lunes, 30 de noviembre de 2015

ARISTÓTELES

ARISTÓTELES

1. VIDA Y OBRA.

Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es considerado, junto a Platón, uno de los grandes filósofos de la antigüedad y último representante de la filosofía de la Grecia clásica. Nació en Estagira, ciudad perteneciente al Reino de Macedonia, por eso se le conoce también como "el estagirita". De joven fue enviado por su tutor a Atenas, para estudiar filosofía en la Academia de Platón. Pronto destacó como el más brillante de los alumnos. Tras veinte años de estudios, abandonó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde fue recibido por su gobernante, llamado Hermias, que era amigo y antiguo compañero de estudios. Allí permaneció hasta el asesinato de Hermias. Luego viajó a la isla de Lesbos, donde desarrolló estudios de zoología y biología marina durante dos años.
En el 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia solicitó sus servicios para educar al joven Alejandro Magno. Finalmente, en el 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo, según se cree decepcionado por las disputas a la hora de nombrar a un sucesor en la dirección de la Academia. Gran parte de las clases que se impartían en el Liceo eran públicas y gratuitas, pues se desarrollaban a plena luz del día en largos paseos. Por eso, al Liceo también se le llamaba Perípato ("camino", "itinerario", "paseo") y a sus alumnos, peripatéticos ("caminantes", "itinerantes", "paseantes").

La obra de Aristóteles es enorme y versa sobre múltiples disciplinas, no sólo filosóficas, sino también (y especialmente) científicas. Representa como nadie el modelo de sabio universal, interesado por el conocimiento en todos los campos: astronomía, física, biología, lógica, filología... Los historiadores de la filosofía han dividido la obra de Aristóteles en dos grandes conjuntos:

-Escritos exotéricos: destinados al público. Desgraciadamente no se han conservado y todo lo que podemos saber al respecto es que, sin duda, Aristóteles publicó obras (se cree, incluso, que algunas podrían ser diálogos como los de Platón).

-Escritos esotéricos: destinados al uso interno del Liceo. Se trata de un inmenso conjunto de anotaciones y apuntes fruto de las clases que Aristóteles impartía en el Liceo. Son los únicos escritos que se conservan. Fueron compilados y organizados en tratados durante el Helenismo, en la Biblioteca de Alejandría. Por lo tanto, los títulos de las obras de Aristóteles que han llegado hasta nosotros no son originales, sino creados a posteriori.

En cualquier caso, los escritos esotéricos no son diálogos, están escritos en prosa enunciativa, y se consideran la primera manifestación de un género crucial en el desarrollo del pensamiento racional: el tratado. Algunos de los más importantes son: Metafísica, Física, Acerca de la interpretación, Lógica, Analíticos, Tópicos, Acerca del alma, Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y Política.



2. ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES.

A diferencia del idealismo platónico, Aristóteles desarrolló una nueva forma de pensamiento: el realismo. A grandes rasgos, el realismo consiste en fundamentar el conocimiento humano en una realidad independiente de las opiniones y de las apariencias. Para Aristóteles, esa realidad, como veremos, es una mezcla entre materia y forma. Platón, en cambio, fundamentaba el conocimiento en las ideas (formas puras sin materia).

Aristóteles es decisivo en la historia de la filosofía por varias razones:

1º) Es el primero es defender el realismo, y en usarlo para criticar el relativismo y escepticismo de los sofistas.

2º) Es el primero en diferenciar teoría y praxis. Por tanto, es el primero en distinguir el uso teórico de la razón (destinado al saber y al conocimiento de la realidad), frente al uso práctico (destinado a pensar no cómo las cosas son, sino cómo deberían ser). La ética y la filosofía política quedarán ligadas a la praxis. En cambio, la ontología y la epistemología se ceñirán al uso teórico de la razón.
3º) Es el primero en ofrecer una definición exacta de la ontología. En palabras de Aristóteles, "todas las ciencias particulares investigan el ser [la realidad] por lo que refiere a una parte". Es decir, la biología estudia a los seres vivos, la filología estudia el "ser" del lenguaje; la astronomía, el "ser" de los cuerpos celestes; etc. "La ciencia primera", en cambio, estudiará el ser en cuanto ser. Esa ciencia primera es la ontología: investiga la naturaleza (los rasgos, el carácter de ser) de la realidad. Los resultados de la ontología servirán como fundamento para todas las ciencias particulares.

