoguera (pístis), luego, cuando el prisionero es arrastrado al exterior debe
acostumbrarse a la luz natural (dianoia)
para, finalmente contemplar las cosas tal y como son de día (noesis). La tercera idea del texto se
encuentra en la última oración (líneas 2-5), donde se nos habla de la
contemplación del sol como conocimiento decisivo y más verdadero, ya que, según
se afirma en el texto, el sol "gobierna todo en el ámbito visible",
es decir, gobierna todo el conocimiento de la realidad. Debemos explicar qué simboliza el sol: la Idea de
Bien (o idea de las Ideas) y explicar qué significa el Bien en Platón y por qué
se encuentra en todas las ideas.
b) Justificación del texto en
base a la filosofía del autor:
Aquí debemos presentar, de forma
más general, la ontología y epistemología platónicas, así como su relación con
la antropología, la ética y la filosofía política, para dar cuenta de que
conocemos el idealismo platónico y, por tanto, demostrar (justificar) la importancia
simbólica que tiene la alegoría de la caverna.
FRAGMENTO 3
FRAGMENTO 3
-Y si [el prisionero liberado]
se acordara de su primera morada,
del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de
cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los
compadecería?
a) Identificación y explicación
del texto:
Este fragmento de la alegoría de
la caverna (República, libro VII) se
sitúa hacia el final de la narración. Tras haber sido liberado de sus cadenas y
haber comprendido la verdad, el prisionero reconoce el engaño al que había sido
sometido en "su primera morada", es decir, en la caverna que
simboliza el "mundo sensible". La "sabiduría existente
allí" significa el tipo de conocimiento ligado al mundo sensible, es
decir, la doxa u opinión, el cual no
es verdadero, ya que, según Platón, el auténtico saber radica en la
contemplación de las ideas, simbolizadas en la alegoría por las cosas reales
que hay en el exterior de la caverna. El prisionero liberado "se sentiría
feliz del cambio" porque ha aprendido a vivir fuera del engaño y, por lo
tanto, ahora conoce el valor auténtico de las cosas. El texto apunta a la ética
platónica: la contemplación de las ideas es un rechazo de la sensibilidad y un
abrazo a lo que nos define como seres humanos: la razón, el entendimiento. Ese
rechazo de la sensibilidad es una manera de expresar la liberación del alma de
la cárcel del cuerpo. Sólo en esa liberación, dice Platón, puede darse un
verdadero control racional de las pasiones y de los apetitos, que, de otro
modo, gobernaría sobre nosotros, esclavizándonos. La auténtica virtud (areté, excelencia en el comportamiento
humano) es el Bien, y esto significa, en Platón, el control racional de las
partes del alma humana que procura su equilibrio (Justicia). Podemos
extendernos más explicando con detalle las virtudes de la ética platónica, pero
sin perder de vista el texto, o sea, tratando de relacionar lo que digamos con
la frase "se sentiría feliz". Por último, debemos llamar la atención
sobre las últimas dos palabras del texto: "los compadecería". Aquí se
encierran dos pensamientos centrales en Platón. Por un lado, el intelectualismo
moral (que también lo comparte con Sócrates), según el cual la ignorancia es
responsable de la maldad y de la injusticia, y el saber, por el contrario,
condición del Bien y de la Justicia. Los prisioneros que siguen encadenados en
la caverna son ignorantes y, por lo tanto, desconocen el Bien y la Justicia,
viven ofuscados entre la falsedad de las sombras, las cuales les hacen perderse
a sí mismos. En segundo lugar, Platón insinúa, de forma implícita, que el
prisionero liberado, al compadecerse, se determinará moralmente para ayudar a
sus compañeros a liberarse. Aquí alude a dos cosas: por un lado, nos alude a la
figura de Sócrates, quien buscaba siempre limpiar la mente de sus discípulos de
prejuicios (sombras) para ayudarles a crear su propio pensamiento. Por otro
lado, se alude a la voluntad política del filósofo, quien, al conocer la
naturaleza de la verdad (el Bien y la Justicia) está determinado a gobernar.
b) Justificación del texto en
base a la filosofía del autor:
Lo que debemos escribir aquí es
la teoría del Platón en relación a la Ética y a la Filosofía Política. O sea,
qué dice Platón en su ontología, epistemología y antropología y por qué eso que
dice es tan importante para determinar su ética y su pensamiento político.
Otros fragmentos de la alegoría: (4,5)
-Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio
asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar
repentinamente del sol?
(Claves para comentar el texto:
retorno desde el mundo de la Ideas: dialéctica descendente. Los ignorantes se
burlan del filósofo, que llega anunciando una verdad que nadie se ha parado a
reflexionar (la dualidad sensible-inteligible). Crítica a los sofistas (los
prisioneros están alimentados por el relativismo y escepticismo).
Una vez percibida [la idea de Bien], ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas,
que el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta [el sol], y que en el ámbito inteligible es señora y
productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en
vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado [ética] como en lo público [política].
