domingo, 6 de diciembre de 2015

comentario

Texto de Aristóteles



Que hay causas es algo evidente. [...] Puesto que existen cuatro causas, la tarea del

físico es conocerlas todas ellas. Por eso el físico, para indicar el "¿por qué?" según las

exigencias de la Física debe explicitar estas cuatro causas: la materia (hylé), la forma

(eîdos, sinónimo de morphé), el motor y la causa final (sinónimo de télos).

Física, II, 7, 198a






1. Expón el tema del texto.


2. Justifícalo teóricamente.


3. Contrapón el tema del texto con el pensamiento de Platón.


Aclaraciones:


La "Física", según Aristóteles, forma parte de la ontología: es el estudio de la physis, de

la naturaleza y, según hemos visto, él considera que el principio que rige la naturaleza

es la substancia (hilemorfismo). Por lo tanto, el físico es quien estudia la substancia.

También hemos dicho que la ontología aristotélica se centra en estudiar "el ser" del

mundo sublunar, el "ser-en-movimiento", y ese estudio también se puede denominar,

de acuerdo a la expresión de Aristóteles, "Física".


Por otra parte, eîdos es la palabra griega que introduce la filosofía platónica: la idea. En

plural, ideas se dice, en griego antiguo, eíde. En Aristóteles, eîdos se usa como

sinónimo de morphé (forma).


Sugerencias para el comentario:


Hay que relacionar el texto con el hilemorfismo, con la noción de substancia, con el

conocimiento de las cuatro causas que operan en toda substancia y, por último, con la

concepción teleológica de la naturaleza.

lunes, 30 de noviembre de 2015

TRABAJO PARA EVALUACIÓN DE PRIMER TRIMESTRE

1º- Mapa conceptual de PLATÓN (Idealismo platónico)
2º- Mapa conceptual de ARISTÓTELES (Realismo aristotélico)
3º-Redacción comparando AMBAS FILOSOFÍAS


¿CÓMO HACER UN MAPA CONCEPTUAL?

Tomando la filosofía de cada autor y mostrarla desarrollada en un esquema.


      





-modelos de mapa conceptual

ARISTÓTELES

ARISTÓTELES

1. VIDA Y OBRA.

Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es considerado, junto a Platón, uno de los grandes filósofos de la antigüedad y último representante de la filosofía de la Grecia clásica. Nació en Estagira, ciudad perteneciente al Reino de Macedonia, por eso se le conoce también como "el estagirita". De joven fue enviado por su tutor a Atenas, para estudiar filosofía en la Academia de Platón. Pronto destacó como el más brillante de los alumnos. Tras veinte años de estudios, abandonó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde fue recibido por su gobernante, llamado Hermias, que era amigo y antiguo compañero de estudios. Allí permaneció hasta el asesinato de Hermias. Luego viajó a la isla de Lesbos, donde desarrolló estudios de zoología y biología marina durante dos años.
En el 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia solicitó sus servicios para educar al joven Alejandro Magno. Finalmente, en el 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo, según se cree decepcionado por las disputas a la hora de nombrar a un sucesor en la dirección de la Academia. Gran parte de las clases que se impartían en el Liceo eran públicas y gratuitas, pues se desarrollaban a plena luz del día en largos paseos. Por eso, al Liceo también se le llamaba Perípato ("camino", "itinerario", "paseo") y a sus alumnos, peripatéticos ("caminantes", "itinerantes", "paseantes").

La obra de Aristóteles es enorme y versa sobre múltiples disciplinas, no sólo filosóficas, sino también (y especialmente) científicas. Representa como nadie el modelo de sabio universal, interesado por el conocimiento en todos los campos: astronomía, física, biología, lógica, filología... Los historiadores de la filosofía han dividido la obra de Aristóteles en dos grandes conjuntos:

-Escritos exotéricos: destinados al público. Desgraciadamente no se han conservado y todo lo que podemos saber al respecto es que, sin duda, Aristóteles publicó obras (se cree, incluso, que algunas podrían ser diálogos como los de Platón).

-Escritos esotéricos: destinados al uso interno del Liceo. Se trata de un inmenso conjunto de anotaciones y apuntes fruto de las clases que Aristóteles impartía en el Liceo. Son los únicos escritos que se conservan. Fueron compilados y organizados en tratados durante el Helenismo, en la Biblioteca de Alejandría. Por lo tanto, los títulos de las obras de Aristóteles que han llegado hasta nosotros no son originales, sino creados a posteriori.

En cualquier caso, los escritos esotéricos no son diálogos, están escritos en prosa enunciativa, y se consideran la primera manifestación de un género crucial en el desarrollo del pensamiento racional: el tratado. Algunos de los más importantes son: Metafísica, Física, Acerca de la interpretación, Lógica, Analíticos, Tópicos, Acerca del alma, Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y Política.



2. ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES.

A diferencia del idealismo platónico, Aristóteles desarrolló una nueva forma de pensamiento: el realismo. A grandes rasgos, el realismo consiste en fundamentar el conocimiento humano en una realidad independiente de las opiniones y de las apariencias. Para Aristóteles, esa realidad, como veremos, es una mezcla entre materia y forma. Platón, en cambio, fundamentaba el conocimiento en las ideas (formas puras sin materia).

Aristóteles es decisivo en la historia de la filosofía por varias razones:

1º) Es el primero es defender el realismo, y en usarlo para criticar el relativismo y escepticismo de los sofistas.

2º) Es el primero en diferenciar teoría y praxis. Por tanto, es el primero en distinguir el uso teórico de la razón (destinado al saber y al conocimiento de la realidad), frente al uso práctico (destinado a pensar no cómo las cosas son, sino cómo deberían ser). La ética y la filosofía política quedarán ligadas a la praxis. En cambio, la ontología y la epistemología se ceñirán al uso teórico de la razón.
3º) Es el primero en ofrecer una definición exacta de la ontología. En palabras de Aristóteles, "todas las ciencias particulares investigan el ser [la realidad] por lo que refiere a una parte". Es decir, la biología estudia a los seres vivos, la filología estudia el "ser" del lenguaje; la astronomía, el "ser" de los cuerpos celestes; etc. "La ciencia primera", en cambio, estudiará el ser en cuanto ser. Esa ciencia primera es la ontología: investiga la naturaleza (los rasgos, el carácter de ser) de la realidad. Los resultados de la ontología servirán como fundamento para todas las ciencias particulares.

4º) Es el primero en hacer una historia de la filosofía, y el primero en considerar a los presocráticos como primera manifestación del pensamiento racional.

3. LA ONTOLOGÍA DE ARISTÓTELES.

La ontología de Aristóteles llegó a nosotros en dos tratados: Metafísica y Física. Podemos resumirla en varios puntos fundamentales:

a) Crítica al idealismo platónico.
b) Teoría hilemórfica de la realidad.
c) Los diferentes modos de ser según la cosmología: mundo sublunar, mundo supralunar y esencia pura.
d) Diferencia entre substancia y accidente: cambios substanciales y cambios accidentales.
e) El significado ontológico de "sujeto" y "predicado": las substancias primera y segunda y las categorías.
f) La explicación del movimiento: potencia y acto.

Comencemos por el primero, la crítica al idealismo platónico.

Según Aristóteles, las ideas universales de las que habla Platón son demasiado ambiguas y generales, no arrojan luz sobre los casos concretos. Por ejemplo, la idea de "ser humano" no nos dice nada sobre la diferencia entre la humanidad de Sócrates y la de Calicles, y no hay duda de que la realidad nos demuestra que cada individuo es diferente y tiene rasgos exclusivos. Por lo tanto, las ideas platónicas son definiciones demasiado vagas. El precio de su universalidad es la falta de precisión y de exactitud a la hora de definir correctamente y apreciar las diferencias individuales.

Para solucionar este defecto, Aristóteles desarrolla el hilemorfismo[1]. Según su teoría hilemórfica, la realidad es una mezcla inseparable de materia y forma. A la unidad de materia y forma Aristóteles la denomina substancia (en griego ousía). Por consiguiente, siguiendo el anterior ejemplo, Sócrates y Calicles serían en último término substancias diferentes, sólo parecidos en una serie de ideas comunes: que son humanos y mortales, que viven en Atenas y hablan griego, etc. Pero, al ser substancias diferentes, significa que cada uno tiene su particular carácter de ser.
En suma, el hilemorfismo de Aristóteles critica el idealismo platónico. Destruye la diferencia entre dos mundos separados (el sensible y el inteligible) y, a la vez, convierte a las ideas platónicas en vagas generalizaciones. Al introducir la noción de substancia, Aristóteles subraya la importancia de la materia y de la sensibilidad de lo real, aspectos que eran rechazados por el idealismo de Platón.

