ARISTÓTELES
1. VIDA Y OBRA.
Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) es considerado, junto a
Platón, uno de los grandes filósofos de la antigüedad y último representante de
la filosofía de la Grecia clásica. Nació en Estagira, ciudad perteneciente al
Reino de Macedonia, por eso se le conoce también como "el
estagirita". De joven fue enviado por su tutor a Atenas, para estudiar
filosofía en la Academia de Platón. Pronto destacó como el más brillante de los
alumnos. Tras veinte años de estudios, abandonó Atenas y viajó a Atarneo y a
Aso, en Asia Menor, donde fue recibido por su gobernante, llamado Hermias, que
era amigo y antiguo compañero de estudios. Allí permaneció hasta el asesinato
de Hermias. Luego viajó a la isla de Lesbos, donde desarrolló estudios de zoología
y biología marina durante dos años.
En el 343 a. C., el rey Filipo II de
Macedonia solicitó sus servicios para educar al joven Alejandro Magno.
Finalmente, en el 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia
escuela, el Liceo, según se cree decepcionado por las disputas a la hora de
nombrar a un sucesor en la dirección de la Academia. Gran parte de las clases
que se impartían en el Liceo eran públicas y gratuitas, pues se desarrollaban a
plena luz del día en largos paseos. Por eso, al Liceo también se le llamaba
Perípato ("camino", "itinerario", "paseo") y a
sus alumnos, peripatéticos ("caminantes", "itinerantes",
"paseantes").
La obra de Aristóteles es enorme y versa sobre múltiples
disciplinas, no sólo filosóficas, sino también (y especialmente) científicas.
Representa como nadie el modelo de sabio universal, interesado por el
conocimiento en todos los campos: astronomía, física, biología, lógica,
filología... Los historiadores de la filosofía han dividido la obra de
Aristóteles en dos grandes conjuntos:
-Escritos exotéricos: destinados al público. Desgraciadamente
no se han conservado y todo lo que podemos saber al respecto es que, sin duda,
Aristóteles publicó obras (se cree, incluso, que algunas podrían ser diálogos
como los de Platón).
-Escritos esotéricos: destinados al uso interno del Liceo. Se
trata de un inmenso conjunto de anotaciones y apuntes fruto de las clases que
Aristóteles impartía en el Liceo. Son los únicos escritos que se conservan.
Fueron compilados y organizados en tratados durante el Helenismo, en la
Biblioteca de Alejandría. Por lo tanto, los títulos de las obras de Aristóteles
que han llegado hasta nosotros no son originales, sino creados a posteriori.
En cualquier caso, los escritos esotéricos no son diálogos,
están escritos en prosa enunciativa, y se consideran la primera manifestación
de un género crucial en el desarrollo del pensamiento racional: el tratado.
Algunos de los más importantes son: Metafísica,
Física, Acerca de la interpretación, Lógica,
Analíticos, Tópicos, Acerca del alma,
Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo y Política.
2. ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA DE ARISTÓTELES.
A diferencia del idealismo platónico, Aristóteles desarrolló
una nueva forma de pensamiento: el realismo. A grandes rasgos, el realismo consiste
en fundamentar el conocimiento humano en una realidad independiente de las
opiniones y de las apariencias. Para Aristóteles, esa realidad, como veremos,
es una mezcla entre materia y forma. Platón, en cambio, fundamentaba el
conocimiento en las ideas (formas puras sin materia).
Aristóteles es decisivo en la historia de la filosofía por
varias razones:
1º) Es el primero es defender el realismo, y en usarlo para
criticar el relativismo y escepticismo de los sofistas.
2º) Es el primero en diferenciar teoría y praxis. Por tanto,
es el primero en distinguir el uso teórico de la razón (destinado al saber y al
conocimiento de la realidad), frente al uso práctico (destinado a pensar no
cómo las cosas son, sino cómo deberían ser). La ética y la filosofía
política quedarán ligadas a la praxis. En cambio, la ontología y la
epistemología se ceñirán al uso teórico de la razón.
