lunes, 25 de enero de 2016

GUÍA PARA LA AUTOCORRECCIÓN DE LOS COMENTARIOS DE SANTO TOMÁS

GUÍA PARA EL COMENTARIO DE TEXTO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO


1º) El texto que cae en selectividad lleva el siguiente título: Suma Teológica, cuestión

94, artículo 2º, "La ley natural, ¿consta de muchos preceptos o de uno solamente?".

Como su título indica, el tema del texto es la "ley natural", concepto que en la filosofía

tomista pertenece al orden práctico (moral y político). Ello implica que en el

comentario de texto deberemos poner especial énfasis en el desarrollo de cuestiones

de filosofía práctica y, de forma minoritaria, en cuestiones que atañen a la filosofía

teórica.



2º) ¿Qué debemos poner en los contextos?


a) Contexto histórico. Hay que mencionar, al menos, los siguientes hechos históricos:

-Tomás de Aquino vive en el siglo XIII, en plena Escolástica medieval. Nace en Italia y

desarrolla su profesión docente, como monje dominico, en la Universidad de París.

-En el siglo XIII se produce un gran desarrollo demográfico y económico, gracias a la

liberación del trabajo que conlleva la invención de técnicas de arado y a la rueda de

molino.

-Surgen las ciudades y se desarrolla el mercado (aparecen las compañías mercantiles y

los gremios artesanales).

-Se desarrolla el feudalismo como sistema de organización social, sobre todo en

Francia. La sociedad se estructura en tres estamentos: los campesinos y artesanos

(laboratores), los nobles y caballeros (bellatores) y el clero (oratores).


b) Contexto cultural.

-Aparecen las llamadas órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) como crítica a

la corrupción de la Iglesia y defensa de una vuelta a los orígenes teóricos y prácticos

del cristianismo "auténtico".

-Surgen las primeras Universidades (primero Bolonia y luego París). En ellas, el

conocimiento se organiza en torno a las llamadas "artes liberales" (trivium et

quadrivium). La filosofía se enseña como parte de la teología, y se pone especial

relevancia en la función pedagógica de los desarrollos filosóficos (quaestio y

disputatio).

-En el plano artístico destaca la aparición del estilo gótico y la construcción de las

catedrales.


c) Contexto filosófico.

-Al igual que en el resto de la Edad Media, la filosofía continúa siendo la "sierva" de la

teología (supeditada a aclarar y/o resolver cuestiones teológicas y religiosas).

-La Escolástica abarca los siglos XI-XIV, y se distinguen tres escolásticas diferentes: la

cristiana (Tomás de Aquino), la árabe (Avicena y Averroes) y la judía (Maimónides).

-En el siglo XIII la filosofía de Averroes se difunde por buena parte del mundo cristiano.

Siger de Brabante se convierte en el principal exponente del averroísmo latino. Las

tesis de Averroes son heterodoxas desde el punto de vista del dogma religioso, por

ejemplo: defienden la mortalidad del alma, la eternidad del mundo, la existencia de

dos órdenes de verdades irreductibles (las verdades de Fe y las verdades de Razón).

Santo Tomás de Aquino construye su filosofía como respuesta católica (y ortodoxa) al

averroísmo latino.

-Unos y otros (averroístas y tomistas) incorporan a la cultura cristiana la filosofía de

Aristóteles, que había sido censurada por la Iglesia y conservada por la cultura árabe.

Esto hace que la filosofía triunfante durante la Patrística (siglos V-XI d. C.), que era la

platónico-agustiniana, pase a un segundo plano (aunque cuente con el apoyo "oficial"

de la Iglesia).

-La problemática filosófica de la Escolástica cristiana se divide en dos cuestiones

importantes: la primera es el debate en torno a la relación entre Razón y Fe (los

averroístas defienden su separación, los tomistas su complementariedad). La otra

cuestión es el denominado "problema de los universales" (sobre si las esencias son

reales o bien un producto de la abstracción humana).


3º) ¿Qué debemos comentar en el texto?


a) Ante todo, debemos ubicar el fragmento dentro del texto general. Si no sabemos

dónde está exactamente, al menos debemos resumir la estructura general que

presentan las cuestiones de la Suma Teológica (a saber: introducción de la pregunta,

objeciones, resumen de la tesis -o bien argumento a la autoridad-, desarrollo de la

tesis tomista, respuesta a las objeciones). Aquí también deberemos señalar que el

texto pertenece a la filosofía práctica o prescriptiva (por oposición a la filosofía teórica,

especulativa o descriptiva, que se encarga de otras cuestiones, como el problema de la

existencia de Dios).


b) Pasaremos a explicar el contenido del fragmento, resumiendo la manera en que

Santo Tomás aborda la cuestión y la solución que propone. A modo de conclusión,

subrayaremos la tesis principal que defiende Santo Tomás y que le sirve para contestar

a todas las objeciones, a saber: la ley natural consta de muchos preceptos pero, a

pesar de ello, es una sola.

c) Para justificar filosóficamente el texto (y por tanto, para justificar la tesis de Santo

Tomás) deberemos desarrollar los siguientes puntos:

-Explicar la diferencia entre ley divina o eterna, ley natural o moral, y ley positiva o

humana.

-Mencionar el primer precepto de la ley natural según Santo Tomás: "el bien ha de

buscarse y realizarse, el mal ha de evitarse".