4º) Es el primero en hacer una historia de la filosofía, y el primero en considerar a los presocráticos como primera manifestación del pensamiento racional.

3. LA ONTOLOGÍA DE ARISTÓTELES.

La ontología de Aristóteles llegó a nosotros en dos tratados: Metafísica y Física. Podemos resumirla en varios puntos fundamentales:

a) Crítica al idealismo platónico.
b) Teoría hilemórfica de la realidad.
c) Los diferentes modos de ser según la cosmología: mundo sublunar, mundo supralunar y esencia pura.
d) Diferencia entre substancia y accidente: cambios substanciales y cambios accidentales.
e) El significado ontológico de "sujeto" y "predicado": las substancias primera y segunda y las categorías.
f) La explicación del movimiento: potencia y acto.

Comencemos por el primero, la crítica al idealismo platónico.

Según Aristóteles, las ideas universales de las que habla Platón son demasiado ambiguas y generales, no arrojan luz sobre los casos concretos. Por ejemplo, la idea de "ser humano" no nos dice nada sobre la diferencia entre la humanidad de Sócrates y la de Calicles, y no hay duda de que la realidad nos demuestra que cada individuo es diferente y tiene rasgos exclusivos. Por lo tanto, las ideas platónicas son definiciones demasiado vagas. El precio de su universalidad es la falta de precisión y de exactitud a la hora de definir correctamente y apreciar las diferencias individuales.

Para solucionar este defecto, Aristóteles desarrolla el hilemorfismo[1]. Según su teoría hilemórfica, la realidad es una mezcla inseparable de materia y forma. A la unidad de materia y forma Aristóteles la denomina substancia (en griego ousía). Por consiguiente, siguiendo el anterior ejemplo, Sócrates y Calicles serían en último término substancias diferentes, sólo parecidos en una serie de ideas comunes: que son humanos y mortales, que viven en Atenas y hablan griego, etc. Pero, al ser substancias diferentes, significa que cada uno tiene su particular carácter de ser.
En suma, el hilemorfismo de Aristóteles critica el idealismo platónico. Destruye la diferencia entre dos mundos separados (el sensible y el inteligible) y, a la vez, convierte a las ideas platónicas en vagas generalizaciones. Al introducir la noción de substancia, Aristóteles subraya la importancia de la materia y de la sensibilidad de lo real, aspectos que eran rechazados por el idealismo de Platón.

-Expliquemos ahora la cosmología de Aristóteles.

Para el estagirita, el universo (cosmos) se divide en dos partes diferenciadas: el mundo sublunar, donde vivimos, y el mundo supralunar, donde se encuentran todos los cuerpos celestes.
Aristóteles defiende una concepción geocéntrica del universo. Su sistema astronómico será perfeccionado durante el Helenismo por Ptolomeo, y permanecerá inalterable durante siglos, hasta que Corpérnico desarrolle la teoría heliocéntrica.
En cualquier caso, Aristóteles utiliza la cosmología para explicar los distintos modos de ser y fijar el objeto de estudio de la ontología. A su juicio, el "ser" del mundo sublunar se caracteriza por el puro movimiento, el puro cambio, la incesante mutabilidad. Por el contrario, los cuerpos celestes del mundo supralunar demuestran movimientos bien definidos y armónicos, en concreto movimientos circulares uniformes. El ser del mundo supralunar es, por ello, más perfecto y mejor definible, pero, al estar tan alejado y ser tan diferente del nuestro, no nos sirve para comprender el mundo sublunar. Por último, Aristóteles considera que, englobando todo el cosmos, tendrá que haber una esencia pura, en otras palabras: un ser inmóvil, la pura quietud que sirva de fundamento de la realidad y garantice que el cosmos es único y finito.
Ahora bien, Aristóteles considera que la esencia pura (en términos platónicos sería el sol, la idea de Bien) es inalcanzable. La teología sería la ciencia encargada de estudiarla, pero es irrealizable en la medida en que el ser humano está encerrado en el mundo sublunar. De esta forma, Aristóteles enfoca la ontología al estudio del ser del mundo sublunar, el ser-en-movimiento, y ahí es donde hemos de situar su teoría hilemórfica así como todas las demás aportaciones de su ontología que explicaremos a continuación.