3º) Es el primero en ofrecer una definición exacta de la
ontología. En palabras de Aristóteles, "todas las ciencias particulares
investigan el ser [la realidad] por lo que refiere a una parte". Es decir,
la biología estudia a los seres vivos, la filología estudia el "ser"
del lenguaje; la astronomía, el "ser" de los cuerpos celestes; etc. "La
ciencia primera", en cambio, estudiará el
ser en cuanto ser. Esa ciencia primera es la ontología: investiga la
naturaleza (los rasgos, el carácter de
ser) de la realidad. Los resultados de la ontología servirán como
fundamento para todas las ciencias particulares.
4º) Es el primero en hacer una historia de la filosofía, y el
primero en considerar a los presocráticos como primera manifestación del
pensamiento racional.
3. LA ONTOLOGÍA DE ARISTÓTELES.
La ontología de Aristóteles llegó a nosotros en dos tratados:
Metafísica y Física. Podemos resumirla
en varios puntos fundamentales:
a) Crítica al idealismo platónico.
b) Teoría hilemórfica de la realidad.
c) Los diferentes modos de ser según la cosmología: mundo
sublunar, mundo supralunar y esencia pura.
d) Diferencia entre substancia y accidente: cambios substanciales
y cambios accidentales.
e) El significado ontológico de "sujeto" y
"predicado": las substancias primera y segunda y las categorías.
f) La explicación del movimiento: potencia y acto.
Comencemos por el primero, la crítica al idealismo platónico.
Según Aristóteles, las ideas universales de las que habla
Platón son demasiado ambiguas y generales, no arrojan luz sobre los casos
concretos. Por ejemplo, la idea de "ser humano" no nos dice nada
sobre la diferencia entre la humanidad de Sócrates y la de Calicles, y no hay
duda de que la realidad nos demuestra que cada individuo es diferente y tiene
rasgos exclusivos. Por lo tanto, las ideas platónicas son definiciones
demasiado vagas. El precio de su universalidad es la falta de precisión y de
exactitud a la hora de definir correctamente y apreciar las diferencias
individuales.
Para solucionar este defecto, Aristóteles desarrolla el
hilemorfismo[1].
Según su teoría hilemórfica, la realidad es una mezcla inseparable de materia y
forma. A la unidad de materia y forma Aristóteles la denomina substancia (en
griego ousía). Por consiguiente,
siguiendo el anterior ejemplo, Sócrates y Calicles serían en último término
substancias diferentes, sólo parecidos en una serie de ideas comunes: que son
humanos y mortales, que viven en Atenas y hablan griego, etc. Pero, al ser
substancias diferentes, significa que cada uno tiene su particular carácter de ser.
En suma, el hilemorfismo de Aristóteles critica el idealismo
platónico. Destruye la diferencia entre dos mundos separados (el sensible y el
inteligible) y, a la vez, convierte a las ideas platónicas en vagas
generalizaciones. Al introducir la noción de substancia, Aristóteles subraya la
importancia de la materia y de la sensibilidad de lo real, aspectos que eran
rechazados por el idealismo de Platón.
-Expliquemos ahora la cosmología de Aristóteles.
Para el estagirita, el universo (cosmos) se divide en dos
partes diferenciadas: el mundo sublunar, donde vivimos, y el mundo supralunar,
donde se encuentran todos los cuerpos celestes.
Aristóteles defiende una concepción geocéntrica del universo.
Su sistema astronómico será perfeccionado durante el Helenismo por Ptolomeo, y
permanecerá inalterable durante siglos, hasta que Corpérnico desarrolle la
teoría heliocéntrica.
En cualquier caso, Aristóteles utiliza la cosmología para
explicar los distintos modos de ser y fijar el objeto de estudio de la
ontología. A su juicio, el "ser" del mundo sublunar se caracteriza
por el puro movimiento, el puro cambio, la incesante mutabilidad. Por el
contrario, los cuerpos celestes del mundo supralunar demuestran movimientos
bien definidos y armónicos, en concreto movimientos circulares uniformes. El
ser del mundo supralunar es, por ello, más perfecto y mejor definible, pero, al
estar tan alejado y ser tan diferente del nuestro, no nos sirve para comprender
el mundo sublunar. Por último, Aristóteles considera que, englobando todo el
cosmos, tendrá que haber una esencia pura, en otras palabras: un ser inmóvil,
la pura quietud que sirva de fundamento de la realidad y garantice que el
cosmos es único y finito.