(Claves: La idea de Bien está
ligada a la Justicia y a la Belleza (por eso es "causa de todas las cosas
rectas y bellas. Por otra parte, la contemplación de las ideas (noesis) no provoca que el filósofo se
evada del mundo, sino que lo obliga a descender de nuevo a él para mirar las
cosas con una mirada sabia (es decir, con lucidez). Por eso, la Idea de Bien
tiene dos aspectos: el puramente intelectual o inteligible (que es la
contemplación noética, que se alcanza mediante la dialéctica ascendente), y
otro aspecto "visible" (que simboliza el sol), es decir, el modo en
que la Idea de Bien está presente en todas las ideas que rigen y gobiernan las
cosas (dialéctica descendente). En este último radica la lucidez del sabio.
martes, 3 de noviembre de 2015
TEMA DE PLATÓN
PLATÓN
1. VIDA Y OBRAS
(Consultar manual de los Ochos filósofos
y apuntes de clase para completar).
Vida:
-Familia aristocrática
-Contexto histórico:
Guerras del Peloponeso, dictadura de los Treinta Tiranos, reposición de la
democracia ateniense.
-Discípulo de Sócrates.
-Impactado por la condena
a muerte de su maestro.
-Viajes (primero
esperanza y luego desencanto).
-Regreso a Atenas:
fundación de la Academia.
Obras:
-Desarrolla un género
único: los dialogoi (diálogos).
-Los diálogos son
conversaciones escritas entre diversos personajes (contemporáneos de Platón e
históricos). Las reuniones son, presumiblemente, ficticias.
-Los diálogos de Platón
cumplen una función pedagógica: transmitir el conocimiento filosófico de las
ideas.
-La obra de Platón se
clasifica en cuatro etapas: diálogos de juventud (fuerte presencia del
pensamiento socrático); diálogos de transición (Platón comienza a desarrollar
su propio pensamiento); diálogos de madurez (donde su pensamiento se desarrolla
por completo; aquí se ubica la República);
diálogos de vejez (en los que realiza una autocrítica filosófica).
-Cabe añadir que Sócrates
lleva la voz cantante en la mayoría de diálogos y Platón jamás aparece como
personaje.
-Influencias filosóficas:
por encima de todo Sócrates (en especial la mayéutica y la crítica a los
sofistas) y, en segundo lugar, los presocráticos (en especial Heráclito,
Parménides y los pitagóricos).
2. ESTRUCTURA DEL
IDEALISMO PLATÓNICO:
En conjunto, el
pensamiento de Platón se denomina idealismo[1].
Pero su riqueza le permite abarcar diversas ramas de la filosofía:
a) Ontología[2]:
es la rama de la filosofía que se pregunta cuál es el fundamento último de la
realidad o cuáles son sus condiciones de posibilidad. Platón recoge, en este
sentido, la pregunta presocrática sobre el arjé
del cosmos, a la vez que intenta contraatacar el relativismo y escepticismo de
los sofistas. Su propuesta en este terreno es el dualismo ontológico, i.e., la
división entre mundo sensible y mundo inteligible, así como el papel de arjé que atribuye a las ideas.
b) Epistemología[3]
(o Teoría del Conocimiento): esta rama de la filosofía estudia la naturaleza de
la verdad o, lo que es lo mismo, las condiciones de posibilidad y fundamentos
del conocimiento humano. En Platón, la epistemología está totalmente ligada a
la ontología. Aquí debemos situar la gradación del conocimiento en cuatro
niveles, desde los más engañosos hasta el más verdadero. Igualmente, la
epistemología platónica es una respuesta al relativismo y escepticismo
sofistas.
c) Antropología[4]:
esta palabra recoge todas las respuestas de la filosofía platónica a la
pregunta "¿qué es el ser humano?"; principalmente el dualismo
alma-cuerpo, las tesis sobre la inmortalidad y transmigración de las almas. En
relación a estas últimas, Platón elabora la teoría epistemológica de la
reminiscencia (que incluimos en la antropología platónica porque sólo aquí
resulta comprensible).
d) Ética[5]:
en Platón, intenta responder a la siguiente pregunta: "¿qué es la
virtud?". Configura su propuesta a partir de la división tripartita del
alma. Por otro lado, como señalan por mutuo acuerdo los personajes de la República, el objetivo de la ética es
definir la justicia en el ser humano
para hacernos una idea de cómo debe ser la justicia en la polis. De esta forma, la ética platónica se convierte en
antesala de su filosofía política.
e) Filosofía Política[6]:
aquí debemos presentar la estructura de la polis
ideal platónica, así como su clasificación de formas de gobierno (justas e
injustas). Habrá que ver en qué medida Platón defiende una dictadura del "rey filósofo" o bien un modelo ideal (en
sí mismo irrealizable) que sirva de criterio normativo para la crítica política
de las diversas polis reales.