-Expliquemos ahora la cosmología de Aristóteles.

Para el estagirita, el universo (cosmos) se divide en dos partes diferenciadas: el mundo sublunar, donde vivimos, y el mundo supralunar, donde se encuentran todos los cuerpos celestes.
Aristóteles defiende una concepción geocéntrica del universo. Su sistema astronómico será perfeccionado durante el Helenismo por Ptolomeo, y permanecerá inalterable durante siglos, hasta que Corpérnico desarrolle la teoría heliocéntrica.
En cualquier caso, Aristóteles utiliza la cosmología para explicar los distintos modos de ser y fijar el objeto de estudio de la ontología. A su juicio, el "ser" del mundo sublunar se caracteriza por el puro movimiento, el puro cambio, la incesante mutabilidad. Por el contrario, los cuerpos celestes del mundo supralunar demuestran movimientos bien definidos y armónicos, en concreto movimientos circulares uniformes. El ser del mundo supralunar es, por ello, más perfecto y mejor definible, pero, al estar tan alejado y ser tan diferente del nuestro, no nos sirve para comprender el mundo sublunar. Por último, Aristóteles considera que, englobando todo el cosmos, tendrá que haber una esencia pura, en otras palabras: un ser inmóvil, la pura quietud que sirva de fundamento de la realidad y garantice que el cosmos es único y finito.
Ahora bien, Aristóteles considera que la esencia pura (en términos platónicos sería el sol, la idea de Bien) es inalcanzable. La teología sería la ciencia encargada de estudiarla, pero es irrealizable en la medida en que el ser humano está encerrado en el mundo sublunar. De esta forma, Aristóteles enfoca la ontología al estudio del ser del mundo sublunar, el ser-en-movimiento, y ahí es donde hemos de situar su teoría hilemórfica así como todas las demás aportaciones de su ontología que explicaremos a continuación.


-La diferencia entre substancia y accidente:

Según Aristóteles, la substancia es todo aquello que subsiste en sí mismo, aquello que no necesita de otra cosa diferente para ser. En cambio, accidente es todo aquello que no subsiste en sí mismo, es decir, aquello que necesita de una substancia para ser algo.
El estagirita aclara un poco estas nociones al explicar la diferencia entre dos tipos de cambios que experimentan las substancias. Una substancia sufre cambios substanciales cuando dichos cambios surgen de su propia naturaleza. En cambio, sufre cambios accidentales cuando dichos cambios son provocados por otra cosa. Por ejemplo, la muerte es connatural al ser humano. Cualquier substancia mortal (Sócrates) sufrirá un cambio substancial cuando muera. En cambio, a una substancia mortal le puede ocurrir que enferme de tuberculosis, y eso le provocaría un cambio accidental (en la medida en que la tuberculosis no surge de su naturaleza, sino que viene provocada por la acción de una bacteria).

-La multiplicidad del ser ("Ser se dice en muchos sentidos"): Substancia primera, substancia segunda y categorías.

Aristóteles otorga sentido ontológico a las nociones gramaticales "sujeto" y "predicado". Afirma: el sujeto es aquello que subyace a todo predicado y a todo atributo. El auténtico sujeto ontológico es la substancia primera. Por ejemplo: de Sócrates podemos decir que es humano, ateniense, filósofo, etc. La substancia primera de Sócrates es "Sócrates", en la medida en que es el sujeto al que se refieren todos los atributos que prediquemos de él. Por otra parte, los atributos que definen al sujeto, "ser humano", "ser ateniense", "ser filósofo", etc., son substancias segundas. No son sujetos, ya que se predican de un sujeto (se atribuyen a Sócrates). Según Aristóteles, las ideas platónicas (los universales) son simples substancias segundas, atributos que nos ayudan a definir y caracterizar el "ser" de las substancias primeras. A mayores, Aristóteles presenta una lista de tipos de predicados, a los que denomina categorías: pueden ser de cantidad, de cualidad, de relación, de modo, de lugar y de tiempo. Igualmente, nos sirven para atribuir rasgos a las substancias primeras. De Sócrates podemos decir que está en Atenas (y con ello expresamos una categoría de lugar), que está sentado (y con ello le atribuimos una categoría de modo), que ayer estuvo en el ágora (y con ello le atribuimos categorías de tiempo y de lugar), etc.
Lo importante de estos pensamientos aristotélicos es que en ellos se afirma que la auténtica realidad son las substancias primeras, y que a ellas sólo tenemos acceso mediante los atributos. Pero, del mismo modo, todo atributo o caracterización que hagamos se encamina siempre a una substancia primera, es decir, se dirige a una realidad subyacente. De modo que, aunque existan múltiples opiniones y pareceres sobre la misma cosa, la realidad a la que apuntan es la misma. Con este pensamiento Aristóteles combate el relativismo y escepticismo de los sofistas.

-La explicación del puro movimiento: el paso de la potencia al acto.

La teoría de la substancia (hilemorfismo) debe solucionar todavía un problema fundamental: la dialéctica entre "ser" y "devenir". Aristóteles se suma al debate entre los seguidores de Parménides y de Heráclito e intenta ofrecer una solución definitiva a la siguiente pregunta: ¿El ser permanece al cambio y al movimiento -de modo que ambos, el cambio y el movimiento, son meras apariencias- o bien el ser está condenado al puro movimiento y la permanencia es una ilusión?

La solución de Aristóteles consiste en decir que toda substancia se somete al cambio y al movimiento en la medida en que diversas capacidades naturales (potencias) se actualizan, o sea, se llegan a realizar. Por ejemplo, un ignorante que llega a ser sabio no es una substancia que se transforma en otra. En tal caso, el ser (la substancia) se dividiría en dos. En realidad, dice Aristóteles, el ignorante llega a ser sabio porque la sabiduría era una potencia no realizada, o sea, la substancia tenía la capacidad de llegar a ser sabia. Por lo tanto, el paso de la potencia al acto (el llegar a ser) explica el movimiento connatural de las substancias sin amenazar la permanencia del ser.

Cabe decir que las palabras "potencia" y "acto" proceden del latín potentia y actus. Ambos términos latinos fueron traducciones que realizó Santo Tomás de Aquino de los conceptos originales de Aristóteles. Dichos conceptos originales eran dínamis ("capacidad"), energeia (literalmente significa "en estado de obra", considerando que obra se dice ergon) y entelekhia (que significa "cumplimiento", en tanto que telos significa "finalidad", "meta", "objetivo"). Según la explicación original, el "llegar a ser" es el movimiento de la dínamis a la entelekhia a través de la energeia.

4. EPISTEMOLOGÍA.

Nos centramos en tres aportaciones básicas de la gnoseología de Aristóteles:

a) Diferencia entre saber, técnica y praxis.
b) La teoría de las cuatro causas.
c) La explicación realista del conocimiento humano: sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento.

-Como ya hemos advertido, Aristóteles es el primer filósofo que distingue el uso teórico de la razón humana frente al uso práctico. Esta diferencia se expresa en la distinción entre saber, técnica y praxis. El saber expresa el conocimiento teórico de la naturaleza (la ciencia o epistéme), y está encaminado a determinar lo que las cosas son real y verdaderamente. Frente al saber está la técnica (tekné), que significa "saber hacer", por ejemplo, "saber construir puentes", "saber esquiar", "saber escribir novelas", etc. Aristóteles define a la técnica como aquella "actividad cuyo fin es otra cosa". En la técnica, el fin justifica los medios. Por ejemplo, la técnica del constructor de puentes consiste en lograr que el puente no se caiga. Para ello, realiza una serie de actividades dirigidas a ese fin: usa materiales, ordena a sus trabajadores, dispone las piezas según determinada estructura, etc. Todo el proceso de construcción "desaparece" una vez se ha construido el puente. Por eso, dice Aristóteles que la técnica es una actividad cuyo fin es distinto de la propia actividad. La obra, una vez construida, se separa de la actividad que la produjo.
Por otra parte está la praxis. Según Aristóteles, la praxis consiste en "saber qué hacer" y se trata de "una actividad cuyo fin es la propia actividad". O sea, en la praxis, se produce una identidad total entre el fin y los medios. El fin  no se separa de los medios, por eso, tampoco los justifica, ya que propiamente no son distintos. Esta definición de praxis nos introduce de lleno en el terreno de la filosofía práctica (ética y filosofía política), de la que hablaremos más adelante. Por ahora, en su epistemología, Aristóteles se centra en investigar el saber.