Ahora bien, Aristóteles considera que la esencia pura (en
términos platónicos sería el sol, la idea de Bien) es inalcanzable. La teología
sería la ciencia encargada de estudiarla, pero es irrealizable en la medida en
que el ser humano está encerrado en el mundo sublunar. De esta forma,
Aristóteles enfoca la ontología al estudio del ser del mundo sublunar, el
ser-en-movimiento, y ahí es donde hemos de situar su teoría hilemórfica así
como todas las demás aportaciones de su ontología que explicaremos a
continuación.
-La diferencia entre substancia y accidente:
Según Aristóteles, la substancia es todo aquello que subsiste
en sí mismo, aquello que no necesita de otra cosa diferente para ser. En
cambio, accidente es todo aquello que no subsiste en sí mismo, es decir,
aquello que necesita de una substancia para ser algo.
El estagirita aclara un poco estas nociones al explicar la
diferencia entre dos tipos de cambios que experimentan las substancias. Una substancia
sufre cambios substanciales cuando dichos cambios surgen de su propia
naturaleza. En cambio, sufre cambios accidentales cuando dichos cambios son
provocados por otra cosa. Por ejemplo, la muerte es connatural al ser humano.
Cualquier substancia mortal (Sócrates) sufrirá un cambio substancial cuando
muera. En cambio, a una substancia mortal le puede ocurrir que enferme de
tuberculosis, y eso le provocaría un cambio accidental (en la medida en que la
tuberculosis no surge de su naturaleza, sino que viene provocada por la acción
de una bacteria).
-La multiplicidad del ser ("Ser se dice en muchos
sentidos"): Substancia primera, substancia segunda y categorías.
Aristóteles otorga sentido ontológico a las nociones
gramaticales "sujeto" y "predicado". Afirma: el sujeto es
aquello que subyace a todo predicado y a todo atributo. El auténtico sujeto
ontológico es la substancia primera. Por ejemplo: de Sócrates podemos decir que
es humano, ateniense, filósofo, etc. La substancia primera de Sócrates es
"Sócrates", en la medida en que es el sujeto al que se refieren todos
los atributos que prediquemos de él. Por otra parte, los atributos que definen
al sujeto, "ser humano", "ser ateniense", "ser
filósofo", etc., son substancias segundas. No son sujetos, ya que se predican
de un sujeto (se atribuyen a Sócrates). Según Aristóteles, las ideas platónicas
(los universales) son simples substancias segundas, atributos que nos ayudan a
definir y caracterizar el "ser" de las substancias primeras. A
mayores, Aristóteles presenta una lista de tipos de predicados, a los que
denomina categorías: pueden ser de cantidad, de cualidad, de relación, de modo,
de lugar y de tiempo. Igualmente, nos sirven para atribuir rasgos a las
substancias primeras. De Sócrates podemos decir que está en Atenas (y con ello
expresamos una categoría de lugar), que está sentado (y con ello le atribuimos
una categoría de modo), que ayer estuvo en el ágora (y con ello le atribuimos
categorías de tiempo y de lugar), etc.
Lo importante de estos pensamientos aristotélicos es que en
ellos se afirma que la auténtica realidad son las substancias primeras, y que a
ellas sólo tenemos acceso mediante los atributos. Pero, del mismo modo, todo
atributo o caracterización que hagamos se encamina siempre a una substancia primera,
es decir, se dirige a una realidad subyacente. De modo que, aunque existan
múltiples opiniones y pareceres sobre la misma cosa, la realidad a la que
apuntan es la misma. Con este pensamiento Aristóteles combate el relativismo y
escepticismo de los sofistas.
-La explicación del puro movimiento: el paso de la potencia
al acto.
La teoría de la substancia (hilemorfismo) debe solucionar
todavía un problema fundamental: la dialéctica entre "ser" y
"devenir". Aristóteles se suma al debate entre los seguidores de
Parménides y de Heráclito e intenta ofrecer una solución definitiva a la
siguiente pregunta: ¿El ser permanece al cambio y al movimiento -de modo que
ambos, el cambio y el movimiento, son meras apariencias- o bien el ser está
condenado al puro movimiento y la permanencia es una ilusión?