-Explicar la concepción tomista del bien y del mal (la cual es idéntica a la de San

Agustín de Hipona, Platón y Aristóteles). El bien es cumplimiento de la esencia propia,

y el mal es el incumplimiento de dicha esencia. Dado que la esencia del ser humano

consiste en "ser racional" y "ser social", de ello se desprende que el bien en el ser

humano consiste en vivir y actuar racionalmente y llevar una vida pacífica y acorde a la

convivencia social.

-Explicar que la concepción del bien y del mal nos lleva a una visión teleológica o

finalista de la naturaleza, incluyendo al ser humano. Pero hay que recalcar que, en la

Edad Media, los filósofos aceptan el concepto de "libre albedrío" (o libertad de

elección), inexistente en el paradigma antiguo. El libre albedrío justifica la existencia

del mal en el ser humano (no estamos determinados por naturaleza a obrar el bien,

sino a elegir si vivimos acorde a nuestra verdadera naturaleza o no).

-Debemos presentar, por último, la concepción tripartita del alma humana que Tomás

de Aquino hereda de Aristóteles: alma vegetativa, sensitiva y racional. Al igual que

Aristóteles, el tomismo sostiene que la facultad racional tiene la capacidad de someter

a las otras partes. Esto asegura que la naturaleza humana sea, en el fondo, "una" y no

"múltiple". Por consiguiente, la ley natural es el control racional de todas las partes del

alma. En este punto tenemos que mencionar (si no lo hemos hecho ya en la

explicación del fragmento) que Tomás de Aquino añade una serie de preceptos a la ley

natural, varios por cada una de las partes del alma sometidas a la razón. Así, por

ejemplo, dice que propio del alma vegetativa (que compartimos con el resto de seres

vivos) es el precepto de autoconservación de la propia vida. A la parte sensitiva le

afectan los siguientes preceptos de la ley natural: la exclusiva finalidad reproductiva de

las relaciones sexuales y el cuidado y educación de nuestros hijos. Como propios del

alma racional, Tomás de Aquino señala los siguientes preceptos: huir de la ignorancia,

buscar la verdad en Dios, aceptar la convivencia pacífica en sociedad.

-Si nos da tiempo, podemos explicar que la ley positiva o humana (legislación concreta

que se dan los hombres a sí mismos y varía de país a país) es convencional, no natural.

Pero, al haber demostrado Santo Tomás que la ley natural consiste en vivir de acuerdo

a nuestra esencia racional y social, ello le sirve para usar la ley natural como criterio de

validez de la política (en el sentido de señalar el camino para que las legislaciones

convencionales se construyan de acuerdo a la naturaleza humana y, en último término,

a los designios de Dios). Se da, por consiguiente, una cierta conexión entre la ley

eterna o divina, la ley natural o moral y la ley positiva o humana.



4º) Comparación con otro autor.

En primer lugar, os recuerdo que este apartado, junto a la valoración crítica de la

actualidad del filósofo, son personales, es decir, poco sentido tiene copiar las ideas de

otras, lo interesante es construirlas por uno mismo.

En segundo lugar, dado que el tema va sobre filosofía práctica (ética y filosofía

política), es obvio que tendremos que comparar a Tomás de Aquino con la filosofía

práctica de otro autor, sea Platón, Aristóteles o el que nosotros queramos.

De los diversos comentarios que me habéis entregado, uno en concreto mostraba una

comparación que me gustó especialmente (aunque sospecho que no es original, y si lo

es mi más sincera enhorabuena). Comparaba la filosofía práctica de Tomás de Aquino

con el iusnaturalismo de John Locke, donde encontraba muchas similitudes. A

mayores, contraponía a ambos el convencionalismo del sofista Hipias.



5º) Valoración crítica y personal sobre la vigencia del autor.

Hay ciertos aspectos de la filosofía de Tomás de Aquino que siguen siendo vigentes hoy

en día, al menos entre los filósofos creyentes que intentan presentar una

fundamentación filosófica de su religión, suponiendo la misma complementariedad

entre Razón y Fe que defendía Tomás de Aquino.

Por otra parte, el iusnaturalismo (la justificación de las leyes y morales humanas en la

naturaleza) sigue siendo en la actualidad un tema muy relevante, a la hora, por

ejemplo, de legitimar los derechos humanos o el derecho universal. Se trata de una

propuesta contraria al puro convencionalismo y relativismo moral y político.

Sin embargo, la modernidad, sobre todo a partir de la Ilustración (con Kant), tiene muy

claro que la teología, junto a la metafísica, son disciplinas que jamás podrán lograr un

conocimiento de rango científico. En este sentido, proyectos de la escala de la Suma

Teológica sólo pueden plantearse a día de hoy en el contexto interno de un dogma

religioso, sin la menor consideración epistemológica por parte de las comunidades

científica y filosófica.

martes, 19 de enero de 2016

FE DE ERRORES

En el tema 1, tratando la época de esplendor ateniense, se afirma que abarca la primera mitad

del siglo V a. C., y que tal época coincide con la denominada Atenas de Pericles. Asimismo se

informa de que Pericles instauró la democracia. Pues bien, la primera afirmación no es falsa,

pero induce a equívoco. La segunda es completamente falsa.