-La diferencia entre substancia y accidente:

Según Aristóteles, la substancia es todo aquello que subsiste en sí mismo, aquello que no necesita de otra cosa diferente para ser. En cambio, accidente es todo aquello que no subsiste en sí mismo, es decir, aquello que necesita de una substancia para ser algo.
El estagirita aclara un poco estas nociones al explicar la diferencia entre dos tipos de cambios que experimentan las substancias. Una substancia sufre cambios substanciales cuando dichos cambios surgen de su propia naturaleza. En cambio, sufre cambios accidentales cuando dichos cambios son provocados por otra cosa. Por ejemplo, la muerte es connatural al ser humano. Cualquier substancia mortal (Sócrates) sufrirá un cambio substancial cuando muera. En cambio, a una substancia mortal le puede ocurrir que enferme de tuberculosis, y eso le provocaría un cambio accidental (en la medida en que la tuberculosis no surge de su naturaleza, sino que viene provocada por la acción de una bacteria).

-La multiplicidad del ser ("Ser se dice en muchos sentidos"): Substancia primera, substancia segunda y categorías.

Aristóteles otorga sentido ontológico a las nociones gramaticales "sujeto" y "predicado". Afirma: el sujeto es aquello que subyace a todo predicado y a todo atributo. El auténtico sujeto ontológico es la substancia primera. Por ejemplo: de Sócrates podemos decir que es humano, ateniense, filósofo, etc. La substancia primera de Sócrates es "Sócrates", en la medida en que es el sujeto al que se refieren todos los atributos que prediquemos de él. Por otra parte, los atributos que definen al sujeto, "ser humano", "ser ateniense", "ser filósofo", etc., son substancias segundas. No son sujetos, ya que se predican de un sujeto (se atribuyen a Sócrates). Según Aristóteles, las ideas platónicas (los universales) son simples substancias segundas, atributos que nos ayudan a definir y caracterizar el "ser" de las substancias primeras. A mayores, Aristóteles presenta una lista de tipos de predicados, a los que denomina categorías: pueden ser de cantidad, de cualidad, de relación, de modo, de lugar y de tiempo. Igualmente, nos sirven para atribuir rasgos a las substancias primeras. De Sócrates podemos decir que está en Atenas (y con ello expresamos una categoría de lugar), que está sentado (y con ello le atribuimos una categoría de modo), que ayer estuvo en el ágora (y con ello le atribuimos categorías de tiempo y de lugar), etc.
Lo importante de estos pensamientos aristotélicos es que en ellos se afirma que la auténtica realidad son las substancias primeras, y que a ellas sólo tenemos acceso mediante los atributos. Pero, del mismo modo, todo atributo o caracterización que hagamos se encamina siempre a una substancia primera, es decir, se dirige a una realidad subyacente. De modo que, aunque existan múltiples opiniones y pareceres sobre la misma cosa, la realidad a la que apuntan es la misma. Con este pensamiento Aristóteles combate el relativismo y escepticismo de los sofistas.

-La explicación del puro movimiento: el paso de la potencia al acto.

La teoría de la substancia (hilemorfismo) debe solucionar todavía un problema fundamental: la dialéctica entre "ser" y "devenir". Aristóteles se suma al debate entre los seguidores de Parménides y de Heráclito e intenta ofrecer una solución definitiva a la siguiente pregunta: ¿El ser permanece al cambio y al movimiento -de modo que ambos, el cambio y el movimiento, son meras apariencias- o bien el ser está condenado al puro movimiento y la permanencia es una ilusión?