3. ONTOLOGÍA PLATÓNICA
Según Platón, el
pensamiento sofista conduce la idea de que "las cosas son lo que los hombres dicen que son". El relativismo y el escepticismo comportan que la verdad no existe,
pues depende de nuestro punto de vista y de convencionalismos culturales (nómos). En este sentido, contra los sofistas, Platón se pregunta
qué es lo que puede hacer que las cosas sean
independientemente del ser humano, en otras palabras: ¿cuál es el fundamento (o condiciones de posibilidad) de la realidad?
En efecto, Platón se
percata de que todas las cosas (caballos, nubes, casas, sueños, etc.) son
diferentes entre sí, y no sólo en el sentido de que "caballo no es
nube", sino que los caballos (sean reales o imaginarios) son siempre
diversos entre sí, nunca son iguales (del mismo modo, las casas, los sueños,
las nubes...). Sin embargo, piensa Platón, debe haber algo responsable de que,
a pesar de la multiplicidad de caballos concretos, podamos reconocer que todos
son, efectivamente "caballos", y no "nubes" o
"casas". Dicho de otra forma: según Platón, debe haber algo que
otorgue unidad a la multiplicidad de cosas, y que imponga identidad en la
diferencia. Ese "algo" que nos brinda "identidad" y
"unidad" es, a su juicio, la "idea". En el ejemplo, la
"idea caballo", "la idea nube", "la idea sueño",
etc. En suma, las ideas platónicas son las
definiciones del carácter de ser de
los entes concretos.
De entrada, lo que vemos
y encontramos en nuestra vida cotidiana son siempre cosas concretas (entes),
jamás nos topamos con "ideas". Por eso, concluye Platón, la realidad debe ser una estructura de dos
mundos separados: el sensible (el de las cosas concretas, múltiples y
diferentes)[7]
y el inteligible (el de las ideas universales que otorgan unidad e identidad)[8].
En este sentido, las ideas cumplen el
papel de arjé del cosmos, son el
principio rector gracias al cual la realidad es ordenada y no puro caos.
Ahora bien, a Platón no
le interesa en absoluto describir y enumerar todas y cada una de las ideas que
configuran el mundo, tarea que no tendría fin. Sólo le importa una cosa:
¿podemos definir las ideas? En cierta medida, Platón se pregunta: si las ideas son
las definiciones del carácter de ser
de los entes, ¿es posible encontrar "la idea de las ideas", o sea, la
definición del carácter de ser de
todas las ideas? En tal caso, conocer la idea de las ideas nos brindaría el
conocimiento del fundamento último de la realidad. Platón responde
afirmativamente y nos dice: el carácter de ser de todas las ideas
consiste en la Justicia, el Bien y la Belleza. Veamos qué significado
atribuye a estas palabras:
a) La Justicia, según Platón, es
el equilibrio entre las partes de la idea, es decir, que cada parte se
encuentre en el lugar que le corresponde. Este equilibrio es lo único que asegura
unidad e identidad en la idea. Por ejemplo, si descomponemos la idea de abeja
en sus partes, tenemos una estructura anatómica determinada, un comportamiento
determinado, un hábitat determinado, etc. Las partes de la idea de abeja no
sólo indican sus componentes físicos, sino todo aquello que caracteriza el ser de las abejas (la colmena, la
recolección de néctar, etc.). Si todos estos componentes no estuviesen en el
lugar que les corresponde, tendríamos, por decir algo, mariposas en lugar de
abejas.
b) El Bien, según el pensamiento platónico, significa "excelencia en el comportamiento". La excelencia se
dice en griego areté,
"virtud". Platón razona que el resultado de la justicia es el
bien, pues allí donde hay equilibrio y cada parte cumple su función el
comportamiento resultante es virtuoso y excelente.
c) La Belleza, en Platón, está relacionada con el famoso concepto de
"amor platónico" y con la contemplación filosófica de las ideas.
Platón alude a la belleza para referirse a la justicia y al bien inherentes a
las ideas. Por tanto, no se trata de apreciar la belleza en las cosas concretas
(lo que sería, para Platón, amor superficial), sino contemplar el equilibrio
interno y la excelencia a la que apuntan todas las ideas.
En definitiva, para
Platón los conceptos "justicia", "bien" y
"belleza" constituyen el criterio de validez ontológico, es decir, el
fundamento de la realidad que nos permite juzgar los entes concretos sin caer
en el relativismo ni en el escepticismo de los sofistas. Pongamos como ejemplo
a dos famosos caballos: Bucéfalo (el caballo de Alejandro Magno) y Rocinante (el
caballo de Don Quijote), dejando claro, eso sí, que Platón jamás los conoció.
Si aplicamos la ontología platónica tendríamos que:
-Bucéfalo cumple casi a
la perfección la idea de caballo, porque es equilibrado y tiene un
comportamiento excelente.
-Rocinante se aleja
muchísimo de la idea de caballo porque es desequilibrado y su comportamiento
es, en consecuencia, defectuoso.