Cuando Pericles nació, alrededor del año 495 a. C., ya existía la democracia en Atenas. Fue

introducida por Clístenes en torno al año 508 a. C. No supuso un cambio radical respecto al

modelo social anterior pues fue instaurada sobre las bases de las reformas políticas y

económicas producidas a raíz de la Constitución que redactó Solón en el año 594 a. C. Solón es

considerado uno de los "Siete Sabios", una serie de "protofilósofos" anteriores a los

presocráticos, aunque algunos, como Solón, contemporáneos a Tales de Mileto. Apenas hay

constancia histórica de estos personajes. Solón es, quizás, el único del que se conservan datos

objetivos, precisamente por haber creado la mencionada Constitución. Los demás se

confunden entre leyendas y testimonios posteriores.

En cualquier caso, la Constitución de Solón supuso un cambio político y económico

fundamental en la Atenas del siglo VI a. C., al sustituir el tradicional modelo basado en las

familias y el linaje por un sistema timocrático donde los propietarios de terrenos y riquezas

adquirieron poder político. Se resolvió así, en parte, la enorme desigualdad económica del

modelo anterior. Asimismo, al aumentar la participación en el poder político se sentaron las

bases para que el demos se interesase por los asuntos de las polis, tradicionalmente en manos

de reyes y familias aristocráticas.

Ya en el siglo V a. C., cuando la democracia estaba consolidada, Pericles se convirtió en uno de

los ciudadanos (y políticos) más influyentes de su época. Es cierto que favoreció la cultura y el

arte, pero esto debemos ponerlo en contexto. Pericles fue el impulsor de la llamada Liga de

Delos, una especie de alianza estratégica comandada por Atenas que reunía a muchas otras

polis griegas de la época, surgida tras el fin de las Guerras Médicas. En su fundación, el

principal objetivo de la Liga de Delos fue conformar un sistema de defensa contra nuevas

invasiones persas, pero pronto se dejaron entrever las pretensiones atenienses de dominar el

territorio griego, ante lo cual Esparta, tradicional rival de Atenas, manifestó su rechazo total.

Por lo tanto, si bien en la llamada "Atenas de Pericles" encontramos un desarrollo político y

cultural sin precedentes, puede considerarse que las pretensiones de la Liga de Delos fueron el

desencadenante de las Guerras del Peloponeso que condujeron posteriormente a la

autodestrucción de la Grecia Clásica.

Cabe decir que la construcción de la Acrópolis y el Partenón, promovidas por Pericles, fueron

posibles gracias a la riqueza acumulada por Atenas en su dominio de la Liga. Fueron criticadas

como construcciones banales y ostentosas por algunos ciudadanos atenienses, entre ellos,

Platón. Hay que señalar que el sistema democrático ateniense no fue extendido a las polis

coaligadas. Primaban los intereses económicos y militares. En definitiva, la Liga de Delos es la

pretensión ateniense de formar una suerte de imperio para controlar el Egeo y buena parte del

Meditarráneo, desde Jonia hasta Sicilia.

Por último, percatémonos de que la expresión "Atenas de Pericles" induce a equívoco, pues

Pericles no fue rey ni concentró el poder político de la ciudadanía. Fue, eso sí, un ciudadano

relevante con muchísima influencia gracias a su gran capacidad de oratoria e impulsó cambios

de mentalidad que causaron verdadero escándalo en su época, como darle relevancia política

a su compañera, Aspasia, lo que supuso un verdadero atentado contra las costumbres

misóginas enraizadas en Grecia1.

1 Se cree que Aspasia redactaba los discursos de Pericles y que es autora de uno de los textos griegos

más famosos e importantes de todos los tiempos: la oración fúnebre de Pericles, donde se define con

claridad, en términos ideales, qué es la democracia ateniense y en qué se distingue con respecto a otras

formas de gobierno.

viernes, 8 de enero de 2016

SANTO TOMAS

TOMÁS DE AQUINO

OBRA
La obra fundamental de Tomás de Aquino es la Summa Theologica (Suma Teológica), donde reúne prácticamente la totalidad de las problemáticas filosófico-teológicas medievales dispuestas de forma sistemática a lo largo de 612 cuestiones (quaestiones), cada una de las cuales obedece a la misma estructura:
1º) Enunciado, normalmente en forma de pregunta, de la cuestión que se va a tratar. Por ejemplo, la cuestión 2, "¿Existe o no existe Dios?", o la cuestión 94, a la que pertenece el texto que comentaremos: "La ley natural, ¿comprende muchos preceptos o uno solamente?".
2º) Objeciones en contra de la tesis que se va a defender, presentadas de forma enumerada.
3º) Cita de una autoridad reconocida (argumento a la autoridad) o bien anticipación resumida de la tesis que se va a defender (en el texto aparece con la expresión "en cambio...").
4º) Solución de la pregunta, donde Tomás de Aquino desarrolla pormenorizadamente su tesis (suele empezar con la frase "hay que decir...").
5º) Contestación a las objeciones a partir de los argumentos de la tesis tomista.

CONTEXTOS HISTÓRICO Y CULTURAL[1].