-Para conocer la verdad de una substancia, según Aristóteles, debemos alcanzar y determinar las causas que intervienen en ella. Hay cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y final. La causa material indica la materia de la substancia y explica todo aquello que le ocurre a la substancia debido a su materia. Por ejemplo, si la materia es mármol, entonces el color, la dureza y, en general, las propiedades y efectos característicos del mármol se deben a esa causa material. En segundo lugar, la causa formal nos remite a la forma o configuración de la substancia. Si se trata de un reloj de arena, resulta que todo aquello que le ocurre al reloj por su diseño obedece a la causa formal. La causa formal del árbol será aquello que determina su estructura (que las raíces estén bajo tierra y no sobre el tronco, por ejemplo). En tercer lugar está la causa eficiente, que Aristóteles define como el agente del cambio. Es decir, si una substancia experimenta cambios, del tipo que sean, la causa eficiente será responsable de ellos. Así, por ejemplo, la causa eficiente de que la madera se transforme en ceniza es el fuego. Por último está la causa final, que nos indica, según Aristóteles, la finalidad interna que persigue la substancia. Por ejemplo, la causa final del fruto es servir de alimento a la semilla y ayudar a que los animales la diseminen. De modo que el fruto es dulce por su causa final[2].
Es importante señalar que Aristóteles defiende una concepción teleológica (finalista) de la naturaleza al afirmar que todas las substancias obedecen a una causa final o a una finalidad interna. Este pensamiento, de corte ontológico, se mantendrá a lo largo de los siglos hasta Darwin.

-Destacaremos, por último, que Aristóteles es el primer filósofo en desarrollar una teoría sobre el funcionamiento del conocimiento humano, de corte empirista, subrayando la importancia de la sensibilidad y de la observación como punto de partida. A grandes rasgos, la teoría de Aristóteles consiste en decir que el conocimiento humano se elabora en una serie de pasos: primero, la sensibilidad recoge información sensorial a través de los cinco sentidos; después, la imaginación se encarga de abstraer figuras. Éstas son almacenadas en la memoria. Y a ese almacén interno recurre el entendimiento para comprender la "forma" (definición) de lo observado. En otras palabras: Aristóteles dice que el conocimiento humano, gracias a las operaciones de todas estas facultades (sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento) es capaz de abstraer la forma de la materia, aunque la realidad siga siendo hilemórfica.


5. ANTROPOLOGÍA.

Al igual que ocurre con Platón, la antropología de Aristóteles determina en gran medida la ética y la filosofía política, pues definir el ser humano es un paso decisivo a la hora de pensar cómo debería comportarse moral y políticamente. Es una norma constante en filosofía que bajo toda teoría ética o filosofía política repose una determinada antropología filosófica, o sea, una concepción respecto a qué somos y en qué consiste la condición humana.

Según Aristóteles, el ser humano es la unidad inseparable de cuerpo y alma. Rechaza la inmortalidad del alma, pues, acorde con su ontología hilemórfica, la forma (alma) y la materia (cuerpo) no se pueden separar.

En su tratado Acerca del alma, Aristóteles presenta tres capacidades o facultades del alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional. El alma vegetativa regula las necesidades primarias del organismo. El alma sensitiva consiste en la capacidad de percibir el entorno, recoger sensaciones y "sentir" emociones. El alma racional nos permite ejercer el pensamiento y la inteligencia. En su opinión, los vegetales solo tienen alma vegetativa. Los animales, además de alma vegetativa, tienen facultad sensitiva. Por último, el ser humano posee las tres facultades. Por tanto, lo que nos distingue del resto de seres vivos es la facultad racional.

La definición de ser humano como "animal racional" será clave dentro de la ética y de la filosofía política. En esta última, Aristóteles introduce otro rasgo característico del ser humano: zoón politikón, "animal político", en el sentido de "animal social" (recordemos que polis significa ciudad o comunidad organizada). Esta concepción acerca de la sociabilidad natural del ser humano es la antítesis de la que defenderá Thomas Hobbes en el siglo XVI: homo homini lupus ("el hombre es un lobo para el hombre"). Las consecuencias filosóficas de ambas concepciones serán, por tanto, diametralmente opuestas.


6. ÉTICA.

-El ser humano es el único animal racional. Por lo tanto, la virtud (el comportamiento virtuoso) consiste en vivir acorde a nuestra naturaleza racional, no de espaldas a la razón.
-Aristóteles diferencia entre acción y compulsión. La acción (praxis) siempre es razonada y deliberada: pensamos antes de actuar. La compulsión, en cambio, no es praxis, ya que actúa sin pensar, resultando un comportamiento más propio de los animales que de los humanos.
-Hay dos tipos generales de virtudes: las dianoéticas o "intelectuales" (que consisten en usar la razón para alcanzar el saber y huir de la ignorancia). Y luego están las virtudes éticas, que consisten en usar la razón para saber cómo comportarnos moral y políticamente, es decir, tanto en nuestra vida privada como en el ámbito público. Con esta apreciación, Aristóteles critica en cierta forma a Platón, cuya filosofía presuponía que la virtud se alcanza automáticamente con la sabiduría, es decir, con la contemplación de las ideas.

-Las virtudes éticas se determinan por el "justo medio" de los extremos, que son vicios. Por ejemplo, la virtud de la valentía se encuentra en el justo medio entre la cobardía y la temeridad. La generosidad es el justo medio entre la avaricia y la prodigalidad. La templanza es el justo medio entre la insensibilidad y el libertinaje.

-Hay una virtud fundamental, o virtud de la virtudes, que regula tanto las éticas como las dianoéticas. Se trata de la phrónesis, en latín prudentia, palabra que nosotros hemos traducido como "prudencia" pero que no significa "cuidado" o "precaución", sino "lucidez", "saber cómo comportarnos". Se trata de la "inteligencia práctica", es decir, la capacidad de usar la razón para aprender de nuestros errores y generar hábitos y costumbres saludables. La phrónesis es indispensable para reconocer el justo medio y vivir conforme a acciones y no compulsiones.

-Pero hay otro concepto fundamental en la filosofía práctica aristotélica: la eudaimonía, "felicidad". Se trata del "objeto universal de deseo", aquello a lo que se encamina todo ser de naturaleza racional. Por lo tanto, el fin de la ética (y según veremos, también de la política) es alcanzar la felicidad. No se trata de conseguir meramente lo que a uno le apetece, ya que esto podría estar determinado por motivos irracionales. Se trata, en definitiva, de vivir según los dictados racionales (y deliberados) de la phrónesis.


7. FILOSOFÍA POLÍTICA


Aristóteles sostiene que el ser humano es político por naturaleza, tiende a vivir en comunidad. Nace siempre en una familia. Las familias se agrupan entre sí formando comunidades para facilitarse la vida y cubrirse las necesidades. Cuando las comunidades se unen entre sí y aumentan de tamaño y complejidad, aparece la polis. Esto es una explicación realista sobre el origen de la política.
Aristóteles reflexiona, al igual que Platón, sobre la conveniencia o inconveniencia de las diversas formas de gobierno. Distingue seis en total, agrupadas en dos clases, según sean "justas" o "injustas". Las formas justas de gobierno serán aquellas donde sus gobernantes actúan conforme a la phrónesis, es decir, gobernando de manera racional, sabiendo qué hacer en cada caso, para encaminar la polis a la eudamonía de sus habitantes. Las formas justas de gobierno son la monarquía, la aristocracia y la república. Las formas injustas, por el contrario, son aquellas donde sus gobernantes rigen sin phrónesis y la eudamonía es sustituida por el interés individual. Se trata de la tiranía, la oligarquía y la demagogia.

Si bien Platón había rechazado la democracia por considerarla un régimen abocado a la demagogia, Aristóteles, en cambio, considera que los peligros de la democracia pueden contenerse dentro del marco constitucional de la república. En la república que él defiende ha de funcionar una constitución que marque los límites legales en que puede gobernar la democracia, para evitar la dictadura de la mayoría y la influencia de la demagogia. Tiene que haber una figura distinta del gobernante para determinar la constitución: el legislador. Este ha de ser, al igual que el gobernante pero, si cabe, con más urgencia, sabio y prudente. En caso contrario, la república no garantizaría la corrupción o degeneración de la democracia.