La solución de Aristóteles consiste en decir que toda substancia se somete al cambio y al movimiento en la medida en que diversas capacidades naturales (potencias) se actualizan, o sea, se llegan a realizar. Por ejemplo, un ignorante que llega a ser sabio no es una substancia que se transforma en otra. En tal caso, el ser (la substancia) se dividiría en dos. En realidad, dice Aristóteles, el ignorante llega a ser sabio porque la sabiduría era una potencia no realizada, o sea, la substancia tenía la capacidad de llegar a ser sabia. Por lo tanto, el paso de la potencia al acto (el llegar a ser) explica el movimiento connatural de las substancias sin amenazar la permanencia del ser.

Cabe decir que las palabras "potencia" y "acto" proceden del latín potentia y actus. Ambos términos latinos fueron traducciones que realizó Santo Tomás de Aquino de los conceptos originales de Aristóteles. Dichos conceptos originales eran dínamis ("capacidad"), energeia (literalmente significa "en estado de obra", considerando que obra se dice ergon) y entelekhia (que significa "cumplimiento", en tanto que telos significa "finalidad", "meta", "objetivo"). Según la explicación original, el "llegar a ser" es el movimiento de la dínamis a la entelekhia a través de la energeia.

4. EPISTEMOLOGÍA.

Nos centramos en tres aportaciones básicas de la gnoseología de Aristóteles:

a) Diferencia entre saber, técnica y praxis.
b) La teoría de las cuatro causas.
c) La explicación realista del conocimiento humano: sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento.

-Como ya hemos advertido, Aristóteles es el primer filósofo que distingue el uso teórico de la razón humana frente al uso práctico. Esta diferencia se expresa en la distinción entre saber, técnica y praxis. El saber expresa el conocimiento teórico de la naturaleza (la ciencia o epistéme), y está encaminado a determinar lo que las cosas son real y verdaderamente. Frente al saber está la técnica (tekné), que significa "saber hacer", por ejemplo, "saber construir puentes", "saber esquiar", "saber escribir novelas", etc. Aristóteles define a la técnica como aquella "actividad cuyo fin es otra cosa". En la técnica, el fin justifica los medios. Por ejemplo, la técnica del constructor de puentes consiste en lograr que el puente no se caiga. Para ello, realiza una serie de actividades dirigidas a ese fin: usa materiales, ordena a sus trabajadores, dispone las piezas según determinada estructura, etc. Todo el proceso de construcción "desaparece" una vez se ha construido el puente. Por eso, dice Aristóteles que la técnica es una actividad cuyo fin es distinto de la propia actividad. La obra, una vez construida, se separa de la actividad que la produjo.
Por otra parte está la praxis. Según Aristóteles, la praxis consiste en "saber qué hacer" y se trata de "una actividad cuyo fin es la propia actividad". O sea, en la praxis, se produce una identidad total entre el fin y los medios. El fin  no se separa de los medios, por eso, tampoco los justifica, ya que propiamente no son distintos. Esta definición de praxis nos introduce de lleno en el terreno de la filosofía práctica (ética y filosofía política), de la que hablaremos más adelante. Por ahora, en su epistemología, Aristóteles se centra en investigar el saber.