CONTEXTO FILOSÓFICO:
Al igual que ocurre con el resto de pensadores medievales, la filosofía de Santo Tomás de Aquino se convierte en la ancilla theologiae, sierva o criada de la teología. Todo su pensamiento está enfocado a resolver problemas filosófico-teológicos suscitados durante la escolástica medieval, principalmente ante la emergencia del averroísmo latino[2] y siempre girando en torno a una misma problemática: la relación entre Razón y Fe.
Se distinguen tres escolásticas, todas comparten la misma época (siglos XI-XIII) y, en gran medida, las mismas cuestiones teológicas, pero cada una de ellas se construye sobre una las tres grandes religiones monoteístas de Occidente: la judía, la cristiana y la musulmana. Tomás de Aquino pertenece a la cristiana. Avicena y Averroes a la musulmana. Maimónides a la judía. Las tres escolásticas se influyen unas a otras puesto que tratan de resolver problemas idénticos como la demostración de la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, la existencia del mal en el mundo, la participación de Dios en el gobierno del mundo; en el fondo late el mismo problema: la relación entre Razón y Fe (o la capacidad de la razón humana de aclarar, justificar y fortalecer las creencias religiosas). Por eso, es común encontrar en Santo Tomás de Aquino argumentos no sólo de teólogos y pensadores cristianos como San Agustín de Hipona o San Anselmo, sino también otros originalmente presentados en las escolásticas judía y musulmana. Huelga decir que cada una trata de justificar filosóficamente la superioridad de su respectivo dogma religioso. No obstante, si comparamos la escolástica cristiana con la árabe, la primera resulta mucho más ortodoxa y dogmática que la segunda, la cual se aventura a posiciones heterodoxas y a veces directamente contrarias al dogma de fe[3].
La escolástica cristiana se caracteriza por tres rasgos relacionados: carencia de autonomía y originalidad filosófica, ausencia de sentido histórico y explícita finalidad pedagógica o docente.
a) La carencia de autonomía y de originalidad filosófica se debe a que los temas y objetivos a los que se enfrenta la filosofía vienen dados por el dogma religioso y siempre asumen postulados inviolables (presupuestos inamovibles dictados por la religión, como por ejemplo la existencia de Dios, la creación del mundo por obra de Dios a partir de la nada, el pecado original, la oposición entre terrenal/celestial o mundano/divino, etc.). La filosofía no busca verdades; éstas ya han sido reveladas en las Sagradas Escrituras. Por otro lado, es común en esta época el recurso al argumento a la autoridad (apelando mediante una cita a un pensador o teólogo famoso, o bien a ciertos pasajes de las Sagradas Escrituras). Se trata de un tipo de falacia lógica que acepta la verdad de lo que se dice precisamente porque ha sido anteriormente defendido por una autoridad en la materia[4].
b) La ausencia de sentido histórico se revela en que los dos principales filósofos que se conservan del paradigma antiguo, Platón y Aristóteles, son considerados contemporáneos y nadie repara en que pertenecen a otro contexto (histórico, cultural y filosófico) completamente diferente.
c) La finalidad pedagógica o docente determina los métodos en que se desarrolla la filosofía durante la escolástica: la lectio (lectura y comentario de textos) y la disputatio (debate acerca de un problema). La finalidad pedagógica y la labor docente implican el predominio de la función transmisiva sobre la creativa.

EL PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES (Este punto también pertenece al contexto filosófico):
La segunda problemática filosófica que recorre el paradigma medieval, aparte de la relación entre Razón y Fe, es el denominado "problema de los universales". En resumen, se trata de la pregunta en torno a si las esencias son reales y universales (o sea, si existen con independencia del pensamiento humano), o bien son irreales y convencionales (simples abstracciones de la mente humana obtenidas por generalización).
Las esencias son conceptos universales ("ser", "uno", "figura", "límite"...) que definen el "qué" del ente en cuestión, exactamente del mismo modo que ocurre con las ideas en el idealismo platónico, o con las formas en el realismo aristotélico. La peculiaridad es que ahora, en el paradigma medieval, la teología se cuestiona la posibilidad de que las esencias pertenezcan a la mente divina (la inteligencia ordenadora de Dios a través de la cual creó y configuró el mundo). Ante esta cuestión hay respuestas diferentes que se suceden a lo largo de la Edad Media[5].
San Agustín de Hipona, en el siglo V d. C., asume el "realismo exagerado" de Platón, según el cual las ideas (esencias) son mucho más reales y verdaderas que los entes concretos y particulares. Por otra parte, Pseudo Dionisio Areopagita, místico y teólogo bizantino que vivió entre los siglos V y VI d. C., influido por la filosofía neoplatónica de Plotino (de finales del Helenismo), considera que la teología sólo puede hacerse una vaga idea de las esencias divinas, las cuales están alejadas en un plano metafísico inalcanzable de forma pura por el pensamiento humano. Así, por ejemplo, el "ser" tan sólo es una imagen o reflejo del verdadero "ser", al que denomina "supra-ser" por su rasgo inalcanzable. Del mismo modo ocurre, en su opinión, con cualquier otro concepto universal: "supra-uno", "supra-límite", etc. Por su parte, Tomás de Aquino, basándose en Aristóteles, ofrece una explicación más realista sobre el origen de los conceptos universales: si bien las esencias son universales, el conocimiento que tenemos de ellas comienza por lo primero y más cercano para nosotros (la experiencia sensible), y avanza lentamente, mediante el entendimiento y la abstracción hacia nociones más generales y universales (y, por lo tanto, más próximas a la auténtica verdad, que es Dios). Además, Tomás de Aquino introduce la distinción conceptual entre esencia y existencia, lo cual aleja de los universales el problema de la existencia. En el siguiente apartado explicaremos con más detalle esta contribución de la filosofía tomista.
El problema de los universales es zanjado por el nominalismo, una corriente de pensamiento anglosajona, a lo largo del siglo XIV. Sus principales representantes fueron Duns Escoto y Guillermo de Ockham. Los avanzados estudios en lógica y matemáticas de las escuelas inglesas de Cambridge y Oxford llevaron a muchos pensadores a razonar que los conceptos universales son obtenidos "artificialmente" por la mente humana a partir de generalizaciones de similitudes entre diversos casos concretos (por ejemplo: "todos los cisnes son blancos"). En modo alguno pueden representar realidades existentes o esencias divinas, ya que son un simple recurso del intelecto humano. Además, el nominalismo afirma que las esencias universales, en caso de existir, supondrían una limitación frente a la absoluta libertad de Dios (omnipotencia), ya que habrían determinado el modo en que Dios creó y configuró el mundo[6]. En cualquier caso, el nominalismo separa totalmente el conocimiento humano frente a la religión[7], es decir, lo priva del apoyo metafísico del que venía gozando durante toda la Edad Media, defiende un método de conocimiento inductivo de corte empirista (basado en la experiencia y en la creación de hipótesis) y rebaja en gran medida sus pretensiones de alcanzar verdades absolutas. Por este motivo, el nominalismo se convierte en el principal precursor y desencadenante del siguiente paradigma de pensamiento: la modernidad. La pregunta que deja en el aire, y a la que buscarán respuesta los pensadores modernos, será la de los fundamentos del conocimiento humano: ¿Qué puede fundamentar o legitimar la validez del conocimiento humano en sí mismo, sin opción a referirlo, vía fe, a las esencias divinas?