[1] Esta palabra procede del griego hyle, que significa "materia", "material de construcción", y morphé, que significa "forma, figura, configuración".
[2] Aristóteles ilustra las cuatro causas poniendo como ejemplo una estatua de bronce. La causa material es el bronce. La causa formal es la figura de la estatua. La causa eficiente es el escultor. La causa final es la belleza.

jueves, 5 de noviembre de 2015

TEXTOS QUE PUEDEN CAER EN EL EXAMEN

FRAGMENTOS DE LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA (e indicadores para el comentario de texto)

FRANGMENTO 1

-Después de eso -proseguí- compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna (...) En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben (...) mirar sólo delante de ellos (...).

Indicadores:

a) Identificación del texto:
Como siempre, hay que aludir al libro VII de la República. La idea principal del texto está en las dos primeras líneas: Sócrates se propone ilustrar a Glaucón sobre la diferencia epistemológica entre ignorancia y sabiduría por medio de una alegoría (una "representación alegórica", que en el texto llama "experiencia como ésta". A partir de aquí, el texto inicia la descripción de la famosa alegoría de la caverna.

b) Explicación del contenido texto:
Aquí debemos señalar varias cosas. Primero, qué es la alegoría de la caverna, qué describe y qué intenta simbolizar. Segundo, tras presentarla en términos generales, deberemos retomar el texto y fijarnos en los elementos de la alegoría que aparecen en él. Puesto que se trata del inicio, sólo aparece una breve descripción de la caverna donde se hallan prisioneros encadenados mirando al frente. Aquí debemos explicar los siguientes símbolos: caverna (mundo sensible), cadenas (sensibilidad corporal que nos ata al conocimiento del mundo sensible, que Platón llama "opinión", doxa). Por último, debemos señalar algo que no aparece explícitamente en el texto pero a lo que nos apunta la última frase: mirar sólo delante de ellos. ¿Mirar qué? Las sombras. Deberemos explicar qué simbolizan las sombras en la alegoría: simbolizan el objeto de conocimiento de la forma más elemental y más falible de la doxa, a saber, la eikasía ("conjetura"), la cual se basa en meras suposiciones, ni siquiera es capaz de reconocer los objetos sensibles responsables de las sombras. Recalcaremos el hecho de que las sombras son proyectadas por los objetos que circulan delante de la hoguera que se oculta a espaldas de los prisioneros. Habrá que señalar, qué simbolizan la hoguera y los objetos: respectivamente, la doxa en general (conocimiento que aporta "luz" en el mundo sensible, ya sea en forma de eskasía o de pístis), y el tipo de objeto que conoce la pistis, o sea, las cosas sensibles).
c) Justificación del texto en base a la filosofía del autor:
Se trata de justificar la alegoría de la caverna en el contexto del idealismo platónico. Tendremos que dar cuenta de que sabemos qué es el dualismo ontológico (diferencia entre mundo sensible y mundo inteligible), qué es la epistemología platónica (diferencia entre doxa y episteme, así como los cuatro grados del conocimiento), en qué consiste la antropología platónica (dualidad cuerpo-alma) y, por último, las implicaciones éticas y políticas que se derivan de todo ello. No se trata de soltar la teoría sin más, sino relacionarla, en la medida de lo posible, con la alegoría de la caverna. Para ello, tenéis el anexo al final de los apuntes de Platón.


FRAGMENTO 2

-Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia (...) Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba (...) Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto.

a) Identificación y explicación del texto:

Este fragmento corresponde a la alegoría de la caverna (República, libro VII). En el contexto de la narración de la alegoría, el texto se sitúa tras la presentación de la caverna y de sus moradores. La idea principal está en la primera línea: Sócrates (el personaje) comienza a relatar a Glaucón la parte de la alegoría que ilustra el paso decisivo de la ignorancia al saber, la rotura de las cadenas que mantenían a los prisioneros atados al mero conocimiento del mundo sensible. La segunda idea está a continuación, en la segunda línea: ese tránsito hacia la sabiduría no es brusco, sino gradual. La alegoría muestra seguidamente (no figura en el texto porque se ha omitido) que el conocimiento de la verdad es progresivo y se ordena en cuatro niveles: primero ver las sombras (eikasía), luego ver los objetos y la hoguera (pístis), luego, cuando el prisionero es arrastrado al exterior debe acostumbrarse a la luz natural (dianoia) para, finalmente contemplar las cosas tal y como son de día (noesis). La tercera idea del texto se encuentra en la última oración (líneas 2-5), donde se nos habla de la contemplación del sol como conocimiento decisivo y más verdadero, ya que, según se afirma en el texto, el sol "gobierna todo en el ámbito visible", es decir, gobierna todo el conocimiento de la realidad. Debemos  explicar qué simboliza el sol: la Idea de Bien (o idea de las Ideas) y explicar qué significa el Bien en Platón y por qué se encuentra en todas las ideas.
b) Justificación del texto en base a la filosofía del autor:
Aquí debemos presentar, de forma más general, la ontología y epistemología platónicas, así como su relación con la antropología, la ética y la filosofía política, para dar cuenta de que conocemos el idealismo platónico y, por tanto, demostrar (justificar) la importancia simbólica que tiene la alegoría de la caverna.


FRAGMENTO 3

-Y si [el prisionero liberado]  se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?

a) Identificación y explicación del texto:

Este fragmento de la alegoría de la caverna (República, libro VII) se sitúa hacia el final de la narración. Tras haber sido liberado de sus cadenas y haber comprendido la verdad, el prisionero reconoce el engaño al que había sido sometido en "su primera morada", es decir, en la caverna que simboliza el "mundo sensible". La "sabiduría existente allí" significa el tipo de conocimiento ligado al mundo sensible, es decir, la doxa u opinión, el cual no es verdadero, ya que, según Platón, el auténtico saber radica en la contemplación de las ideas, simbolizadas en la alegoría por las cosas reales que hay en el exterior de la caverna. El prisionero liberado "se sentiría feliz del cambio" porque ha aprendido a vivir fuera del engaño y, por lo tanto, ahora conoce el valor auténtico de las cosas. El texto apunta a la ética platónica: la contemplación de las ideas es un rechazo de la sensibilidad y un abrazo a lo que nos define como seres humanos: la razón, el entendimiento. Ese rechazo de la sensibilidad es una manera de expresar la liberación del alma de la cárcel del cuerpo. Sólo en esa liberación, dice Platón, puede darse un verdadero control racional de las pasiones y de los apetitos, que, de otro modo, gobernaría sobre nosotros, esclavizándonos. La auténtica virtud (areté, excelencia en el comportamiento humano) es el Bien, y esto significa, en Platón, el control racional de las partes del alma humana que procura su equilibrio (Justicia). Podemos extendernos más explicando con detalle las virtudes de la ética platónica, pero sin perder de vista el texto, o sea, tratando de relacionar lo que digamos con la frase "se sentiría feliz". Por último, debemos llamar la atención sobre las últimas dos palabras del texto: "los compadecería". Aquí se encierran dos pensamientos centrales en Platón. Por un lado, el intelectualismo moral (que también lo comparte con Sócrates), según el cual la ignorancia es responsable de la maldad y de la injusticia, y el saber, por el contrario, condición del Bien y de la Justicia. Los prisioneros que siguen encadenados en la caverna son ignorantes y, por lo tanto, desconocen el Bien y la Justicia, viven ofuscados entre la falsedad de las sombras, las cuales les hacen perderse a sí mismos. En segundo lugar, Platón insinúa, de forma implícita, que el prisionero liberado, al compadecerse, se determinará moralmente para ayudar a sus compañeros a liberarse. Aquí alude a dos cosas: por un lado, nos alude a la figura de Sócrates, quien buscaba siempre limpiar la mente de sus discípulos de prejuicios (sombras) para ayudarles a crear su propio pensamiento. Por otro lado, se alude a la voluntad política del filósofo, quien, al conocer la naturaleza de la verdad (el Bien y la Justicia) está determinado a gobernar.

b) Justificación del texto en base a la filosofía del autor:
Lo que debemos escribir aquí es la teoría del Platón en relación a la Ética y a la Filosofía Política. O sea, qué dice Platón en su ontología, epistemología y antropología y por qué eso que dice es tan importante para determinar su ética y su pensamiento político.


Otros fragmentos de la alegoría: (4,5)

-Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?