-Para conocer la verdad de una substancia, según Aristóteles, debemos alcanzar y determinar las causas que intervienen en ella. Hay cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y final. La causa material indica la materia de la substancia y explica todo aquello que le ocurre a la substancia debido a su materia. Por ejemplo, si la materia es mármol, entonces el color, la dureza y, en general, las propiedades y efectos característicos del mármol se deben a esa causa material. En segundo lugar, la causa formal nos remite a la forma o configuración de la substancia. Si se trata de un reloj de arena, resulta que todo aquello que le ocurre al reloj por su diseño obedece a la causa formal. La causa formal del árbol será aquello que determina su estructura (que las raíces estén bajo tierra y no sobre el tronco, por ejemplo). En tercer lugar está la causa eficiente, que Aristóteles define como el agente del cambio. Es decir, si una substancia experimenta cambios, del tipo que sean, la causa eficiente será responsable de ellos. Así, por ejemplo, la causa eficiente de que la madera se transforme en ceniza es el fuego. Por último está la causa final, que nos indica, según Aristóteles, la finalidad interna que persigue la substancia. Por ejemplo, la causa final del fruto es servir de alimento a la semilla y ayudar a que los animales la diseminen. De modo que el fruto es dulce por su causa final[2].
Es importante señalar que Aristóteles defiende una concepción teleológica (finalista) de la naturaleza al afirmar que todas las substancias obedecen a una causa final o a una finalidad interna. Este pensamiento, de corte ontológico, se mantendrá a lo largo de los siglos hasta Darwin.

-Destacaremos, por último, que Aristóteles es el primer filósofo en desarrollar una teoría sobre el funcionamiento del conocimiento humano, de corte empirista, subrayando la importancia de la sensibilidad y de la observación como punto de partida. A grandes rasgos, la teoría de Aristóteles consiste en decir que el conocimiento humano se elabora en una serie de pasos: primero, la sensibilidad recoge información sensorial a través de los cinco sentidos; después, la imaginación se encarga de abstraer figuras. Éstas son almacenadas en la memoria. Y a ese almacén interno recurre el entendimiento para comprender la "forma" (definición) de lo observado. En otras palabras: Aristóteles dice que el conocimiento humano, gracias a las operaciones de todas estas facultades (sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento) es capaz de abstraer la forma de la materia, aunque la realidad siga siendo hilemórfica.


5. ANTROPOLOGÍA.

Al igual que ocurre con Platón, la antropología de Aristóteles determina en gran medida la ética y la filosofía política, pues definir el ser humano es un paso decisivo a la hora de pensar cómo debería comportarse moral y políticamente. Es una norma constante en filosofía que bajo toda teoría ética o filosofía política repose una determinada antropología filosófica, o sea, una concepción respecto a qué somos y en qué consiste la condición humana.

Según Aristóteles, el ser humano es la unidad inseparable de cuerpo y alma. Rechaza la inmortalidad del alma, pues, acorde con su ontología hilemórfica, la forma (alma) y la materia (cuerpo) no se pueden separar.

En su tratado Acerca del alma, Aristóteles presenta tres capacidades o facultades del alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional. El alma vegetativa regula las necesidades primarias del organismo. El alma sensitiva consiste en la capacidad de percibir el entorno, recoger sensaciones y "sentir" emociones. El alma racional nos permite ejercer el pensamiento y la inteligencia. En su opinión, los vegetales solo tienen alma vegetativa. Los animales, además de alma vegetativa, tienen facultad sensitiva. Por último, el ser humano posee las tres facultades. Por tanto, lo que nos distingue del resto de seres vivos es la facultad racional.

La definición de ser humano como "animal racional" será clave dentro de la ética y de la filosofía política. En esta última, Aristóteles introduce otro rasgo característico del ser humano: zoón politikón, "animal político", en el sentido de "animal social" (recordemos que polis significa ciudad o comunidad organizada). Esta concepción acerca de la sociabilidad natural del ser humano es la antítesis de la que defenderá Thomas Hobbes en el siglo XVI: homo homini lupus ("el hombre es un lobo para el hombre"). Las consecuencias filosóficas de ambas concepciones serán, por tanto, diametralmente opuestas.


6. ÉTICA.

-El ser humano es el único animal racional. Por lo tanto, la virtud (el comportamiento virtuoso) consiste en vivir acorde a nuestra naturaleza racional, no de espaldas a la razón.
-Aristóteles diferencia entre acción y compulsión. La acción (praxis) siempre es razonada y deliberada: pensamos antes de actuar. La compulsión, en cambio, no es praxis, ya que actúa sin pensar, resultando un comportamiento más propio de los animales que de los humanos.
-Hay dos tipos generales de virtudes: las dianoéticas o "intelectuales" (que consisten en usar la razón para alcanzar el saber y huir de la ignorancia). Y luego están las virtudes éticas, que consisten en usar la razón para saber cómo comportarnos moral y políticamente, es decir, tanto en nuestra vida privada como en el ámbito público. Con esta apreciación, Aristóteles critica en cierta forma a Platón, cuya filosofía presuponía que la virtud se alcanza automáticamente con la sabiduría, es decir, con la contemplación de las ideas.