ÍNDICE DE LA FILOSOFÍA DE TOMÁS DE AQUINO:
Santo Tomás de Aquino distingue, como Aristóteles, la filosofía teórica o especulativa (dedicada a la descripción de lo que las cosas son), frente a la filosofía práctica o prescriptiva (centrada a reflexionar acerca de lo que las cosas deberían ser). Al uso teórico de la razón pertenecen la ontología, la epistemología y la antropología. Al uso práctico pertenecen la ética y la filosofía política. No obstante, al igual que ocurre en Aristóteles, la separación entre las ramas teórica y práctica no es radical. Hay muchas ideas que se relacionan entre sí y actúan como puentes intermedios. Por ejemplo, la concepción teleológica (finalista) de la naturaleza forma parte tanto de la ontología como de la filosofía práctica. Otro ejemplo: la filosofía práctica se construye sobre determinadas concepciones del ser humano (tesis antropológicas).
En cualquier caso, debemos tener presente que la filosofía de Tomás de Aquino es sierva de la fe. El dogma católico está presente en todo momento, no sólo como objetivo de justificación, sino como solución de conflictos en aquellos lugares donde la razón no arroja luz suficiente o donde, directamente, podrían concluirse ideas contrarias al dogma.

1. ONTOLOGÍA.
Principales tesis y nociones que adopta del aristotelismo:
-Hilemorfismo de la realidad.
-Noción de substancia (y accidente).
-Teoría de las cuatro causas[8].
-Concepción teleológica (finalista) de la naturaleza.
-Explicación del movimiento y el cambio naturales mediante la teoría del acto y la potencia.
Principal tesis que aporta Santo Tomás:
-Diferencia entre esencia y existencia[9].
Otra tesis ontológica relevante que Tomás de Aquino recoge de la tradición agustiniana es la concepción del bien y del mal. Ambos conceptos aparecen ligados al ser y al no-ser. El bien se identifica con el ser; el mal es sinónimo de no-ser. Pero ojo, Tomás de Aquino diferencia entre esencia y existencia: "ser" y "no-ser" son conceptos que caen del lado de la esencia, no de la existencia. Que algo "sea" no significa que "exista". Del mismo modo, que algo "no sea" no significa que "no exista". El bien quiere decir, para la teología medieval católica, "cumplimiento de la esencia", por tanto, "cumplimiento de la finalidad propia de la cosa". Por el contrario, el mal significa "incumplimiento de la esencia propia". Esta concepción es totalmente platónica: las cosas son buenas o malas en tanto que se aproximan o se alejan de su esencia propia. La novedad en el paradigma medieval es el "libre albedrío" atribuido al ser humano, noción inexistente en el paradigma antiguo. Dios creó al hombre con libertad de elección, y eso implica que el ser humano puede elegir si vive conforme a su verdadera esencia o bien se aleja de ella. La posibilidad del mal es la condición del libre albedrío. Según la teología católica (desde San Agustín hasta Santo Tomás), esto justifica por qué Dios permite la existencia del mal en el ser humano. ¿Y en el resto de seres? A juicio de la teología, Dios también permite cierto grado de "no-ser" en el mundo para que exista diversidad y variedad sobre la cual se organiza un orden jerárquico de perfecciones: las cosas son más o menos buenas, más o menos bellas, más o menos justas, etc. Si sólo existiese "el ser" (el bien), todas las cosas serían idénticas en su clase (por ejemplo, todos los caballos serían iguales entre sí) y nadie sería capaz de percibir grados de perfección. Como veremos, los grados de perfección son una vía para la demostración de la existencia de Dios. Así pues, podría decirse que Dios construye el mundo de este modo para dejar abierta al ser humano la puerta a su "revelación".
2. EPISTEMOLOGÍA.
Principales tesis, nociones y pensamientos que recoge de Aristóteles:
-Teoría de las cuatro causas[10].
-Explicación "realista" del conocimiento humano (sensibilidad, imaginación, memoria y entendimiento), de corte empirista (importancia de la experiencia sensible como punto de partida) e inductivo (el conocimiento humano se construye de lo particular a lo general)[11].
-Descripción del conocimiento humano como un "encaminarse" desde lo primero y más cercano para nosotros (la experiencia), hasta lo primero y más cercano en cuanto al ser (la esencia). Este recorrido era denominado por Aristóteles epagogé. Tomás de Aquino no le atribuye ningún término en concreto, pero constantemente nos dice que el conocimiento de los sabios, aún siendo más real y verdadero que el del común de los mortales, no resulta comprensible a primera vista, sino solo a través de un largo proceso de conocimiento.
Principal tesis que aporta Santo Tomás de Aquino[12]:
-Las cinco pruebas de la existencia de Dios, o cinco de demostraciones a posteriori de la existencia de Dios[13]:
1ª) Prueba a partir del movimiento: la experiencia muestra que todo movimiento es debido a un motor. Para evitar la regresión al infinito[14], es necesario suponer un motor inmóvil, o sea, un motor que inicia el movimiento pero al que nadie mueve (Dios).
2ª) Prueba a partir del orden causal: la naturaleza revela que todo obedece al principio de causalidad, todo efecto procede de una causa. Nuevamente, para evitar la regresión al infinito de la cadena causa, el necesario suponer una causa primera, o "causa incausada" que explique el inicio del proceso.
3ª) Prueba a partir de la contingencia de las cosas: todo en la naturaleza puede existir o no existir, las cosas aparecen y desaparecen, son contingentes. Es preciso que exista un ser necesario que asegure la existencia del mundo. En último término, ese ser necesario es Dios, ya que no depende de ninguna cosa para existir y es condición de posibilidad de la existencia de las demás cosas.
4ª) Prueba a partir de los grados de perfección: la naturaleza pone de manifiesto que existe una jerarquía de valores; las cosas son siempre en un grado de perfección, más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, etc. Esta jerarquía sólo tiene sentido si hay un máximo respecto al cual las cosas se aproximan o se alejan. Ese máximo grado de perfección sólo puede ser Dios.