(Claves para comentar el texto: retorno desde el mundo de la Ideas: dialéctica descendente. Los ignorantes se burlan del filósofo, que llega anunciando una verdad que nadie se ha parado a reflexionar (la dualidad sensible-inteligible). Crítica a los sofistas (los prisioneros están alimentados por el relativismo y escepticismo).

Una vez percibida [la idea de Bien], ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta [el sol], y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado [ética] como en lo público [política].

(Claves: La idea de Bien está ligada a la Justicia y a la Belleza (por eso es "causa de todas las cosas rectas y bellas. Por otra parte, la contemplación de las ideas (noesis) no provoca que el filósofo se evada del mundo, sino que lo obliga a descender de nuevo a él para mirar las cosas con una mirada sabia (es decir, con lucidez). Por eso, la Idea de Bien tiene dos aspectos: el puramente intelectual o inteligible (que es la contemplación noética, que se alcanza mediante la dialéctica ascendente), y otro aspecto "visible" (que simboliza el sol), es decir, el modo en que la Idea de Bien está presente en todas las ideas que rigen y gobiernan las cosas (dialéctica descendente). En este último radica la lucidez del sabio.

martes, 3 de noviembre de 2015

TEMA DE PLATÓN

PLATÓN

1. VIDA Y OBRAS (Consultar manual de los Ochos filósofos y apuntes de clase para completar).
Vida:
-Familia aristocrática
-Contexto histórico: Guerras del Peloponeso, dictadura de los Treinta Tiranos, reposición de la democracia ateniense.
-Discípulo de Sócrates.
-Impactado por la condena a muerte de su maestro.
-Viajes (primero esperanza y luego desencanto).
-Regreso a Atenas: fundación de la Academia.
Obras:
-Desarrolla un género único: los dialogoi (diálogos).
-Los diálogos son conversaciones escritas entre diversos personajes (contemporáneos de Platón e históricos). Las reuniones son, presumiblemente, ficticias.
-Los diálogos de Platón cumplen una función pedagógica: transmitir el conocimiento filosófico de las ideas.
-La obra de Platón se clasifica en cuatro etapas: diálogos de juventud (fuerte presencia del pensamiento socrático); diálogos de transición (Platón comienza a desarrollar su propio pensamiento); diálogos de madurez (donde su pensamiento se desarrolla por completo; aquí se ubica la República); diálogos de vejez (en los que realiza una autocrítica filosófica).
-Cabe añadir que Sócrates lleva la voz cantante en la mayoría de diálogos y Platón jamás aparece como personaje.
-Influencias filosóficas: por encima de todo Sócrates (en especial la mayéutica y la crítica a los sofistas) y, en segundo lugar, los presocráticos (en especial Heráclito, Parménides y los pitagóricos).
2. ESTRUCTURA DEL IDEALISMO PLATÓNICO:
En conjunto, el pensamiento de Platón se denomina idealismo[1]. Pero su riqueza le permite abarcar diversas ramas de la filosofía:
a) Ontología[2]: es la rama de la filosofía que se pregunta cuál es el fundamento último de la realidad o cuáles son sus condiciones de posibilidad. Platón recoge, en este sentido, la pregunta presocrática sobre el arjé del cosmos, a la vez que intenta contraatacar el relativismo y escepticismo de los sofistas. Su propuesta en este terreno es el dualismo ontológico, i.e., la división entre mundo sensible y mundo inteligible, así como el papel de arjé que atribuye a las ideas.
b) Epistemología[3] (o Teoría del Conocimiento): esta rama de la filosofía estudia la naturaleza de la verdad o, lo que es lo mismo, las condiciones de posibilidad y fundamentos del conocimiento humano. En Platón, la epistemología está totalmente ligada a la ontología. Aquí debemos situar la gradación del conocimiento en cuatro niveles, desde los más engañosos hasta el más verdadero. Igualmente, la epistemología platónica es una respuesta al relativismo y escepticismo sofistas.
c) Antropología[4]: esta palabra recoge todas las respuestas de la filosofía platónica a la pregunta "¿qué es el ser humano?"; principalmente el dualismo alma-cuerpo, las tesis sobre la inmortalidad y transmigración de las almas. En relación a estas últimas, Platón elabora la teoría epistemológica de la reminiscencia (que incluimos en la antropología platónica porque sólo aquí resulta comprensible).
d) Ética[5]: en Platón, intenta responder a la siguiente pregunta: "¿qué es la virtud?". Configura su propuesta a partir de la división tripartita del alma. Por otro lado, como señalan por mutuo acuerdo los personajes de la República, el objetivo de la ética es definir la justicia en el ser humano para hacernos una idea de cómo debe ser la justicia en la polis. De esta forma, la ética platónica se convierte en antesala de su filosofía política.
e) Filosofía Política[6]: aquí debemos presentar la estructura de la polis ideal platónica, así como su clasificación de formas de gobierno (justas e injustas). Habrá que ver en qué medida Platón defiende una dictadura del "rey filósofo" o bien un modelo ideal (en sí mismo irrealizable) que sirva de criterio normativo para la crítica política de las diversas polis reales.
3. ONTOLOGÍA PLATÓNICA
Según Platón, el pensamiento sofista conduce la idea de que "las cosas son lo que los hombres dicen que son". El relativismo y el escepticismo comportan que la verdad no existe, pues depende de nuestro punto de vista y de convencionalismos culturales (nómos). En este sentido, contra los sofistas, Platón se pregunta qué es lo que puede hacer que las cosas sean independientemente del ser humano, en otras palabras: ¿cuál es el fundamento (o condiciones de posibilidad) de la realidad?
En efecto, Platón se percata de que todas las cosas (caballos, nubes, casas, sueños, etc.) son diferentes entre sí, y no sólo en el sentido de que "caballo no es nube", sino que los caballos (sean reales o imaginarios) son siempre diversos entre sí, nunca son iguales (del mismo modo, las casas, los sueños, las nubes...). Sin embargo, piensa Platón, debe haber algo responsable de que, a pesar de la multiplicidad de caballos concretos, podamos reconocer que todos son, efectivamente "caballos", y no "nubes" o "casas". Dicho de otra forma: según Platón, debe haber algo que otorgue unidad a la multiplicidad de cosas, y que imponga identidad en la diferencia. Ese "algo" que nos brinda "identidad" y "unidad" es, a su juicio, la "idea". En el ejemplo, la "idea caballo", "la idea nube", "la idea sueño", etc. En suma, las ideas platónicas son las definiciones del carácter de ser de los entes concretos.
De entrada, lo que vemos y encontramos en nuestra vida cotidiana son siempre cosas concretas (entes), jamás nos topamos con "ideas". Por eso, concluye Platón, la realidad debe ser una estructura de dos mundos separados: el sensible (el de las cosas concretas, múltiples y diferentes)[7] y el inteligible (el de las ideas universales que otorgan unidad e identidad)[8]. En este sentido, las ideas cumplen el papel de arjé del cosmos, son el principio rector gracias al cual la realidad es ordenada y no puro caos.
Ahora bien, a Platón no le interesa en absoluto describir y enumerar todas y cada una de las ideas que configuran el mundo, tarea que no tendría fin. Sólo le importa una cosa: ¿podemos definir las ideas? En cierta medida, Platón se pregunta: si las ideas son las definiciones del carácter de ser de los entes, ¿es posible encontrar "la idea de las ideas", o sea, la definición del carácter de ser de todas las ideas? En tal caso, conocer la idea de las ideas nos brindaría el conocimiento del fundamento último de la realidad. Platón responde afirmativamente y nos dice: el carácter de ser de todas las ideas consiste en la Justicia, el Bien y la Belleza. Veamos qué significado atribuye a estas palabras:
a) La Justicia, según Platón, es el equilibrio entre las partes de la idea, es decir, que cada parte se encuentre en el lugar que le corresponde. Este equilibrio es lo único que asegura unidad e identidad en la idea. Por ejemplo, si descomponemos la idea de abeja en sus partes, tenemos una estructura anatómica determinada, un comportamiento determinado, un hábitat determinado, etc. Las partes de la idea de abeja no sólo indican sus componentes físicos, sino todo aquello que caracteriza el ser de las abejas (la colmena, la recolección de néctar, etc.). Si todos estos componentes no estuviesen en el lugar que les corresponde, tendríamos, por decir algo, mariposas en lugar de abejas.
b) El Bien, según el pensamiento platónico, significa "excelencia en el comportamiento". La excelencia se dice en griego areté, "virtud". Platón razona que el resultado de la justicia es el bien, pues allí donde hay equilibrio y cada parte cumple su función el comportamiento resultante es virtuoso y excelente.
c) La Belleza, en Platón, está relacionada con el famoso concepto de "amor platónico" y con la contemplación filosófica de las ideas. Platón alude a la belleza para referirse a la justicia y al bien inherentes a las ideas. Por tanto, no se trata de apreciar la belleza en las cosas concretas (lo que sería, para Platón, amor superficial), sino contemplar el equilibrio interno y la excelencia a la que apuntan todas las ideas.
En definitiva, para Platón los conceptos "justicia", "bien" y "belleza" constituyen el criterio de validez ontológico, es decir, el fundamento de la realidad que nos permite juzgar los entes concretos sin caer en el relativismo ni en el escepticismo de los sofistas. Pongamos como ejemplo a dos famosos caballos: Bucéfalo (el caballo de Alejandro Magno) y Rocinante (el caballo de Don Quijote), dejando claro, eso sí, que Platón jamás los conoció. Si aplicamos la ontología platónica tendríamos que:
-Bucéfalo cumple casi a la perfección la idea de caballo, porque es equilibrado y tiene un comportamiento excelente.
-Rocinante se aleja muchísimo de la idea de caballo porque es desequilibrado y su comportamiento es, en consecuencia, defectuoso.
Para Platón, todos los entes concretos son copias de las ideas, ejemplares más o menos próximos a su idea. Este pensamiento genera una concepción aristocrática de la realidad: las cosas se jerarquizan según su grado de participación (o de proximidad) a las ideas. Aquí debemos situar la crítica platónica a las obras de arte: a su juicio, los artistas crean copias de las copias, porque imitan entes concretos, nunca ideas. Podemos finalizar la ontología platónica estableciendo la jerarquía de lo real en el pensamiento platónico (para bien, podemos representarlo en forma de pirámide ascendente; aquí, sin embargo, enumeraremos los grados de realidad en forma descendente, de lo menos a lo más real):
-Arte (según Platón, las obras de arte son copias de las copias).
-Entes concretos (copias de las ideas).
-Ideas (definiciones del carácter de ser de los entes concretos).
-Idea de las ideas (la Belleza, la Justicia y, por encima de todo, el Bien; los tres conceptos configuran el carácter de ser de todas las ideas).