Para Platón, todos los entes concretos son copias de las
ideas, ejemplares más o menos próximos a su idea. Este pensamiento genera una
concepción aristocrática de la realidad:
las cosas se jerarquizan según su grado de participación (o de proximidad) a
las ideas. Aquí debemos situar la crítica platónica a las obras de arte: a su
juicio, los artistas crean copias de las copias, porque imitan entes concretos,
nunca ideas. Podemos finalizar la ontología platónica estableciendo la jerarquía de lo real en el
pensamiento platónico (para bien, podemos representarlo en forma de pirámide
ascendente; aquí, sin embargo, enumeraremos los grados de realidad en forma
descendente, de lo menos a lo más real):
-Arte (según Platón, las
obras de arte son copias de las copias).
-Entes concretos (copias
de las ideas).
-Ideas (definiciones del carácter de ser de los entes concretos).
-Idea de las ideas (la Belleza,
la Justicia y, por encima de todo, el Bien; los tres conceptos configuran el carácter de ser de todas las ideas).
Resta una última cuestión
sobre la ontología platónica: la figura
del Demiurgo. En el diálogo Timeo,
Platón trata de resolver el problema de cómo interactúan los dos mundos, ya
que, según se ha dicho, la barrera entre ambos es ontológicamente
infranqueable. El Demiurgo es un dios creador que, a diferencia del Dios
judeo-cristiano, no crea el mundo a partir de la nada, sino que construye el
mundo sensible moldeando la materia amorfa y contemplando las ideas como
modelo. Es como un escultor o un alfarero. Esa materia sin forma es, según se
dice en el Timeo, eterna, al igual
que el mundo inteligible[9].
4. EPISTEMOLOGÍA
PLATÓNICA:
La epistemología
platónica se basa en una distinción conceptual ofrecida por Heráclito y
Parménides, a saber: la diferencia entre
saber y opinión. Platón considera que la verdad (aletheia) consiste en la contemplación de las ideas y en eso radica
el auténtico saber. Por otro lado, la opinión es tan sólo el conocimiento de
entes concretos, no de las ideas que los gobiernan.
La contemplación de las
ideas (noesis) está asociada al
entendimiento humano, de ahí que Platón nos hable del mundo inteligible. Por el contrario, el mero
saber de entes (la opinión, doxa)
está asociado a la sensibilidad humana (de ahí, mundo sensible).
Hay dos aspectos
fundamentales de la epistemología platónica que comentaremos a continuación: en
primer lugar, la jerarquización o gradación del conocimiento humano; en segundo
lugar, la importancia de la dialéctica.
En el libro VI de la República, Platón nos presenta (en boca
de Sócrates) el famoso símil de la línea,
que representa los cuatro grados del
conocimiento humano[10].
Los dos primeros pertenecen al conocimiento del mundo sensible (es decir,
constituyen la doxa); los dos últimos
se refieren al conocimiento del mundo inteligible (y configuran lo que Platón
llama episteme). Veámoslos de uno en
uno.
1º) Eikasía
("conjetura"). Se trata del nivel elemental de conocimiento, el
más básico y, por ello, el más falible. Las conjeturas se basan en presupuestos
que no examinan.
2º) Pístis ("creencia
justificada"). En este segundo nivel se conocen los entes concretos y,
por lo tanto, las creencias se justifican a tenor de lo observado. Aquí es
donde Platón situaría la ciencia basada en la observación, por ejemplo, la
biología, la geología y la química (pero recordemos que en la Grecia clásica no
existe todavía la ciencia moderna).
3º) Dianoia ("razonamiento
matemático"). Según Platón, con las matemáticas nos adentramos en el
mundo inteligible, porque su capacidad de abstracción nos permite evadirnos de
las cosas concretas[11].
En matemáticas se razona a partir de relaciones, funciones y propiedades
lógicas y abstractas, para las cuales no se precisa de sensibilidad. La dianoia consiste en deducir
consecuencias necesarias a partir de una serie de axiomas.
4º) Noesis ("intelección de
ideas"). Según Platón, la noesis
consiste en intuir (mediante el intelecto) el ser de las ideas. Funciona de manera ascendente, por abstracción e inducción a lo largo del proceso
dialéctico, que describiremos a continuación. Este cuarto nivel es el más
cercano a la verdad, ya que culmina con la intelección de la idea de Bien.
La
dialéctica, en Platón, es
el método con que desarrolla su filosofía y, por lo tanto, el vehículo para la noesis. El método dialéctico es
completamente deudor de la mayéutica socrática, con una salvedad importante:
Sócrates nunca pasó por escrito sus ideas, pues se dedicaba a que sus
discípulos "alumbrasen" sus propios pensamientos. Por el contrario,
Platón nos presenta su pensamiento a través de la dialéctica. Veamos en qué
consiste.
Al igual que la
mayéutica, la dialéctica funciona como
una destrucción incesante de hipótesis.