5ª) Prueba a partir del ordenamiento de las cosas: la naturaleza revela un orden teleológico, las cosas obedecen siempre a un fin, no obran por azar. El ser humano es el único que tiene inteligencia para controlar su comportamiento, pero el resto de cosas deben ser dirigidas por alguien con inteligencia. Esa "inteligencia ordenadora" de todas las cosas que les impone una finalidad interna es Dios[15].
-También podemos destacar como parte de la epistemología tomista la defensa de la complementariedad entre Razón y Fe frente a los averroístas latinos (que defienden la separación) y frente a la pura ortodoxia católica que rechaza a la filosofía. No obstante, Tomás de Aquino recalca la superioridad de la Fe frente a la Razón. Llegados al caso de que ambas mostrasen ideas diferentes o contrapuestas, la verdad recaería siempre del lado de la Fe.
3. ANTROPOLOGÍA.
Principales tesis que adopta de Aristóteles:
-La diferenciación de tres facultades del alma humana: racional, sensitiva y vegetativa.
-La noción del ser humano como criatura racional.
-La idea de que el ser humano es social por naturaleza.
-La idea de que el ser humano tiene una finalidad interna, que consiste en guiarse por su alma racional para controlar las pasiones y apetitos del cuerpo, con el objetivo de auto-conservarse, alcanzar "lo bueno y conveniente" y huir de "lo malo y perjudicial". A esto se le añade un elemento religioso clave: "la inclinación natural a buscar la verdad acerca de Dios" (o sea, vivir conforme a la fe).
En general, las tesis antropológicas de Tomás de Aquino adaptan los pensamientos aristotélicos al dogma cristiano, asumiendo el rechazo de lo corpóreo y terrenal (ligado al pecado) por oposición a lo espiritual y celestial; también acepta la inmortalidad del alma para que pueda ser juzgada por Dios tras la muerte del individuo. Incluso la noción de "criatura racional" y la finalidad connatural al ser humano (búsqueda racional de "lo bueno"), se defienden en consonancia con el dogma de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.
4. FILOSOFÍA PRÁCTICA.
Tomás de Aquino adopta ciertos elementos de la ética y filosofía política aristotélicas, en particular los que se derivan de las tesis antropológicas: el carácter racional y social por naturaleza del ser humano. Por lo tanto, en el plano ético y moral, el comportamiento humano es "correcto" cuando se rige por el alma racional y persigue "lo bueno", aquello que le conviene para su propia conservación y le aporta paz y felicidad (lo mismo en el orden político y comunitario). Que conste que en Aristóteles la eudaimonía (felicidad) era definida como "objeto universal de deseo", y Tomás de Aquino, aunque asimila en gran medida esta idea, es muy cauto a la hora de presentar las implicaciones morales que se derivan de ella, pues siempre tiene que hacer encaje de bolillos con la moral católica. En Aristóteles, la phrónesis jugaba un papel clave en el ámbito práctico, tanto moral como político; era la capacidad de saber cómo comportarse y qué hacer en cada momento. Si bien Tomás de Aquino habla de prudentia (y considera el carácter virtuoso del control racional del comportamiento humano), la fe juega el papel fundamental también en el terreno práctico, en tanto que la mayor parte de conductas vienen ya juzgadas por la moral católica "revelada" en las Sagradas Escrituras y desarrolladas en los mandatos de la Iglesia.
La principal aportación de Tomás de Aquino en el ámbito práctico es la diferencia entre 1) ley eterna o divina, 2) ley natural o moral y 3) ley humana o positiva.
1)La ley eterna o divina es el ordenamiento del mundo por obra de Dios. Éste no solo crea el mundo, sino que lo gobierna según su propia ley (sus propias normas). La ley eterna es, además, necesaria e inmutable.
2)La ley natural o moral es la participación de la ley divina en la criatura racional. Según el dogma, el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. La ley natural es el elemento divino que hay en el ser humano. El hombre es libre de actuar conforme a la ley natural, no está determinado por naturaleza, pero, según Santo Tomás de Aquino, sólo cuando obedece a esa ley cumple su finalidad natural, su verdadera esencia.
La ley natural consta de muchos preceptos (órdenes), pero todos derivan de uno solo: "el bien ha de hacerse y buscarse; el mal ha de evitarse". El bien es todo aquello que pertenece a la esencia del hombre, por tanto, aquello que el ser humano asimila racionalmente como natural, propio y conveniente. Dado que el alma humana consta de tres funciones o facultades (vegetativa, sensitiva y racional), encontramos un precepto de la ley natural por cada una de dichas funciones:
a) Función vegetativa (que el ser humano comparte con el resto de seres vivos): inclinación natural a conservar su propio ser. Todos los preceptos dedicados a ello forman parte de la ley natural (por ejemplo: el suicidio ha de evitarse).
b) Función sensitiva (que el hombre comparte con el resto de animales): inclinación natural a propagar la especie, criar y educar a los hijos. Todos los preceptos en este sentido son de la ley natural.
c) Función intelectiva o racional (exclusiva del ser humano): inclinación natural a buscar la verdad acerca de Dios y a vivir en sociedad. De aquí se derivan muchos preceptos inherentes a ley natural, por ejemplo: evitar la ignorancia, respetar a los conciudadanos, etc.
3)La ley humana o positiva es el ordenamiento legislativo concreto de cada sociedad. En sí misma es convencional y artificial, y por ese motivo varía de una comunidad a otra. Pero cabe la posibilidad de que la ley positiva obedezca a la razón y persiga el "bien común" de la comunidad (la paz, la prosperidad... en suma, la misma autoconservación a la que apunta la ley natural pero aplicada al ámbito político y comunitario). Por lo tanto, la ley humana puede guiarse según la ley natural, es decir, puede seguir un ordenamiento racional y, en tal caso, no sólo cumple la verdadera naturaleza humana, sino que, además, entronca en cierto grado con la ley divina, pues sigue la voluntad de Dios.