Resta una última cuestión sobre la ontología platónica: la figura del Demiurgo. En el diálogo Timeo, Platón trata de resolver el problema de cómo interactúan los dos mundos, ya que, según se ha dicho, la barrera entre ambos es ontológicamente infranqueable. El Demiurgo es un dios creador que, a diferencia del Dios judeo-cristiano, no crea el mundo a partir de la nada, sino que construye el mundo sensible moldeando la materia amorfa y contemplando las ideas como modelo. Es como un escultor o un alfarero. Esa materia sin forma es, según se dice en el Timeo, eterna, al igual que el mundo inteligible[9].

4. EPISTEMOLOGÍA PLATÓNICA:
La epistemología platónica se basa en una distinción conceptual ofrecida por Heráclito y Parménides, a saber: la diferencia entre saber y opinión. Platón considera que la verdad (aletheia) consiste en la contemplación de las ideas y en eso radica el auténtico saber. Por otro lado, la opinión es tan sólo el conocimiento de entes concretos, no de las ideas que los gobiernan.
La contemplación de las ideas (noesis) está asociada al entendimiento humano, de ahí que Platón nos hable del mundo inteligible. Por el contrario, el mero saber de entes (la opinión, doxa) está asociado a la sensibilidad humana (de ahí, mundo sensible).
Hay dos aspectos fundamentales de la epistemología platónica que comentaremos a continuación: en primer lugar, la jerarquización o gradación del conocimiento humano; en segundo lugar, la importancia de la dialéctica.
En el libro VI de la República, Platón nos presenta (en boca de Sócrates) el famoso símil de la línea, que representa los cuatro grados del conocimiento humano[10]. Los dos primeros pertenecen al conocimiento del mundo sensible (es decir, constituyen la doxa); los dos últimos se refieren al conocimiento del mundo inteligible (y configuran lo que Platón llama episteme). Veámoslos de uno en uno.
1º) Eikasía ("conjetura"). Se trata del nivel elemental de conocimiento, el más básico y, por ello, el más falible. Las conjeturas se basan en presupuestos que no examinan.
2º) Pístis ("creencia justificada"). En este segundo nivel se conocen los entes concretos y, por lo tanto, las creencias se justifican a tenor de lo observado. Aquí es donde Platón situaría la ciencia basada en la observación, por ejemplo, la biología, la geología y la química (pero recordemos que en la Grecia clásica no existe todavía la ciencia moderna).
3º) Dianoia ("razonamiento matemático"). Según Platón, con las matemáticas nos adentramos en el mundo inteligible, porque su capacidad de abstracción nos permite evadirnos de las cosas concretas[11]. En matemáticas se razona a partir de relaciones, funciones y propiedades lógicas y abstractas, para las cuales no se precisa de sensibilidad. La dianoia consiste en deducir consecuencias necesarias a partir de una serie de axiomas.
4º) Noesis ("intelección de ideas"). Según Platón, la noesis consiste en intuir (mediante el intelecto) el ser de las ideas. Funciona de manera ascendente, por abstracción e inducción a lo largo del proceso dialéctico, que describiremos a continuación. Este cuarto nivel es el más cercano a la verdad, ya que culmina con la intelección de la idea de Bien.
La dialéctica, en Platón, es el método con que desarrolla su filosofía y, por lo tanto, el vehículo para la noesis. El método dialéctico es completamente deudor de la mayéutica socrática, con una salvedad importante: Sócrates nunca pasó por escrito sus ideas, pues se dedicaba a que sus discípulos "alumbrasen" sus propios pensamientos. Por el contrario, Platón nos presenta su pensamiento a través de la dialéctica. Veamos en qué consiste.
Al igual que la mayéutica, la dialéctica funciona como una destrucción incesante de hipótesis. Se busca la definición exacta de una idea, por ejemplo, en la República se trata de definir la justicia. A partir de ahí se van presentando a lo largo del diálogo una serie de respuestas provisionales (hipótesis), que son examinadas y puestas a prueba. En la dialéctica platónica (igual que en la mayéutica), todas las hipótesis son eliminadas racionalmente. Para los sofistas, esto demuestra que la verdad no existe o bien no se puede conocer. Para Platón, en cambio, al igual para Sócrates, la continua destrucción de hipótesis revela el carácter de ser de las ideas, que se resisten a ser almacenadas en un simple pensamiento que podamos guardarnos en el bolsillo. De este modo, la idea de justicia, por ejemplo, no se alcanza en la definición, sino en la sabiduría del gobernante filósofo (el único capaz de discernir, caso por caso, qué es justo y qué no lo es). Del mismo modo, la virtud no consiste (según Platón) en seguir a pies juntillas el "manual" o las "instrucciones" para ser virtuoso, sino en el saber comportarse de forma excelente sin imitar a nadie.
Se suele caracterizar la dialéctica platónica en dos recorridos: ascendente y descendente. La dialéctica ascendente consiste en captar o intuir (vía noesis) la idea a través del proceso dialéctico. La dialéctica descendente consiste en la lucidez del sabio que es capaz de regresar al mundo sensible tras haber contemplado las ideas.
5. ANTROPOLOGÍA PLATÓNICA
En consonancia con la ontología, Platón afirma que el ser humano es una dualidad sensible-inteligible. La parte sensible es el cuerpo. La inteligible, el alma. Por tanto, el alma es la idea de ser humano, su auténtica definición, y ha de constar exactamente con los mismos atributos de todas las ideas: ha de ser inmutable, eterna, idéntica a sí misma, necesaria...
Para Platón, el cuerpo es la cárcel del alma, nos arrastra al mundo sensible (la sensibilidad pertenece al cuerpo). Por el contrario, el entendimiento radica en el alma y nos sirve de puente para contemplar el mundo de las ideas.
Cabe decir que Platón define el proceso de conocimiento (desde la ignorancia a la sabiduría) como una experiencia de dolor en donde el alma se va liberando poco a poco de la servidumbre del cuerpo. A este proceso lo llama ascesis, purificación del alma de todo elemento sensible[12].
Por otra parte, de la antropología platónica se desprende la tesis de la inmortalidad del alma, ya que, como idea, es eterna e imperecedera. En este sentido, Platón entronca con el pitagorismo. Y de los pitagóricos Platón tomará la tesis sobre la transmigración de las almas (cuando muere el cuerpo, el alma, según Platón, regresa al mundo de las ideas, y luego desciende nuevamente a otro cuerpo, así en un viaje constante).
Por último, debemos explicar la teoría de la reminiscencia. Se trata de una teoría epistemológica que sólo se aclara a la luz de la antropología. Según Platón, todo conocimiento (toda noesis) es un reconocimiento, un recuerdo del tiempo en que el alma habitaba el mundo de las ideas previa caída al cuerpo sensible.
6. ÉTICA PLATÓNICA
En cierto pasaje de la República, Platón presenta (como siempre, en boca de Sócrates) una metáfora para explicar las tres partes del alma humana. Imaginémonos una figura humana. Si descendemos a la zona del vientre, encontraremos una hidra de múltiples cabezas. Si ascendemos al corazón, veremos un león. Y si continuamos hacia arriba, en la cabeza, veremos una figura humana. La hidra representa los apetitos, los deseos, ya que sus múltiples cabezas desean comerlo todo a la vez y en todas direcciones. El león simboliza la territorialidad del sentimiento, pues los estados de ánimo son como círculos donde nos asentamos y desde los cuales resulta difícil salir. Por último, la figura humana que encontramos en la cabeza ("un hombre dentro del hombre"), es el símbolo de aquello que nos distingue del resto de animales, a saber: la razón.
La división tripartita del alma platónica reza así:
1º) La parte concupiscible, responsable de los apetitos y los deseos, instalada (metafóricamente) en el vientre.
2º) La parte irascible, responsable de las pasiones y los sentimientos, ubicada en el corazón.
) La parte racional, responsable de nuestra inteligencia, situada en la cabeza.
El estudio de las tres partes del alma puede incluirse perfectamente en la antropología platónica. Nosotros preferimos presentarla en la ética por su estrecha relación con las virtudes. Según Platón, todas las virtudes dependen en mayor o menor medida de la parte racional, ya que es la única que tiene capacidad para gobernar los sentimientos y los apetitos. Así pues tenemos que:
1º) El control racional de los apetitos configura la virtud de la templanza.
2º) El control racional de los sentimientos y de las pasiones configura la virtud de la fortaleza.
3º) El autocontrol racional del pensamiento (la depuración de prejuicios) constituye la virtud de la sabiduría.
Por encima de las tres virtudes que acabamos de presentar, hay una cuarta que es más importante porque contiene y presupone a las otras tres: la justicia o "virtud de las virtudes". Según Platón, la justicia se desarrolla mediante el equilibrio entre las partes del alma (equilibrio que sólo puede lograrse mediante el control racional de la sabiduría). El ser humano justo -es decir, aquel que tenga su alma perfectamente equilibrada- actuará de forma excelente y realizará el Bien.
Es famoso el mito del carro alado como representación de la ética platónica. El mito nos presenta a un auriga pilotando un carro alado tirado por dos caballos, uno negro y otro blanco. El negro representa el alma concupiscible, el blanco la irascible y el auriga la parte racional. Los caballos, en especial el negro, intentan desestabilizar el carro y precipitarlo al vacío. El auriga debe luchar para mantenerlos en la senda.