Se busca la definición exacta de una idea, por ejemplo, en la República se trata de definir la
justicia. A partir de ahí se van presentando a lo largo del diálogo una serie de respuestas provisionales
(hipótesis), que son examinadas y
puestas a prueba. En la dialéctica platónica (igual que en la mayéutica),
todas las hipótesis son eliminadas racionalmente. Para los sofistas, esto
demuestra que la verdad no existe o bien no se puede conocer. Para Platón, en
cambio, al igual para Sócrates, la continua destrucción de hipótesis revela el carácter de ser de las ideas, que se resisten a ser almacenadas en
un simple pensamiento que podamos guardarnos en el bolsillo. De este modo,
la idea de justicia, por ejemplo, no se alcanza en la definición, sino en la
sabiduría del gobernante filósofo (el único capaz de discernir, caso por caso,
qué es justo y qué no lo es). Del mismo modo, la virtud no consiste (según
Platón) en seguir a pies juntillas el "manual" o las
"instrucciones" para ser virtuoso, sino en el saber comportarse de
forma excelente sin imitar a nadie.
Se suele caracterizar la
dialéctica platónica en dos recorridos: ascendente y descendente. La dialéctica ascendente consiste en
captar o intuir (vía noesis) la idea
a través del proceso dialéctico. La
dialéctica descendente consiste en la lucidez del sabio que es capaz de
regresar al mundo sensible tras haber contemplado las ideas.
5. ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA
En consonancia con la
ontología, Platón afirma que el ser humano es una dualidad sensible-inteligible.
La parte sensible es el cuerpo. La
inteligible, el alma. Por tanto, el
alma es la idea de ser humano, su auténtica definición, y ha de constar
exactamente con los mismos atributos de todas las ideas: ha de ser inmutable,
eterna, idéntica a sí misma, necesaria...
Para Platón, el cuerpo es la cárcel del alma, nos
arrastra al mundo sensible (la sensibilidad pertenece al cuerpo). Por el
contrario, el entendimiento radica en el alma y nos sirve de puente para
contemplar el mundo de las ideas.
Cabe decir que Platón
define el proceso de conocimiento (desde la ignorancia a la sabiduría) como una
experiencia de dolor en donde el alma se va liberando poco a poco de la
servidumbre del cuerpo. A este proceso lo llama ascesis, purificación del alma de todo elemento
sensible[12].
Por otra parte, de la
antropología platónica se desprende la tesis de la inmortalidad del alma, ya que, como idea, es eterna e imperecedera. En este sentido, Platón entronca
con el pitagorismo. Y de los pitagóricos Platón tomará la tesis sobre la transmigración de las almas (cuando
muere el cuerpo, el alma, según Platón, regresa al mundo de las ideas, y luego
desciende nuevamente a otro cuerpo, así en un viaje constante).
Por último, debemos
explicar la teoría de la reminiscencia.
Se trata de una teoría epistemológica que sólo se aclara a la luz de la
antropología. Según Platón, todo conocimiento (toda noesis) es un reconocimiento,
un recuerdo del tiempo en que el alma habitaba el mundo de las ideas previa
caída al cuerpo sensible.
6. ÉTICA PLATÓNICA
En cierto pasaje de la República, Platón presenta (como
siempre, en boca de Sócrates) una metáfora para explicar las tres partes del alma
humana. Imaginémonos una figura humana. Si descendemos a la zona del vientre,
encontraremos una hidra de múltiples cabezas. Si ascendemos al corazón, veremos
un león. Y si continuamos hacia arriba, en la cabeza, veremos una figura
humana. La hidra representa los apetitos, los deseos, ya que sus múltiples
cabezas desean comerlo todo a la vez y en todas direcciones. El león simboliza
la territorialidad del sentimiento, pues los estados de ánimo son como círculos
donde nos asentamos y desde los cuales resulta difícil salir. Por último, la
figura humana que encontramos en la cabeza ("un hombre dentro del
hombre"), es el símbolo de aquello que nos distingue del resto de
animales, a saber: la razón.
La división tripartita del alma platónica reza así:
1º) La parte concupiscible, responsable de los apetitos y los deseos,
instalada (metafóricamente) en el vientre.
2º) La parte irascible, responsable de las pasiones y los sentimientos,
ubicada en el corazón.
3º) La parte racional, responsable de nuestra inteligencia, situada
en la cabeza.
El estudio de las tres
partes del alma puede incluirse perfectamente en la antropología platónica.
Nosotros preferimos presentarla en la ética por su estrecha relación con las
virtudes. Según Platón, todas las
virtudes dependen en mayor o menor medida de la parte racional, ya que es la
única que tiene capacidad para gobernar los sentimientos y los apetitos.
Así pues tenemos que:
1º) El control racional
de los apetitos configura la virtud de la templanza.
2º) El control racional
de los sentimientos y de las pasiones configura la virtud de la fortaleza.
3º) El autocontrol
racional del pensamiento (la depuración de prejuicios) constituye la virtud de
la sabiduría.