[1] Para este apartado seguiremos el manual de los Ocho Filósofos. En el contexto histórico podemos añadir algún apunte sobre la Patrística (que no recoge el manual) y en el cultural podemos mencionar a mayores la estructura de las siete artes liberales (disciplinas académicas, oficios y profesiones) que rige durante toda la Edad Media. Se llaman artes liberales porque son cultivadas por "hombres libres" (no solo en el sentido de que no sean esclavos, sino que están libres del trabajo manual ligado al campesinado y artesanado, o sea, a la clase de los laboratores). A las artes liberales (también llamadas "intelectuales") se les oponían las artes manuales (escultura, pintura y artes plásticas en general, así como cualquier artesanía que implicase trabajo "manual"). De acuerdo al dogma religioso, todo lo relacionado con el cuerpo y la sensibilidad era considerado "menor", "mundano", "terrenal" y de ahí, alejado de lo divino. Las siete artes liberales se organizaban en dos grupos: el llamado Trivium et Quadrivium (en latín significa "tres vías y cuatro vías"). El Trivium componía tres disciplinas ligadas a la elocuencia: gramática, dialéctica y retórica. El Quadrivium reunía cuatro disciplinas relacionadas con las matemáticas: aritmética, geometría, astronomía y música. Es importante señalar que el humanismo renacentista, durante los siglos XV y XVI, elevará de nuevo las artes plásticas y manuales (en especial pintura y escultura) al rango de artes "liberales", de ahí que grandes artistas como Leonardo o Miguel Ángel sean considerados genios en su época a raíz de sus obras pictóricas y escultóricas.
[2] El averroísmo latino es la recepción en el mundo cristiano de buena parte de las ideas y pensamientos del filósofo musulmán Averroes, quien fue el principal comentarista, hermeneuta y difusor de las obras de Aristóteles. El averroísmo latino, defendido por el filósofo Siger de Brabante, fue muy influyente durante el siglo XIII y a él se enfrenta Tomás de Aquino.
[3] Averroes (filósofo, médico, jurista y teólogo cordobés del siglo XII) fue el principal comentador o exegeta de las obras de Aristóteles en la Edad Media, y su pensamiento es mucho más fiel al clásico griego si lo comparamos con Tomás de Aquino. Averroes no tiene reparos en razonar la mortalidad del alma en tanto que el ser humano es una substancia hilemórfica de cuerpo y alma. Defiende que Dios no ha sido absolutamente libre al crear el mundo, ya que el mundo es eterno y funciona en gran medida de manera autónoma. La tesis más famosa de Averroes, que heredan los llamados averroístas, es su doctrina de la doble verdad, según la cual hay dos verdades independientes e irreductibles: las verdades de razón y las verdades de fe. Así pues, según esta doctrina, lo que la razón demuestra puede no encajar con lo que dicta la fe y viceversa.
[4] La actitud filosófica que reclamará Kant siglos después en el contexto de la Ilustración, resumida en su famoso desafío "¡Atrévete a pensar!" es la antítesis del argumento a la autoridad, lo cual hubiese supuesto un auténtico acto de herejía durante la escolástica. Por último, la falta de originalidad también se pone de manifiesto en que el pensamiento medieval se limita a adaptar filosofías ya elaboradas (Platón y Aristóteles) a los problemas del momento. Habrá que esperar a la primera mitad del siglo XVII para que un filósofo, René Descartes, reinicie la pregunta filosófica de forma radical poniendo entre interrogantes todos los presupuestos y postulados heredados.
[5] Para entender por qué es tan importante para la teología medieval el problema de los universales es imprescindible comprender la relación entre las esencias universales y el método silogístico. El principal método de conocimiento que utiliza la filosofía medieval es el silogismo, y éste se basa en demostrar deductivamente el encadenamiento necesario entre una esencia universal (sujeto del enunciado) y todos los rasgos que contiene (predicados). Por ejemplo, San Anselmo de Canterbury, en el siglo XI, elabora su famoso argumento sobre la existencia de Dios a partir de un silogismo. A su juicio, en la esencia de Dios está la absoluta perfección ilimitada. Si Dios no existiese, la no-existencia sería una limitación; por