La solución de Aristóteles consiste en decir que toda
substancia se somete al cambio y al movimiento en la medida en que diversas
capacidades naturales (potencias) se actualizan, o sea, se llegan a realizar.
Por ejemplo, un ignorante que llega a ser sabio no es una substancia que se
transforma en otra. En tal caso, el ser (la substancia) se dividiría en dos. En
realidad, dice Aristóteles, el ignorante llega a ser sabio porque la sabiduría
era una potencia no realizada, o sea, la substancia tenía la capacidad de
llegar a ser sabia. Por lo tanto, el paso de la potencia al acto (el llegar a ser) explica el movimiento connatural de las substancias sin amenazar
la permanencia del ser.
Cabe decir que las palabras "potencia" y
"acto" proceden del latín potentia
y actus. Ambos términos latinos
fueron traducciones que realizó Santo Tomás de Aquino de los conceptos
originales de Aristóteles. Dichos conceptos originales eran dínamis ("capacidad"), energeia (literalmente significa
"en estado de obra", considerando que obra se dice ergon) y entelekhia (que significa "cumplimiento", en tanto que telos significa "finalidad",
"meta", "objetivo"). Según la explicación original, el
"llegar a ser" es el movimiento de la dínamis a la entelekhia a
través de la energeia.
4. EPISTEMOLOGÍA.
Nos centramos en tres aportaciones básicas de la gnoseología
de Aristóteles:
a) Diferencia entre saber, técnica y praxis.
b) La teoría de las cuatro causas.
c) La explicación realista del conocimiento humano:
sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento.
-Como ya hemos advertido, Aristóteles es el primer filósofo que
distingue el uso teórico de la razón humana frente al uso práctico. Esta
diferencia se expresa en la distinción entre saber, técnica y praxis. El saber
expresa el conocimiento teórico de la naturaleza (la ciencia o epistéme), y está encaminado a
determinar lo que las cosas son real
y verdaderamente. Frente al saber está la técnica (tekné), que significa "saber hacer", por ejemplo,
"saber construir puentes", "saber esquiar", "saber
escribir novelas", etc. Aristóteles define a la técnica como aquella
"actividad cuyo fin es otra cosa". En la técnica, el fin justifica
los medios. Por ejemplo, la técnica del constructor de puentes consiste en lograr
que el puente no se caiga. Para ello, realiza una serie de actividades
dirigidas a ese fin: usa materiales, ordena a sus trabajadores, dispone las
piezas según determinada estructura, etc. Todo el proceso de construcción
"desaparece" una vez se ha construido el puente. Por eso, dice
Aristóteles que la técnica es una actividad cuyo fin es distinto de la propia
actividad. La obra, una vez construida, se separa de la actividad que la
produjo.
Por otra parte está la praxis. Según Aristóteles, la praxis
consiste en "saber qué hacer" y se trata de "una actividad cuyo
fin es la propia actividad". O sea, en la praxis, se produce una identidad
total entre el fin y los medios. El fin
no se separa de los medios, por eso, tampoco los justifica, ya que
propiamente no son distintos. Esta definición de praxis nos introduce de lleno
en el terreno de la filosofía práctica (ética y filosofía política), de la que
hablaremos más adelante. Por ahora, en su epistemología, Aristóteles se centra
en investigar el saber.
-Para conocer la verdad de una substancia, según Aristóteles,
debemos alcanzar y determinar las causas que intervienen en ella. Hay cuatro
tipos de causas: material, formal, eficiente y final. La causa material indica
la materia de la substancia y explica todo aquello que le ocurre a la
substancia debido a su materia. Por ejemplo, si la materia es mármol, entonces
el color, la dureza y, en general, las propiedades y efectos característicos
del mármol se deben a esa causa material. En segundo lugar, la causa formal nos
remite a la forma o configuración de la substancia. Si se trata de un reloj de
arena, resulta que todo aquello que le ocurre al reloj por su diseño obedece a
la causa formal. La causa formal del árbol será aquello que determina su
estructura (que las raíces estén bajo tierra y no sobre el tronco, por
ejemplo). En tercer lugar está la causa eficiente, que Aristóteles define como
el agente del cambio. Es decir, si una substancia experimenta cambios, del tipo
que sean, la causa eficiente será responsable de ellos. Así, por ejemplo, la
causa eficiente de que la madera se transforme en ceniza es el fuego. Por
último está la causa final, que nos indica, según Aristóteles, la finalidad
interna que persigue la substancia. Por ejemplo, la causa final del fruto es
servir de alimento a la semilla y ayudar a que los animales la diseminen. De
modo que el fruto es dulce por su causa final[2].
