El alumno responderá a las cuestiones siguientes:
1)Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto
elegido.
2)Comentario del texto:
Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas.
Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto.
Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor.
3)Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración razonada de
su actualidad.
2012-2013
Opción A:
Pero puesto que deseaba entregarme solamente a la búsqueda de la verdad, opinaba que
era preciso que hiciese todo lo contrario y que rechazase como absolutamente falso todo
aquello en lo que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de comprobar si, después de
hacer esto, no quedaría algo en mi creencia que fuese enteramente indudable. Así pues,
considerando que nuestros sentidos en algunas ocasiones nos inducen a error, decidí
suponer que no existía cosa alguna que fuese tal como nos la hacen imaginar.
DESCARTES, R., Discurso del método, cuarta parte.
Opción B:
Si ahora nos preguntáramos: ¿acaso vivimos actualmente en una época ilustrada?, la
respuesta sería: ¡No!, pero sí vivimos en una época de Ilustración. Tal como están ahora las
cosas todavía falta mucho para que los hombres, tomados en su conjunto, puedan llegar a
ser capaces o estén ya en situación de utilizar su propio entendimiento sin la guía de algún
otro en materia de religión. Pero sí tenemos claros indicios de que ahora se les ha abierto el
campo para trabajar libremente en esa dirección y que también van disminuyendo
paulatinamente los obstáculos para una ilustración generalizada o el abandono de una
minoría de edad de la cual es responsable uno mismo. Bajo tal mirada esta época nuestra
puede ser llamada “época de la Ilustración” o también “el Siglo de Federico”.
KANT, I., Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?.
2012-2013 SEPTIEMBRE
Opción A:
El primero consistía en no admitir cosa alguna como verdadera si no se la había conocido
evidentemente como tal. Es decir, con todo cuidado debía evitar la precipitación y la
prevención, admitiendo exclusivamente en mis juicios aquello que se presentara tan clara y
distintamente a mi espíritu que no tuviera motivo alguno para ponerlo en duda. El segundo
exigía que dividiese cada una de las dificultades a examinar en tantas parcelas como fuera
posible y necesario para resolverlas más fácilmente. El tercero requería conducir por orden
mis reflexiones comenzando por los objetos más simples y más fácilmente cognoscibles,
para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más complejos,
suponiendo inclusive un orden entre aquellos que no se preceden naturalmente los unos a
los otros.
DESCARTES, R., Discurso del método, segunda parte.
Opción B:
Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo
responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su
entendimiento sin verse guiado por algún otro. Uno mismo es el culpable de dicha minoría
de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de
resolución y valor para servirse del suyo propio sin la guía del de algún otro. Sapere aude!
¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración.
KANT, I., Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?.
2013-2014
Opción A:
“Posteriormente, examinando con atención lo que yo era, y viendo que podía fingir que carecía
de cuerpo, así como que no había mundo o lugar alguno en el que me encontrase, pero que, por
ello, no podía fingir que yo no era, sino que, por el contrario, solo a partir de que pensaba dudar
acerca de la verdad de otras cosas se seguía muy evidente y ciertamente que yo era, mientras
que, con solo que hubiese cesado de pensar, aunque el resto de lo que había imaginado hubiese
sido verdadero, no tenía razón alguna para creer que yo hubiese sido, llegué a conocer a partir
de todo ello que era una sustancia cuya esencia o naturaleza no reside sino en pensar y que tal
sustancia, para existir, no tiene necesidad de lugar alguno ni depende de cosa alguna material.”
Descartes, R.: Discurso del método, cuarta parte.
Opción B:
“Pereza y cobardía son las causas merced a las cuales tantos hombres continúan siendo con
gusto menores de edad durante toda su vida, pese a que la Naturaleza los haya liberado hace ya
tiempo de una conducción ajena (haciéndolos físicamente adultos); y por eso les ha resultado
tan fácil a otros erigirse en tutores suyos. Es tan cómodo ser menor de edad. Basta con tener un
libro que supla mi entendimiento, alguien que vele por mi alma y haga las veces de mi conciencia
moral, a un médico que me prescriba la dieta, etc., para que yo no tenga que tomarme tales
molestias. No me hace falta pensar, siempre que pueda pagar; otros asumirán por mí tan
engorrosa tarea.”
Kant, I.: Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?
2014-2015 SEPTIEMBRE
Opción A:
Así, por ejemplo, estimaba correcto que, suponiendo un triángulo, entonces era preciso que sus tres
ángulos fuesen iguales a dos rectos; pero tal razonamiento no me aseguraba que existiese triángulo
alguno en el mundo. Por el contrario, examinando de nuevo la idea que tenía de un Ser Perfecto,
encontraba que la existencia estaba comprendida en la misma de igual forma que en la del triángulo
está comprendida la de que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos o en la de una esfera que todas
sus partes equidisten del centro e incluso con mayor evidencia. Y, en consecuencia, es por lo menos
tan cierto que Dios, el Ser Perfecto, es o existe como lo pueda ser cualquier demostración de la
geometría
DESCARTES, R, Discurso del método, cuarta parte.
Opción B:
He colocado el epicentro de la Ilustración, o sea, el abandono por parte del hombre de aquella minoría
de edad respecto de la cual es culpable él mismo, en cuestiones religiosas, porque nuestros
mandatarios no suelen tener interés alguno en oficiar como tutores de sus súbditos en lo que atañe a
las artes y a las ciencias; y porque además aquella minoría de edad es asimismo la más nociva e
infame de todas ellas. Pero el modo de pensar de un jefe de Estado que favorece esta primera
Ilustración va todavía más lejos y se da cuenta de que, incluso con respecto a su legislación, tampoco
entraña peligro alguno el consentir a sus súbditos que hagan un uso público de su propia razón y
expongan públicamente al mundo sus pensamientos sobre una mejor concepción de dicha legislación,
aun cuando critiquen con toda franqueza la que ya ha sido promulgada.
KANT, I.: Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?
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