lo tanto, es necesario que Dios exista. Otro ejemplo de silogismo lo encontramos esta vez en el propio Tomás de Aquino, en cierto pasaje de la cuestión 94 de la Suma Teológica donde nos habla de los rasgos de los ángeles. En la esencia universal de los ángeles, dice Tomás de Aquino, está incluido su carácter no-corpóreo. Por lo tanto, los ángeles no ocupan propiamente lugar alguno, ni tienen sexo (porque no tienen cuerpo) ni obedecen a ninguna otra cosa que afecte a las substancias corpóreas. En suma, el silogismo medieval se basa en desplegar los rasgos atribuidos de forma a priori a una esencia. Por esta razón, el problema de los universales es muy importante, ya que sin la existencia de esencias universales toda la teología medieval caería por su propio peso, como un castillo en el aire.
[6] Para los nominalistas, la libertad absoluta de Dios implica que el mundo que conocemos podría no ser así. Si de hecho es tal y como lo conocemos, es por pura voluntad divina, o sea, porque Dios lo ha querido así.
[7] Ojo, esto no significa que el nominalismo "abandone" la religión. Todos los pensadores medievales son creyentes. El ateísmo, el agnosticismo y otras formas de pensamiento crítico respecto a la fe no surgen hasta bien entrado el siglo XVIII, en la Ilustración. Para los pensadores medievales, la cuestión no es si creer o no creer. Todos creen en Dios y en la Revelación. Lo que se preguntan es si las creencias pueden razonarse o no, y en qué medida.
[8] La teoría de las cuatro causas pertenece tanto a la ontología como a la epistemología, porque las causas forman parte de la substancia y, a la vez, son el objetivo que persigue el conocimiento de la verdad. Esta doble implicación "onto-epistemológica" está presente, igualmente, en Aristóteles.
[9] Según Tomás de Aquino, la esencia nos dice "lo que la cosa es", mientras que la existencia nos dice "si hay o no hay cosa". La esencia no es condición de la existencia; que algo tenga esencia no implica que exista. Por ejemplo, la esencia de Rocinante es "ser caballo", pero Rocinante no existe. O, por ejemplo, Bucéfalo, cuya esencia también es "ser caballo", fue la montura de Alejandro Magno, existió, pero ya no existe. A juicio de Tomás de Aquino, la única garantía o condición de posibilidad de la existencia de las cosas es, en último término, Dios.
[10] Ver nota 8.
[11] En Tomás de Aquino se dan los dos métodos o caminos del conocimiento: el inductivo y el deductivo. El inductivo es propiamente aristotélico. El deductivo aparece cada vez que Tomás de Aquino recurre al silogismo y entronca con la filosofía medieval heredada. Por eso, a pesar de lo novedoso que resulta para la teología cristiana el pensamiento aristotélico, Tomás de Aquino ofrece una solución conciliadora y sintetizadora entre la teología tradicional (basada, desde San Agustín de Hipona, en Platón) y el aristotelismo.
[12] Tomás de Aquino ofrece muchas otras ideas gnoseológicas que no incluimos aquí por falta de tiempo.
[13] Todas las demostraciones anteriores que se ofrecían en la teología cristiana eran a priori, basadas en la esencia de Dios. Por ejemplo, la ya mencionada de San Anselmo (el argumento ontológico: si Dios es la perfección infinita, debe existir, ya que la no existencia sería una imperfección). Tomás de Aquino ofrece cinco soluciones a posteriori, basadas en considerar primero ciertos aspectos de la naturaleza que son evidentes y confirmados empíricamente, y luego deducir de ellos la necesaria existencia de Dios. Algunas de estas demostraciones ya fueron presentadas en las escolásticas árabe y judía, por ejemplo por Avicena y Maimónides. Se nota que Tomás de Aquino recoge ideas populares que se filtraban desde los círculos universitarios, con la intención de darles forma y asimilarlas al dogma oficial católico.
[14] Si no se soluciona la regresión al infinito, entonces el mundo no sería creado a partir de la nada por obra de Dios, sería eterno (como decía Averroes), lo cual entra en contradicción con el dogma católico.
[15] Este argumento tomista es muy parecido a la "teoría del diseño inteligente", un argumento teológico defendido todavía hoy por muchos creyentes según el cual la naturaleza es demasiado compleja para ser fruto del azar.