Es importante señalar que Aristóteles defiende una concepción
teleológica (finalista) de la naturaleza al afirmar que todas las substancias
obedecen a una causa final o a una finalidad interna. Este pensamiento, de
corte ontológico, se mantendrá a lo largo de los siglos hasta Darwin.
-Destacaremos, por último, que Aristóteles es el primer
filósofo en desarrollar una teoría sobre el funcionamiento del conocimiento
humano, de corte empirista, subrayando la importancia de la sensibilidad y de
la observación como punto de partida. A grandes rasgos, la teoría de
Aristóteles consiste en decir que el conocimiento humano se elabora en una serie
de pasos: primero, la sensibilidad recoge información sensorial a través de los
cinco sentidos; después, la imaginación se encarga de abstraer figuras. Éstas
son almacenadas en la memoria. Y a ese almacén interno recurre el entendimiento
para comprender la "forma" (definición) de lo observado. En otras
palabras: Aristóteles dice que el conocimiento humano, gracias a las
operaciones de todas estas facultades (sensibilidad, imaginación, memoria y
entendimiento) es capaz de abstraer la forma de la materia, aunque la realidad
siga siendo hilemórfica.
5. ANTROPOLOGÍA.
Al igual que ocurre con Platón, la antropología de
Aristóteles determina en gran medida la ética y la filosofía política, pues
definir el ser humano es un paso decisivo a la hora de pensar cómo debería
comportarse moral y políticamente. Es una norma constante en filosofía que bajo
toda teoría ética o filosofía política repose una determinada antropología
filosófica, o sea, una concepción respecto a qué somos y en qué consiste la
condición humana.
Según Aristóteles, el ser humano es la unidad inseparable de
cuerpo y alma. Rechaza la inmortalidad del alma, pues, acorde con su ontología
hilemórfica, la forma (alma) y la materia (cuerpo) no se pueden separar.
En su tratado Acerca
del alma, Aristóteles presenta tres capacidades o facultades del alma: la
vegetativa, la sensitiva y la racional. El alma vegetativa regula las
necesidades primarias del organismo. El alma sensitiva consiste en la capacidad
de percibir el entorno, recoger sensaciones y "sentir" emociones. El
alma racional nos permite ejercer el pensamiento y la inteligencia. En su
opinión, los vegetales solo tienen alma vegetativa. Los animales, además de
alma vegetativa, tienen facultad sensitiva. Por último, el ser humano posee las
tres facultades. Por tanto, lo que nos distingue del resto de seres vivos es la
facultad racional.
La definición de ser humano como "animal racional"
será clave dentro de la ética y de la filosofía política. En esta última,
Aristóteles introduce otro rasgo característico del ser humano: zoón politikón, "animal
político", en el sentido de "animal social" (recordemos que polis significa ciudad o comunidad
organizada). Esta concepción acerca de la sociabilidad natural del ser humano
es la antítesis de la que defenderá Thomas Hobbes en el siglo XVI: homo homini lupus ("el hombre es un
lobo para el hombre"). Las consecuencias filosóficas de ambas concepciones
serán, por tanto, diametralmente opuestas.
6. ÉTICA.
-El ser humano es el único animal racional. Por lo tanto, la
virtud (el comportamiento virtuoso) consiste en vivir acorde a nuestra
naturaleza racional, no de espaldas a la razón.
-Aristóteles diferencia entre acción y compulsión. La acción
(praxis) siempre es razonada y
deliberada: pensamos antes de actuar. La compulsión, en cambio, no es praxis, ya que actúa sin pensar,
resultando un comportamiento más propio de los animales que de los humanos.