-Las virtudes éticas se determinan por el "justo medio" de los extremos, que son vicios. Por ejemplo, la virtud de la valentía se encuentra en el justo medio entre la cobardía y la temeridad. La generosidad es el justo medio entre la avaricia y la prodigalidad. La templanza es el justo medio entre la insensibilidad y el libertinaje.

-Hay una virtud fundamental, o virtud de la virtudes, que regula tanto las éticas como las dianoéticas. Se trata de la phrónesis, en latín prudentia, palabra que nosotros hemos traducido como "prudencia" pero que no significa "cuidado" o "precaución", sino "lucidez", "saber cómo comportarnos". Se trata de la "inteligencia práctica", es decir, la capacidad de usar la razón para aprender de nuestros errores y generar hábitos y costumbres saludables. La phrónesis es indispensable para reconocer el justo medio y vivir conforme a acciones y no compulsiones.

-Pero hay otro concepto fundamental en la filosofía práctica aristotélica: la eudaimonía, "felicidad". Se trata del "objeto universal de deseo", aquello a lo que se encamina todo ser de naturaleza racional. Por lo tanto, el fin de la ética (y según veremos, también de la política) es alcanzar la felicidad. No se trata de conseguir meramente lo que a uno le apetece, ya que esto podría estar determinado por motivos irracionales. Se trata, en definitiva, de vivir según los dictados racionales (y deliberados) de la phrónesis.


7. FILOSOFÍA POLÍTICA


Aristóteles sostiene que el ser humano es político por naturaleza, tiende a vivir en comunidad. Nace siempre en una familia. Las familias se agrupan entre sí formando comunidades para facilitarse la vida y cubrirse las necesidades. Cuando las comunidades se unen entre sí y aumentan de tamaño y complejidad, aparece la polis. Esto es una explicación realista sobre el origen de la política.
Aristóteles reflexiona, al igual que Platón, sobre la conveniencia o inconveniencia de las diversas formas de gobierno. Distingue seis en total, agrupadas en dos clases, según sean "justas" o "injustas". Las formas justas de gobierno serán aquellas donde sus gobernantes actúan conforme a la phrónesis, es decir, gobernando de manera racional, sabiendo qué hacer en cada caso, para encaminar la polis a la eudamonía de sus habitantes. Las formas justas de gobierno son la monarquía, la aristocracia y la república. Las formas injustas, por el contrario, son aquellas donde sus gobernantes rigen sin phrónesis y la eudamonía es sustituida por el interés individual. Se trata de la tiranía, la oligarquía y la demagogia.

Si bien Platón había rechazado la democracia por considerarla un régimen abocado a la demagogia, Aristóteles, en cambio, considera que los peligros de la democracia pueden contenerse dentro del marco constitucional de la república. En la república que él defiende ha de funcionar una constitución que marque los límites legales en que puede gobernar la democracia, para evitar la dictadura de la mayoría y la influencia de la demagogia. Tiene que haber una figura distinta del gobernante para determinar la constitución: el legislador. Este ha de ser, al igual que el gobernante pero, si cabe, con más urgencia, sabio y prudente. En caso contrario, la república no garantizaría la corrupción o degeneración de la democracia.



[1] Esta palabra procede del griego hyle, que significa "materia", "material de construcción", y morphé, que significa "forma, figura, configuración".
[2] Aristóteles ilustra las cuatro causas poniendo como ejemplo una estatua de bronce. La causa material es el bronce. La causa formal es la figura de la estatua. La causa eficiente es el escultor. La causa final es la belleza.

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