7. FILOSOFÍA POLÍTICA DE PLATÓN
Toda la filosofía platónica, desde su ontología hasta su ética, se dirige a una sola cuestión: ¿qué es la justicia? ¿Podemos llegar a definirla de forma verdadera? Tras el impacto causado por la muerte de Sócrates, el joven Platón se preguntó cómo pudo la democracia ateniense condenar a la persona posiblemente más sabia y más justa de su tiempo. Encontró la respuesta en el intelectualismo moral (el mismo que había defendido Sócrates): la ignorancia de la gente. De hecho, la primera conclusión que debemos extraer de la filosofía platónica es que el filósofo está moralmente obligado a servir al Bien de la polis, puesto que la sabiduría le otorga el verdadero conocimiento de la Justicia.
En su etapa de madurez, Platón desarrolla por completo su pensamiento político. La República nos presenta una polis ideal encaminada a la Justicia y al Bien que sirva de modelo normativo o de referencia para criticar racionalmente las formas reales de gobierno. Obviamente, no basta con decir que la polis ideal será aquella en la que sus ciudadanos sean virtuosos. Porque, según Platón, en toda polis los habitantes están obligados a cumplir una serie de funciones para garantizar su supervivencia, y esto debe reflejarse igualmente en la polis imaginaria.
Al igual que el alma humana, la polis ideal platónica también consta de tres partes:
1º) Ligados a la parte concupiscible del alma humana, Platón presenta a los productores, como los únicos responsables de garantizar la autarquía de la ciudad (esto es, su independencia económica). Por tanto, los productores deben procurar alimentos y dedicarse a la reproducción de la especie (son los únicos destinados, según Platón, a tener familia y procrear). La virtud asociada a los productores será la templanza.
2º) Relacionados con la parte irascible, aparecen los guardianes. Son los protectores de la ciudad, encargados de mantener el orden (cumplimiento de leyes) y la defensa frente al enemigo extranjero. Su virtud característica será la fortaleza.
3º) En relación a la parte racional, están los gobernantes, guardianes de los guardianes, a los que Platón encomienda el poder político (dictar leyes y decidir el destino de la polis). La virtud de los gobernantes ha de ser la sabiduría, de ahí que, en la polis ideal, sean filósofos.
Uno de los aspectos más criticados de la filosofía platónica -además de la "dictadura del rey filósofo" (es decir, además de haber afirmado que sólo los filósofos están legitimados para gobernar)- es el proceso de selección de funciones "políticas" que se presenta en la República, donde se decide cómo los diversos habitantes pasan a ocupar el puestos de productores, guardianes o gobernantes. Se trata de un sistema educativo obligatorio al que se someterían por igual todos los hombres y mujeres de la ciudad desde niños. La polis quitaría la custodia a los padres e insertaría a las nuevas generaciones en ese sistema educativo multidisciplinar (gimnasia, gramática, geometría...). En función del grado de aprendizaje, los habitantes quedarían determinados a ser productores, guardianes o gobernantes. Estos últimos serían los únicos capaces de alcanzar el último nivel del sistema educativo: la dialéctica.
En todo caso, al final de la República todos los participantes del diálogo convienen que tal polis ideal sólo tiene cabida en la imaginación y, a lo sumo, podría servir de modelo de crítica. Es decir, sea cual sea el tipo de gobierno que nos encontremos, la cuestión será si los gobernantes son sabios, si los productores son "templados" o si los defensores tienen "fortaleza", en suma, si cada uno ocupa el lugar que le corresponde.
Por último, cabe anotar que el diálogo República recoge en cierto pasaje una clasificación famosa de formas de gobierno. Platón considera que hay formas justas e injustas. Las primeras persiguen el Bien común de la polis; las segundas, en cambio, persiguen intereses particulares. Así, tenemos que:
a) La monarquía ("el gobierno del mejor") y la aristocracia ("el gobierno de los mejores") son justas porque sus gobernantes son virtuosos y realizan el Bien.
b) La tiranía (degeneración de la monarquía), la oligarquía (degeneración de la aristocracia) y la demagogia (degeneración de la democracia) son injustas porque sus gobernantes se alejan de la virtud y persiguen su propio beneficio.
La crítica de Platón a la democracia es otra de las cosas que se le suelen echar en cara en la actualidad. Sin embargo, lo que detesta Platón es la demagogia, esto es, el dominio del demagogo que logra persuadir a una ciudadanía ignorante para servir a sus propios intereses. Platón, posiblemente por su experiencia amarga en Atenas, no albergó grandes esperanzas en la democracia[13].
8. APÉNDICE: SÍMBOLOS DE LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA
En el libro VII de la República, Platón introduce (en boca de Sócrates) su famosa alegoría de la caverna. De entrada, esta alegoría ilustra el paso de la ignorancia a la sabiduría a través de los cuatro grados del conocimiento. Pero también contiene símbolos que hacen referencia a la ontología (dualismo sensible-inteligible), a la antropología (sensibilidad del cuerpo frente a entendimiento del alma), a su ética (autocontrol racional de los deseos y de los sentimientos) y a su filosofía política (el deber político que asume el filósofo). Tratemos de explicar los principales símbolos de la alegoría en cada rama del idealismo platónico:
a) Ontología:
-Caverna: representa el mundo sensible.
-Sombras de la pared: representan las apariencias de los entes concretos. Podríamos incluir aquí las obras de arte.
-Objetos que circulan por delante de la hoguera: representan los entes concretos.
-Exterior de la caverna: simboliza el mundo inteligible.
-Cosas iluminadas en la luz nocturna y reflejos en el agua: representan las entidades matemáticas.
-Cosas iluminadas por el Sol: las diversas ideas.
-Sol: idea de las ideas.
b) Epistemología:
-Caverna, sombras y objetos: representan el ámbito de la doxa (es decir, lo que podemos conocer a través de la opinión).
-Cadenas: representan la sensibilidad que nos ata al mundo sensible.
-Hoguera: representa la doxa, la opinión (pues es lo que nos permite ver sombras y objetos en el interior de la caverna).
-Salida ascendente y escarpada: representa el abandono dificultoso del conocimiento sensible (es decir, el abandono de la doxa).
-Dolor que siente el prisionero al ascender (y también el dolor que siente desde que es liberado hasta que sus ojos terminan de acostumbrarse a la luz del día en el exterior): simboliza la ascesis del alma a través del conocimiento (purificación y purga de todo elemento sensible).
-Exterior de la caverna: el ámbito de conocimiento de la episteme.
-Ver las cosas iluminadas en la noche y reflejos en el agua: las entidades matemáticas.
-Ver las cosas iluminadas por el Sol: la intelección de ideas.
-Ceguera que produce el Sol al intentar contemplarlo en sí mismo: representa la necesidad de una dialéctica descendente, es decir, la necesidad de no quedarnos en la contemplación noética. Esa necesidad la provoca la propia naturaleza de las ideas (su carácter inaprensible, el hecho de que no podamos capturarlas en una definición exacta). Las ideas sólo generan lucidez (sabiduría) cuando iluminan las cosas, o sea, cuando se redirigen al mundo de los vivos.
-Actitud de rechazo y mofa de los prisioneros ante el regreso del filósofo: simboliza la ignorancia establecida y no reconocida, es decir, los prejuicios que campan a sus anchas en la doxa.
c) Antropología:
-Caverna: simboliza el cuerpo como cárcel del alma.
-Cadenas: simbolizan la sensibilidad del cuerpo que mantienen el alma atada al mundo sensible.
-Ascenso desde la caverna al exterior y dolor experimentado: simboliza la separación del alma durante el proceso de conocimiento. La renuncia a todo lo corporal y sensible.
-Exterior: la naturaleza ideal del alma humana.
d) Ética:
-Ascenso doloroso: podría interpretarse, desde la ética platónica, como el autocontrol racional de las pasiones y los sentimientos de los que resulta difícil liberarse.
-Determinación de regresar a la caverna para liberar al resto de prisioneros: podríamos decir que el alma justa (equilibrada), sabe perfectamente cómo debe comportarse y se determina a hacer el Bien, encaminándose, con ello, a la política.
e) Filosofía política:
-Determinación de liberar al resto de prisioneros: simboliza el deber político que asume el filósofo una vez ha comprendido la naturaleza del Bien y de la Justicia. Pensemos que el conocimiento ontológico de las ideas le brinda sabiduría (o lucidez) necesaria para saber qué hacer en cada caso (y esta es la virtud que se le reclama a todo buen gobernante).
-Rechazo de los prisioneros: representa el declive de la democracia en la demagogia y, en último término, la condena a muerte de Sócrates.