Por encima de las tres
virtudes que acabamos de presentar, hay una cuarta que es más importante porque
contiene y presupone a las otras tres: la
justicia o "virtud de las virtudes". Según Platón, la justicia se
desarrolla mediante el equilibrio entre las partes del alma (equilibrio que
sólo puede lograrse mediante el control racional de la sabiduría). El ser
humano justo -es decir, aquel que tenga su alma perfectamente equilibrada-
actuará de forma excelente y realizará
el Bien.
Es famoso el mito del carro alado como
representación de la ética platónica. El mito nos presenta a un auriga
pilotando un carro alado tirado por dos caballos, uno negro y otro blanco. El
negro representa el alma concupiscible, el blanco la irascible y el auriga la
parte racional. Los caballos, en especial el negro, intentan desestabilizar el
carro y precipitarlo al vacío. El auriga debe luchar para mantenerlos en la
senda.
7. FILOSOFÍA POLÍTICA DE
PLATÓN
Toda la filosofía
platónica, desde su ontología hasta su ética, se dirige a una sola cuestión:
¿qué es la justicia? ¿Podemos llegar a definirla de forma verdadera? Tras el
impacto causado por la muerte de Sócrates, el joven Platón se preguntó cómo
pudo la democracia ateniense condenar a la persona posiblemente más sabia y más
justa de su tiempo. Encontró la respuesta en el intelectualismo moral (el mismo
que había defendido Sócrates): la ignorancia de la gente. De hecho, la primera conclusión que debemos extraer
de la filosofía platónica es que el filósofo está moralmente obligado a servir
al Bien de la polis, puesto que la
sabiduría le otorga el verdadero conocimiento de la Justicia.
En su etapa de madurez,
Platón desarrolla por completo su pensamiento político. La República nos presenta una
polis ideal encaminada a la Justicia
y al Bien que sirva de modelo normativo o de referencia para criticar
racionalmente las formas reales de gobierno. Obviamente, no basta con decir
que la polis ideal será aquella en la
que sus ciudadanos sean virtuosos. Porque, según Platón, en toda polis los habitantes están obligados a
cumplir una serie de funciones para garantizar su supervivencia, y esto debe
reflejarse igualmente en la polis
imaginaria.
Al igual que el alma
humana, la polis ideal platónica también consta de tres partes:
1º) Ligados a la parte
concupiscible del alma humana, Platón presenta a los productores, como los
únicos responsables de garantizar la autarquía
de la ciudad (esto es, su independencia económica). Por tanto, los productores
deben procurar alimentos y dedicarse a la reproducción de la especie (son los
únicos destinados, según Platón, a tener familia y procrear). La virtud
asociada a los productores será la templanza.
2º) Relacionados con la
parte irascible, aparecen los guardianes. Son los protectores de
la ciudad, encargados de mantener el orden (cumplimiento de leyes) y la defensa
frente al enemigo extranjero. Su virtud característica será la fortaleza.
3º) En relación a la
parte racional, están los gobernantes, guardianes de los guardianes, a los
que Platón encomienda el poder político (dictar leyes y decidir el destino de
la polis). La virtud de los
gobernantes ha de ser la sabiduría, de ahí que, en la polis ideal, sean filósofos.
Uno de los aspectos más
criticados de la filosofía platónica -además de la "dictadura del rey filósofo" (es decir, además de haber
afirmado que sólo los filósofos están legitimados para gobernar)- es el proceso
de selección de funciones "políticas" que se presenta en la República, donde se decide cómo los
diversos habitantes pasan a ocupar el puestos de productores, guardianes o
gobernantes. Se trata de un sistema
educativo obligatorio al que se someterían por igual todos los hombres y
mujeres de la ciudad desde niños. La polis
quitaría la custodia a los padres e insertaría a las nuevas generaciones en ese
sistema educativo multidisciplinar (gimnasia, gramática, geometría...). En
función del grado de aprendizaje, los habitantes quedarían determinados a ser
productores, guardianes o gobernantes. Estos últimos serían los únicos capaces
de alcanzar el último nivel del sistema educativo: la dialéctica.
En todo caso, al final de la República todos los participantes del diálogo convienen que tal polis ideal sólo tiene cabida en la
imaginación y, a lo sumo, podría servir de modelo de crítica. Es decir, sea
cual sea el tipo de gobierno que nos encontremos, la cuestión será si los
gobernantes son sabios, si los productores son "templados" o si los
defensores tienen "fortaleza", en suma, si cada uno ocupa el lugar
que le corresponde.
Por último, cabe anotar
que el diálogo República recoge en
cierto pasaje una clasificación
famosa de formas de gobierno. Platón
considera que hay formas justas e
injustas. Las primeras persiguen el Bien común de la polis; las segundas, en cambio, persiguen intereses particulares.
Así, tenemos que:
a) La monarquía ("el gobierno del
mejor") y la aristocracia
("el gobierno de los mejores") son justas porque sus gobernantes son
virtuosos y realizan el Bien.
b) La tiranía (degeneración de la monarquía),
la oligarquía (degeneración de la
aristocracia) y la demagogia
(degeneración de la democracia) son injustas porque sus gobernantes se alejan
de la virtud y persiguen su propio beneficio.