-Hay dos tipos generales de virtudes: las dianoéticas o "intelectuales"
(que consisten en usar la razón para alcanzar el saber y huir de la
ignorancia). Y luego están las virtudes éticas,
que consisten en usar la razón para saber cómo comportarnos moral y
políticamente, es decir, tanto en nuestra vida privada como en el ámbito
público. Con esta apreciación, Aristóteles critica en cierta forma a Platón,
cuya filosofía presuponía que la virtud se alcanza automáticamente con la
sabiduría, es decir, con la contemplación de las ideas.
-Las virtudes éticas se determinan por el "justo
medio" de los extremos, que son vicios. Por ejemplo, la virtud de la
valentía se encuentra en el justo medio entre la cobardía y la temeridad. La
generosidad es el justo medio entre la avaricia y la prodigalidad. La templanza
es el justo medio entre la insensibilidad y el libertinaje.
-Hay una virtud fundamental, o virtud de la virtudes, que
regula tanto las éticas como las dianoéticas. Se trata de la phrónesis, en latín prudentia, palabra que nosotros hemos traducido como
"prudencia" pero que no significa "cuidado" o
"precaución", sino "lucidez", "saber cómo
comportarnos". Se trata de la "inteligencia práctica", es decir,
la capacidad de usar la razón para aprender de nuestros errores y generar
hábitos y costumbres saludables. La phrónesis
es indispensable para reconocer el justo medio y vivir conforme a acciones y no
compulsiones.
-Pero hay otro concepto fundamental en la filosofía práctica
aristotélica: la eudaimonía,
"felicidad". Se trata del "objeto universal de deseo",
aquello a lo que se encamina todo ser de naturaleza racional. Por lo tanto, el
fin de la ética (y según veremos, también de la política) es alcanzar la
felicidad. No se trata de conseguir meramente lo que a uno le apetece, ya que
esto podría estar determinado por motivos irracionales. Se trata, en
definitiva, de vivir según los dictados racionales (y deliberados) de la phrónesis.
7. FILOSOFÍA POLÍTICA
Aristóteles sostiene que el ser humano es político por
naturaleza, tiende a vivir en comunidad. Nace siempre en una familia. Las
familias se agrupan entre sí formando comunidades para facilitarse la vida y
cubrirse las necesidades. Cuando las comunidades se unen entre sí y aumentan de
tamaño y complejidad, aparece la polis.
Esto es una explicación realista sobre el origen de la política.
Aristóteles reflexiona, al igual que Platón, sobre la conveniencia
o inconveniencia de las diversas formas de gobierno. Distingue seis en total,
agrupadas en dos clases, según sean "justas" o "injustas".
Las formas justas de gobierno serán aquellas donde sus gobernantes actúan
conforme a la phrónesis, es decir, gobernando
de manera racional, sabiendo qué hacer en cada caso, para encaminar la polis a la eudamonía de sus habitantes. Las formas justas de gobierno son la
monarquía, la aristocracia y la república. Las formas injustas, por el
contrario, son aquellas donde sus gobernantes rigen sin phrónesis y la eudamonía
es sustituida por el interés individual. Se trata de la tiranía, la oligarquía
y la demagogia.
Si bien Platón había rechazado la democracia por considerarla
un régimen abocado a la demagogia, Aristóteles, en cambio, considera que los
peligros de la democracia pueden contenerse dentro del marco constitucional de
la república. En la república que él defiende ha de funcionar una constitución
que marque los límites legales en que puede gobernar la democracia, para evitar
la dictadura de la mayoría y la influencia de la demagogia. Tiene que haber una
figura distinta del gobernante para determinar la constitución: el legislador.
Este ha de ser, al igual que el gobernante pero, si cabe, con más urgencia,
sabio y prudente. En caso contrario, la república no garantizaría la corrupción
o degeneración de la democracia.
[1]
Esta palabra procede del griego hyle,
que significa "materia", "material de construcción", y morphé, que significa "forma,
figura, configuración".
[2]
Aristóteles ilustra las cuatro causas poniendo como ejemplo una estatua de
bronce. La causa material es el bronce. La causa formal es la figura de la
estatua. La causa eficiente es el escultor. La causa final es la belleza.
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