[1] Algunos lo llaman "realismo exagerado", precisamente por considerar que las ideas son "más reales" que las cosas sensibles.
[2] La palabra "ontología" proviene del griego tà onta (lo ente, las cosas) y logos (decir relevante, razón).
[3] "Epistemología" deriva del griego episteme (ciencia, conocimiento) y logos.
[4] El término "antropología" está formado por anthropos (humano) y logos.
[5] La palabra "ética" procede del griego ethos, palabra de difícil traducción. Se suele hablar del ethos de un pueblo o de una persona para referirse a su "manera de ser o de afrontar la vida". En todo caso, la ética es el estudio filosófico de la moral (siendo la moral el conjunto de hábitos, comportamientos y conductas inherentes al ser humano que vive en sociedad). Por eso, la ética también se denomina "filosofía moral".
[6] "Política" es también un vocablo griego que designa todo aquello que es "asunto de la polis", es decir, todo lo que atañe a la ciudad y debe ser considerado a debate.
[7] Antes de conocer a Sócrates, Platón fue discípulo de Crátilo, un filósofo seguidor de Heráclito. Tomará una serie de conceptos de la filosofía heraclítea para caracterizar el mundo sensible: multiplicidad o diversidad, movimiento o mutabilidad, contingencia y caducidad. Recordemos que "contingente" se dice de aquello que puede ser o no ser, por ejemplo: lloverá en Ceuta dentro de sesenta días. Platón cree que los entes son contingentes por la misma razón que son caducos: los entes nacen, se desarrollan y mueren, no son eternos y lo que hoy es perro, mañana puede ser pasto para los gusanos (por ejemplo).
[8] Por otra parte, Platón se ve influido en gran medida por la filosofía de Parménides a la hora de caracterizar el mundo inteligible: las ideas son, al contrario que los entes concretos del mundo sensible, eternas, únicas (lo contrario que múltiples), idénticas a sí mismas (lo contrario que diversas), necesarias (lo contrario que contingentes), inmóviles e inmutables.
[9] El diálogo Timeo plantea una cosmología, una respuesta al origen del cosmos. La filosofía medieval encontrará en el Demiurgo la intuición platónica de la existencia de Dios. Pero sobre esta figura caben muchas interpretaciones, por ejemplo: ¿puede el ser humano llegar a ser un Demiurgo que continuamente ordene y organice el mundo sensible a partir de las ideas? Como veremos en el próximo apartado, Platón considera que la mayoría de los hombres viven en la ignorancia, de espaldas a la verdad. El Demiurgo, por el contrario, tiene la máxima sabiduría, ya que es capaz de contemplar el mundo inteligible y servirse de él para dar forma al sensible.
[10] Sócrates (el personaje) le pide a Glaucón que imagine una línea recta y la divida en dos partes desiguales. A continuación, deberá dividir cada una de las dos partes utilizando la misma medida proporcional. Así, obtendrá un total de cuatro segmentos (A,B,C,D) organizados en dos partes principales (la primera, A-B, representa la doxa y la segunda, C-D, la episteme). Platón desea llamar nuestra atención sobre el paralelismo existente entre las partes A y C, y entre las partes B y D. Por eso le pide a Glaucón que subdivida los segmentos usando la misma razón que en la división original. ¿Cuál es el paralelismo? Según Platón, la parte A (eikasía) es el conocimiento basado en conjeturas; la parte C (dianoia) se basa en el razonamiento matemático que, como sabemos, opera por deducción a partir de unas serie de supuestos o axiomas. En cierto sentido, la dianoia sería el conocimiento conjetural pero dentro del mundo inteligible. Por otro lado, la parte B (pístis) es la creencia justificada basada en el conocimiento de entes concretos, mientras que la parte D (noesis) es la intelección de ideas. El paralelismo entre ambas partes consiste es que ambas reconocen las entidades características de su mundo: la pístis reconoce los entes concretos (característicos del mundo sensible), y la noesis reconoce las ideas (características del mundo inteligible).
[11] De ahí la famosa inscripción sobre las puertas de la Academia: "Prohibida la entrada a aquel que no sea geómetra".
[12] Este es otro de los aspectos de la filosofía platónica más aprovechados por parte de la religión cristiana durante la Edad Media. La identificación entre lo carnal, lo sensible y lo mundano, así como su rechazo intelectual.
[13] Desde luego, Platón no creía que la democracia fuese un sistema político bueno en sí mismo porque, en su opinión, tiende por defecto a la demagogia. No obstante, las últimas obras de Platón (en la etapa de vejez), presentan un pensamiento mucho menos radical y más próximo a la idea contemporánea de que, en política, debemos elegir el menor de los males y tratar de contener, en la medida de lo posible, los desvíos hacia la injusticia mediante el uso de leyes generales. Esta última idea llevará a su discípulo Aristóteles a incluir una versión "justa" de la democracia, que llamará "República", y en la que el poder del demos se encuentra restringido a unos límites constitucionales para evitar, en la medida de lo posible, los desvíos de la demagogia.