La crítica de Platón a la
democracia es otra de las cosas que se le suelen echar en cara en la
actualidad. Sin embargo, lo que detesta Platón es la demagogia, esto es, el
dominio del demagogo que logra persuadir a una ciudadanía ignorante para servir
a sus propios intereses. Platón, posiblemente por su experiencia amarga en
Atenas, no albergó grandes esperanzas en la democracia[13].
8. APÉNDICE: SÍMBOLOS DE
LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA
En el libro VII de la República, Platón introduce (en boca de
Sócrates) su famosa alegoría de la caverna. De entrada, esta alegoría ilustra
el paso de la ignorancia a la sabiduría a través de los cuatro grados del
conocimiento. Pero también contiene símbolos que hacen referencia a la
ontología (dualismo sensible-inteligible), a la antropología (sensibilidad del
cuerpo frente a entendimiento del alma), a su ética (autocontrol racional de
los deseos y de los sentimientos) y a su filosofía política (el deber político
que asume el filósofo). Tratemos de explicar los principales símbolos de la
alegoría en cada rama del idealismo platónico:
a) Ontología:
-Caverna: representa el
mundo sensible.
-Sombras de la pared:
representan las apariencias de los entes concretos. Podríamos incluir aquí las
obras de arte.
-Objetos que circulan por
delante de la hoguera: representan los entes concretos.
-Exterior de la caverna:
simboliza el mundo inteligible.
-Cosas iluminadas en la
luz nocturna y reflejos en el agua: representan las entidades matemáticas.
-Cosas iluminadas por el
Sol: las diversas ideas.
-Sol: idea de las ideas.
b) Epistemología:
-Caverna, sombras y
objetos: representan el ámbito de la doxa
(es decir, lo que podemos conocer a través de la opinión).
-Cadenas: representan la
sensibilidad que nos ata al mundo sensible.
-Hoguera: representa la doxa, la opinión (pues es lo que nos
permite ver sombras y objetos en el interior de la caverna).
-Salida ascendente y
escarpada: representa el abandono dificultoso del conocimiento sensible (es
decir, el abandono de la doxa).
-Dolor que siente el
prisionero al ascender (y también el dolor que siente desde que es liberado
hasta que sus ojos terminan de acostumbrarse a la luz del día en el exterior):
simboliza la ascesis del alma a
través del conocimiento (purificación y purga de todo elemento sensible).
-Exterior de la caverna:
el ámbito de conocimiento de la episteme.
-Ver las cosas iluminadas
en la noche y reflejos en el agua: las entidades matemáticas.
-Ver las cosas iluminadas
por el Sol: la intelección de ideas.
-Ceguera que produce el
Sol al intentar contemplarlo en sí mismo: representa la necesidad de una
dialéctica descendente, es decir, la necesidad de no quedarnos en la
contemplación noética. Esa necesidad la provoca la propia naturaleza de las
ideas (su carácter inaprensible, el hecho de que no podamos capturarlas en una
definición exacta). Las ideas sólo generan lucidez (sabiduría) cuando iluminan
las cosas, o sea, cuando se redirigen al mundo de los vivos.
-Actitud de rechazo y
mofa de los prisioneros ante el regreso del filósofo: simboliza la ignorancia
establecida y no reconocida, es decir, los prejuicios que campan a sus anchas
en la doxa.
c) Antropología:
-Caverna: simboliza el
cuerpo como cárcel del alma.
-Cadenas: simbolizan la
sensibilidad del cuerpo que mantienen el alma atada al mundo sensible.
-Ascenso desde la caverna
al exterior y dolor experimentado: simboliza la separación del alma durante el
proceso de conocimiento. La renuncia a todo lo corporal y sensible.
-Exterior: la naturaleza
ideal del alma humana.
d) Ética:
-Ascenso doloroso: podría
interpretarse, desde la ética platónica, como el autocontrol racional de las
pasiones y los sentimientos de los que resulta difícil liberarse.
-Determinación de
regresar a la caverna para liberar al resto de prisioneros: podríamos decir que
el alma justa (equilibrada), sabe perfectamente cómo debe comportarse y se
determina a hacer el Bien, encaminándose, con ello, a la política.
e) Filosofía política:
-Determinación de liberar
al resto de prisioneros: simboliza el deber político que asume el filósofo una
vez ha comprendido la naturaleza del Bien y de la Justicia. Pensemos que el
conocimiento ontológico de las ideas le brinda sabiduría (o lucidez) necesaria
para saber qué hacer en cada caso (y esta es la virtud que se le reclama a todo
buen gobernante).
-Rechazo de los
prisioneros: representa el declive de la democracia en la demagogia y, en
último término, la condena a muerte de Sócrates.
[1]
Algunos lo llaman "realismo exagerado", precisamente por considerar
que las ideas son "más reales" que las cosas sensibles.
[2] La palabra
"ontología" proviene del griego tà
onta (lo ente, las cosas) y logos
(decir relevante, razón).
[3] "Epistemología"
deriva del griego episteme (ciencia,
conocimiento) y logos.
[4] El término
"antropología" está formado por anthropos
(humano) y logos.
[5] La palabra
"ética" procede del griego ethos,
palabra de difícil traducción. Se suele hablar del ethos de un pueblo o de una persona para referirse a su
"manera de ser o de afrontar la vida". En todo caso, la ética es el
estudio filosófico de la moral (siendo la moral el conjunto de hábitos,
comportamientos y conductas inherentes al ser humano que vive en sociedad). Por
eso, la ética también se denomina "filosofía moral".
[6] "Política" es
también un vocablo griego que designa todo aquello que es "asunto de la polis", es decir, todo lo que atañe
a la ciudad y debe ser considerado a debate.
[7] Antes de conocer a
Sócrates, Platón fue discípulo de Crátilo, un filósofo seguidor de Heráclito.
Tomará una serie de conceptos de la filosofía heraclítea para caracterizar el
mundo sensible: multiplicidad o diversidad, movimiento o mutabilidad,
contingencia y caducidad. Recordemos que "contingente" se dice de
aquello que puede ser o no ser, por ejemplo: lloverá en Ceuta dentro de sesenta
días. Platón cree que los entes son contingentes por la misma razón que son
caducos: los entes nacen, se desarrollan y mueren, no son eternos y lo que hoy
es perro, mañana puede ser pasto para los gusanos (por ejemplo).
[8] Por otra parte, Platón se
ve influido en gran medida por la filosofía de Parménides a la hora de
caracterizar el mundo inteligible: las ideas son, al contrario que los entes
concretos del mundo sensible, eternas, únicas (lo contrario que múltiples),
idénticas a sí mismas (lo contrario que diversas), necesarias (lo contrario que
contingentes), inmóviles e inmutables.
[9] El diálogo Timeo plantea una cosmología, una
respuesta al origen del cosmos. La filosofía medieval encontrará en el Demiurgo
la intuición platónica de la existencia de Dios. Pero sobre esta figura caben
muchas interpretaciones, por ejemplo: ¿puede el ser humano llegar a ser un Demiurgo
que continuamente ordene y organice el mundo sensible a partir de las ideas?
Como veremos en el próximo apartado, Platón considera que la mayoría de los
hombres viven en la ignorancia, de espaldas a la verdad. El Demiurgo, por el
contrario, tiene la máxima sabiduría, ya que es capaz de contemplar el mundo
inteligible y servirse de él para dar forma al sensible.
[10] Sócrates (el personaje)
le pide a Glaucón que imagine una línea recta y la divida en dos partes desiguales.
A continuación, deberá dividir cada una de las dos partes utilizando la misma
medida proporcional. Así, obtendrá un total de cuatro segmentos (A,B,C,D)
organizados en dos partes principales (la primera, A-B, representa la doxa y la segunda, C-D, la episteme). Platón desea llamar nuestra
atención sobre el paralelismo existente entre las partes A y C, y entre las
partes B y D. Por eso le pide a Glaucón que subdivida los segmentos usando la
misma razón que en la división original. ¿Cuál es el paralelismo? Según Platón,
la parte A (eikasía) es el
conocimiento basado en conjeturas; la parte C (dianoia) se basa en el razonamiento matemático que, como sabemos,
opera por deducción a partir de unas serie de supuestos o axiomas. En cierto
sentido, la dianoia sería el
conocimiento conjetural pero dentro del mundo inteligible. Por otro lado, la
parte B (pístis) es la creencia
justificada basada en el conocimiento de entes concretos, mientras que la parte
D (noesis) es la intelección de
ideas. El paralelismo entre ambas partes consiste es que ambas reconocen las
entidades características de su mundo: la pístis
reconoce los entes concretos (característicos del mundo sensible), y la noesis reconoce las ideas
(características del mundo inteligible).
[11]
De ahí la famosa inscripción sobre las puertas de la Academia: "Prohibida
la entrada a aquel que no sea geómetra".
[12] Este es otro de los
aspectos de la filosofía platónica más aprovechados por parte de la religión
cristiana durante la Edad Media. La identificación entre lo carnal, lo sensible
y lo mundano, así como su rechazo intelectual.
[13] Desde luego, Platón no
creía que la democracia fuese un sistema político bueno en sí mismo porque, en
su opinión, tiende por defecto a la demagogia. No obstante, las últimas obras de
Platón (en la etapa de vejez), presentan un pensamiento mucho menos radical y
más próximo a la idea contemporánea de que, en política, debemos elegir el
menor de los males y tratar de contener, en la medida de lo posible, los
desvíos hacia la injusticia mediante el uso de leyes generales. Esta última
idea llevará a su discípulo Aristóteles a incluir una versión "justa"
de la democracia, que llamará "República", y en la que el poder del demos se encuentra restringido a unos
límites constitucionales para evitar, en la medida de lo posible, los desvíos
de la demagogia.
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